lunes, 27 de agosto de 2012

Festival de Amor

Hace días que no escribo.

Hoy la pantalla me llama.

Vivimos muchos una experiencia muy hermosa este pasado fin de semana en el Festival de Yoga.  Con ya varios años en esto,  puedo decir que esta Quinta Edición se caracterizó por un sentimiento de solidaridad y apoyo mutuo entre los Centros,  Estudios,  maestros,  artistas y todos los que llegaron.

En el CENAC respiramos un ambiente de camaradería y amistad.  Una oportunidad linda de reencontrarnos con viejos amigos,  amigos virtuales que nos falta ver más y de disfrutar simplemente el amor compartido por el Yoga.

La asistencia fue masiva.
El Yoga hizo vibrar a San José.

Hoy recibí una llamada que me conmovió.  Una señora de Cartago se tomó la molestia de buscar mi teléfono y cuando contesté me dijo:  "Usted es la muchacha del Show del Sábado?"  Me sacó una sonrisa y le contesté que sí.  Me dijo entonces que para ella este había sido el Festival más bonito de todos.  Que ella siempre iba a todos y de los cinco,  este se llevaba todos los premios. Que había estado divino,  precioso...que quería venir a practicar pero que no contaba con el dinero. Que eso era muy caro. Que ella siempre iba a todo lo  gratis y quería saber si podía venir a Namasté.

Mis maestros en India siempre han enfatizado que el Yoga es un camino kármico y que cuando alguien llega a esta práctica uno,  como maestro, tiene que facilitarles su intención.  Si viene alguien con mucho deseo en su corazón, pero poco dinero en su bolsillo, hay muchas formas de ayudarles a que practiquen.  En nuestro estudio,  conversamos con la persona para ver qué talentos tienen.  Los estimulamos a que compartan su creatividad y puedan así participar de las clases.  Reciben las enseñanzas y al mismo tiempo,  estimulan su propio camino creador.  Crecemos juntos,  el yoga sucede.

Me tomo este momento para invitar a que reflexionemos sobre lo sagrado del vínculo de un ser con esta práctica.  En este mundo que instantáneamente comercializa y materializa cualquier tema- incluso la espiritualidad- tomémonos un instante para recordar que lo verdaderamente importante en el Yoga es lo invisible.

Me ha tocado ver practicantes con mats viejos y rotos,  ropa sencilla y humilde, con prácticas impresionantes y una devoción absoluta.  He podido compartir con gente linda,  simple,  real.  En el mundo del Yoga actual, la tendencia a volverse un Rock Star es tentadora.  La comercialización de la imagen de un maestro puede crear ideas en los estudiantes que más bien los alejen del propósito último de esta práctica:  ir hacia adentro y desechar todo lo innecesario.  El Yoga puro no se compra ni se vende.  Por supuesto,  tiene que existir un justo intercambio de energías entre el maestro y su discípulo, pero siempre con el deseo de ir profundo y rasgar el velo del Maya.

El Maya se inmiscuye en todo. Nos dice que nuestra escuela es la mejor,  nuestro estilo de yoga el único.  Esta idea de separación es ficticia y los nombres sólo sirven para crear distancia.

Al igual que amamos a todos los seres por igual, por encima de cualquier nombre o idea que tengamos sobre la relación,  todos somos almas caminando juntas en esta tierra por unos años.  Mientras Dios nos dé vida podemos darnos la mano como sucedió este fin de semana en el Festival.  JUNTOS podemos crear una red que sostenga a todos aquellos que anhelan un cambio en sus vidas y están dispuestos a hacer lo  que sea para poder abrir su mat de yoga....como esta linda señora de Cartago.

Vayamos más allá de cualquier imagen,  idea de superioridad o negocio.  Tenemos entre manos un legado sagrado,  somos los receptores de una tradición milenaria en América y en Costa Rica. Que todos los maestros nos unamos cada vez más para mostrar que el Yoga es Unión.  Que los juicios a los que estamos tan acostumbrados los ticos- y que se han inmiscuido en el pasado- se disipen y den paso a una verdadera hermandad.

Sólo entonces podremos sentirnos merecedores de este regalo tan poderoso que hemos recibido.
Y sólo entonces podremos retribuir con algo de valor a todas esos seres sedientos de verdad que se hicieron presentes en este hermoso Festival.

Namasté.


sábado, 4 de agosto de 2012

Karina y las máscaras

La vida privada de cualquier persona es un bien jurídico valioso que merece toda la protección de nuestro sistema penal.

Esto lo aprendí hace muchos años en la Facultad de Derecho. Sin embargo,  en ese entonces no comprendía muy bien qué significaba esto.  Hasta esta semana.

Karina Bolaños fue víctima de un delito. Su vida privada pasó de ser un suceso de su ámbito familiar y personal a una noticia amarillista en CNN y Facebook.   La violación  a su esfera de privacidad es absoluta.  El daño irreparable.  Las consecuencias personales más que obvias.

Encima de esto,  fue víctima además de una injusticia profesional sin precedentes en nuestra querida Costa Rica.  En esta tierra que se caracteriza por gente cuya mayoría es de hacerse la vista gorda ante innumerables situaciones- desde corrupción flagrante hasta adulterios escandalosos- de pronto,  todo el peso de los juicios doble moral e hipocresía social cae sobre sus hombros.  De la noche a la mañana,  su nombre se tiñe con la sangre de muchos y muchas que antes que ella han roto los votos de la lealtad y fidelidad patrias sin consecuencias por muchos años.

El linchamiento es un acto salvaje y desalmado.  Sin que haya de por medio un sano juicio y un espacio donde ambas partes puedan defenderse,  se juzga a priori a alguien sin bases sólidas,  basándose en prueba circunstancial y fuera de contexto.  Basándose sobre todo en juicios personales y sociales.  Aplicando una vara que es inhumano aplicar entre seres humanos. Como dicen, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.

Costa Rica y especialmente,  San José,  es una pequeña aldea donde el corrillo y el chisme toman el lugar de la compasión y la solidaridad con otro ser humano en una situación dolorosa.   Si nos ponemos en los zapatos de Karina o nos imaginamos que ella es nuestra madre, hermana o amiga,  tal vez comprendamos las repercusiones tan graves que los sucesos de los últimos días han causado en su vida.
Tal vez realicemos que su dolor es el nuestro, sus errores nuestros errores y la injusticia de que fue víctima problema de todos.

Este hecho tan penoso pone en evidencia muchas cosas,  entre ellas la posición condescendiente de muchas esferas de la sociedad tica donde las apariencias son más importantes que la verdad. La filosofía de que la mujer del César no sólo tiene que ser buena,  sino aparentarlo.  Las apariencias ante todo. Las máscaras bien puestas en su lugar.

Que este evento de Karina nos ayude a todos a tomar consciencia de que todos somos humanos,  cometemos errores y necesitamos del hombro de nuestros hermanos.  Los juicios ante la vida privada de otro están de más,  ahora y siempre.   Busquemos actuar siempre con consciencia,  sabiendo que errar es humano.  Y cuando erremos,  sabremos quiénes son realmente nuestros amigos...y quiénes se unen a las voces que atacan a otro ser por ser simplemente humano....olvidando que ellos son uno más, vulnerable,  sensible y susceptible a equivocarse en cualquier momento.