domingo, 11 de enero de 2015

Semillas que nacen

Hoy,  día de descanso.

Aunque tengo que confesar que hice mi práctica aquí en mi apartamento.  Tengo mucho miedo de mañana.  Son años de hacer la Segunda Guiada con mi maestro y este miedo,  sin embargo,  no cede.  El efecto que su presencia tiene sobre mí me da mariposas en el estómago,  mareos y por supuesto,  me quedo congelada y no puedo hablarle aunque quiera.

Y eso que es más bajito en estatura que yo!

El aura de un yogi no tiene nada que ver con su tamaño ni su forma.  Es un campo de energía que sostiene,  que me hace sentir segura a pesar de la gran intensidad que significa para mí estar cerca suyo.  Creo que es las clases guiadas con él son la experiencia más fuerte que he tenido en mi vida,  después de mis partos.  La sensación de la mente es que o se acopla o se destruye.  Y maravillosamente compruebo,  después de tantos años,  que inicialmente mi mente se rebela y se resiste pero luego,  cuando la experiencia está sucediendo,  sabe que mejor no interfiere.

Y se funde con la respiración.

Quisiera que mi mente hiciera eso en todos los momentos de mi vida,  incluso en aquellos en que mis emociones suben y quisiera mandar a algunos a la porra.  Por suerte,  he aprendido que cuando me siento así dejo pasar veinticuatro horas.  Me separo de la persona,  le pido tiempo.  Y a las veinticuatro horas lo que siempre sucede es que la emoción no está y puedo tener una conversación serena y tranquila,  cara a cara,  que tenga algún resultado positivo.  En vez de vociferar gritos o hacerme mil rollos y dramas que no llevan a ninguna parte.

Hoy pasé un día muy relajado en una piscina aquí en Mysore.  Es la nueva piscina,  un lugar que no conocía hasta hoy.   La piscina que frecuentaba en los primeros años estaba en medio de la ciudad,  en un hotel muy céntrico.   En cambio esta está en las afueras de Mysore y llegar en rickshaw es todo un viaje.

El día estaba espectacular y cuando llegué no había nadie.  Aproveché para leer de mi libro de Metagenealogía de Jodorowsky,  uno de mis maestros,  y de forma muy precisa caí en el siguiente párrafo:

" Cada individuo es el resultado de dos fuerzas: la imitadora (que está dirigida por el grupo familiar) y la creadora ( que proviene de la Consciencia Universal)."

Mmmm....

Fuerzas de imitación y fuerzas de creación. 

Continúa:

" El proyecto de la consciencia consiste en realizarse creativamente,  de manera inédita y a pesar de los obstáculos puestos por nuestra educación repetitiva.  El trabajo individual consiste en deshacernos de esos límites y presiones de la sociedad y la cultura,  aquellos que no se corresponden con nuestra verdadera personalidad,  para así poder desarrollar un proyecto inédito, original, nuevo."

Genio Jodorowsky,  no lo pudiste explicar más claramente.

Tengo una amiga aquí en Mysore que es india de nacimiento.  Aquí las mujeres tienen una presión tremenda a cumplir con la tradición,  muy parecida a la que sufrimos las mujeres latinoamericanas con el machismo.  No ha sido fácil para ella sobreponerse a todos los patrones de su cultura, romper con ellos y enseñar yoga.  Salirse de lo esperado y predecible para una mujer como ella (un matrimonio arreglado,  un buen esposo indio y muchos hijos varones)  y cultivar su camino espiritual.    Sé que como ella somos muchas las mujeres y los hombres que nos negamos a repetir lo que no resuena con nuestra verdad personal y somos como esos barcos en los polos que rompen el hielo con su quilla.

Irremediablemente,  causaremos olas a nuestro alrededor.  Ser pionero en algo no es fácil ni el destino de muchos,  pero algunos de nosotros estamos llamados a ser agentes de cambio.

Dice mi amiga:

"Ser india en los tiempos actuales y enseñar Ashtanga son realidades ambas complejas,  con muchas capas y multidimensionales y no calzan en el estereotipo de lo que se espera.  Vivir de esta forma es un viaje de exploración lejos del camino cómodo-   un camino intenso de rebeldía del espíritu.  Un camino que requiere una cierta dosis de valor para vivir mi vida en la forma más auténtica y ser honesta conmigo misma."

Me alegra saber que existen muy cerca almas parecidas a la mía.  Seres que nos tenemos que salir del camino trazado y explorar inevitablemente,  a disgusto de muchos,  otras tangentes.  Me gustaría pensar que cada uno de nosotros está tan ocupado y fascinado con nuestra vida- como me sucede a mí-,  que no tenemos tiempo para andarnos fijando en lo que otros hacen.  Existe un respeto mutuo entre las almas rebeldes y una complicidad inevitable entre los que rompemos el status quo.

A todos ustedes que me leen por alguna razón,  que sinceramente espero sea esa complicidad de almas generadoras de cambio,  les dejo aquí está anécdota que hoy me sacó las lágrimas en esa piscina de Mysore,  un lugar remoto en algún lugar de la India:  una anécdota sobre la importancia de los obstáculos. Al inicio  tales obstáculos nos van a parecer insuperables.  Como sucede en las leyendas y los mitos,  deberemos enfrentarnos a ellos para así transformarlos en etapas de nuestra liberación:


"Un campesino recibe la visita de Dios.  Se arrodilla ante él y le agradece el haberle otorgado el don de la vida.  

-Todo te lo debo,  pero sin embargo necesito presentarte mis quejas:  trabajo para abonar mis terrenos y lograr que el trigo crezca lozano,  pero tú me envías huracanes,  seguías,  pájaros hambrientos,  ratones,  lluvias torrenciales y plagas.  Puedes,  por una vez,  evitarme estos males?

Dios satisface los ruegos del campesino.  Cuando planta la semilla,  ningún viento huracanado estremece al tierra, el clima es benigno durante todo el año.  Llueve justo lo necesario,  no se asoma ningún pájaro, ningún insecto dañino...

Y por falta de obstáculos que vencer,  debilitadas las semillas se pudren en su buena tierra y no llegan a germinar."





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