sábado, 17 de enero de 2015

Libertad

Hoy empiezo mi día muy temprano.  La alarma suena a las 2:30 am.  Es la mitad de la noche y afuera se oyen los perros nada más.  Me levanto con mucho costo,  pero sé que vale la pena.

Son las 3:15 am Shala time y ya hay bastante gente esperando.  Shala time son 20 minutos antes de la hora oficial.  O sea,  son las 2:55 am.  Ay Dios...ya el cerebro no me funciona muy bien.  Esperamos alrededor de una hora y poco a poco van llegando, uno a uno, el resto de la camada del primer shift.  Todos esperamos en silencio,  algunos meditan,  otros leemos.

Pasan los minutos y veo el cielo estrellado.  Mysore duerme pero ya somos unos cien estudiantes que esperamos a nuestro maestro con ansias.  Siempre la misma emoción, no importan cuántos años han pasado.  Siempre sus cuentas maestras que nos llevan al límite de la mente.

Prakash,  la mano derecha de Sharath,  se despierta y empieza a encender las luces del shala.  No sé qué hora es.  Finalmente abre el portón y todos nos ponemos de pie como un resorte.  Estoy medio dormida...se me cayó mi botella de agua.  Tengo que dejarla,  el grupo empieza a empujar.  No tengo que hacer nada,  me lleva sola.  La puerta del shala es muy estrecha y pasamos con costos uno a uno. Tiro mi mat en el primer spot que encuentro y me aventuro al baño de mujeres.  Largas filas para el toilet y la premura de no llegar tarde.

"Samastihi".

La postura estable. La respiración ecuánime.  El rostro relajado.  El cuerpo abierto.

Todos cerramos los ojos,  todavía hay gente acomodándose.  A mi lado está Bill,  un hermoso inglés de unos 70 años.   Este está aquí desde los tiempos de Guruji.  A mi otro lado está Eric,  californiano que conocí en Costa Rica en mi shala hace un par de años.  Me siento bien acompañada,  a pesar de lo estrecho del espacio.

"Ekam Inhale!".

Todo el cuarto respira como una sola criatura noctámbula en medio de la noche.  Las cuentas van moviendo nuestros cuerpos y sé que le está hablando al Prana.  Es la fuerza de vida que nos hizo levantarnos hoy,  acostarnos anoche a las 7 am.  Llegar hasta India.  Crear esta experiencia.  Prana más yatna equivalen a ananda.

Fuerza de vida enfocada materializa nuestros sueños.

Respiramos juntos por una hora y cacho y luego viene el shift 2 y 3.  Sharath nos observa,  nos corrige y camina entre nosotros y termina con su clásico Uth Pluthi de diez cuentas que son como 25.  Sudamos juntos,  damos todo y afuera ni siquiera ha salido el sol.

Esta tribu ha cumplido por la semana.  Mañana es nuestro día de descanso.  Hoy en Mysore hay cenas,  reuniones de amigos,  dates y mucho más.  Mañana no madrugamos.  La semana termina y aunque me siento adolorida,  hay una sensación general de bienestar que sólo parece crecer.  Sé que esto va en aumento y no puedo estar más emocionada.

Faltan dos días para mi cumpleaños y no puedo imaginar una mejor forma de celebrar.  Añoro la presencia de mi familia,  pero sé que aquí también tengo una familia.  Una familia que he escogido a través de los daños y que parece crecer cada día.  Una familia que,  como yo,  anhela la libertad.

Amada Libertad.


4 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias. Sólo escribo lo que me sale del corazón. Así que esto va dirigido al tuyo! Namasté.

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  2. Gracias Marie por contarnos día a día lo que se siente estar en Mysore... sigue mi Sankalpa como cada día... añorando conocer esa hermosa Shala... Tus descripciones hacen que nos sintamos un poquito mas cerca de India... Namaste

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    1. Querida Carolina, espero que nos conozcamos pronto en Buenos Aires. Me alegra que mis letras te inspiren! Mysore es la Meca para todos los ashtangis serios. Una vez que uno está acá, todo se acomoda- por dentro y por fuera. Te mando un gran abrazo. Gracias por escribir.

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