domingo, 30 de octubre de 2016

Dar es dar

Lo volví a ver después de muchos años.  Su mirada no había cambiado pero había algo en su energía que no andaba bien.  Lo percibí incluso antes de que me contara que  había estado muy enfermo,  casi al borde de la muerte.

Mi instinto maternal de nuevo me traicionó:  la historia de su vida me desarmó y me puse de nuevo el hábito de la Madre Teresa.

De pronto,  mi vida ya no era mía.  De pronto,  el saludo de la mañana tenía un dejo de tensión- porque la noche podía haber sido una catástrofe.  De pronto,  las conversaciones giraban todas en torno a la enfermedad:  ningún proyecto común,  ningún aliciente ni perspectiva más allá de un día a día pesado,  agobiado,  cargado de miedo y desesperanza.

Sentí un miedo frío en la columna que nunca había sentido una vez que me llamó sintiéndose muy mal.  Corrimos a la farmacia y los segundos corrían sin moverse.  Su angustia entró en mis venas como una intravenosa y desde ahí,  él y sus dolencias se volvieron el high de mis días.

Puedo apreciar ahora esta experiencia hacía atrás con gratitud. porque me dejó un profundo amor por el regalo maravilloso de la salud.  Vi muy de cerca los efectos de la enfermedad física,  no sólo en mí como tangente,  sino en él como sujeto.  Los vi en su familia y los tentáculos del pesimismo amenazaron también la mía.  Sentí el zarpazo de una presencia lúgubre,  presente cada día en una mirada desesperanzada y una actitud derrotista.

Y supe que tenía que decir basta.

Por un rato me sentí culpable,  traidora e ingrata.  Una parte mía,   muy arrogante por cierto,  creía que podía cambiar a alguien de la noche a la mañana y ayudarlo a salir del hueco. Cuán equivocada estaba!  Cuando la enfermedad ataca el cuerpo físico,  ha atacado antes inevitablemente la mente y las emociones.  Y un ser enfermo difícilmente encuentra la energía e iniciativa para cambiar.

Con costos sobrevive,  con costos respira.  El futuro no existe:  sólo un presente a medias.

Armé velas y zarpé de prisa en dirección contraria,  el corazón compungido pero una voz que me decía:

"CORREEEEE.... lo más rápido que puedas,  no veás hacia atrás,  ten fe y sigue el impulso de huir de esta locura..."

Y nunca más volví a verlo.  Supe que tuvo una crisis muy fuerte,  que estuvo hospitalizado y de gravedad.  Pero de alguna forma me sentí liberada de un karma pesado,  imposible de solventar por mis limitadas intenciones terrenales.

Algunos seres vienen a nuestra vida a colmarnos de amor,  a darnos energía,  a arroparnos entre sus brazos.  Esos seres son regalos que todos recibimos con alegría porque nos cargan y llena de optimismo y bienaventuranza.  Otros vienen  en cambio a ofrecernos sus dolores,  sus molestias,   huellas cargadas de dolencias físicas y psíquicas:  esos también son regalos porque nos enseñan el valor de la compasión.  Tengo que decir que mi termómetro de compasión subió enormemente en los últimos meses.  Siempre he sido muy saludable al igual que todos en mi familia gracias a Dios y la palabra enfermedad ha sido prácticamente desconocida para mí.  La enfermedad física afecta a un ser humano en todas sus dimensiones,  altera su forma de ver la vida y de establecer prioridades. Produce un profundo sentido de desvalor y se lleva al traste cualquier plan.  Es algo ante lo cual tenemos pocas posibilidades de control y algo con que todos, como seres humanos vulnerables que somos, podemos contar en el camino.

Mi corazón salió bastante afectado por el asunto.  Mi propia grandiosidad ficticia me decía que yo podía salvarlo de alguna forma...arrogancia impulsiva que tal vez no me trajo los mejores frutos, pero que me abrió los ojos de par en par a la realidad cruda de esta vida.

Y no eso lo que he estado pidiendo sin cesar durante los últimos años?  
Conocer el verdadero significado de esta peripecia corta en este mundo? 

Anhelar descifrar el misterio de este tiempo atrapado entre una inhalación y una exhalación?  

Tengo que decir que esta experiencia rebasó en mucho los límites de mi propia cordura.  Me llevó a momentos muy duros y a la vez, me mostró el poder inmenso de la fe.  Me abrió a la vulnerabilidad de lo que significa estar vivos,  frágiles y vulnerables a cada instante.  Seres mortales viviendo un absurdo existencial que decanta inevitablemente en muerte para todos nosotros.

Tarde o temprano.

Pero ante todo,  me permitió acompañar a alguien que sufría por un rato en el camino.  No que haya sido útil mi presencia para él,  al menos no tanto como lo fue la suya para mí. Una cosa es ver los toros desde la barrera y otra muy distinta estar en la arena con ellos.  Tengo que decir que estoy más sobria,  seria y consciente en este momento de lo que lo estaba hace seis meses.

Definitivamente apreciando cada segundo de este viaje efímero y lista con todo para abrazar el presente con fuerza.




lunes, 24 de octubre de 2016

Sorbo a sorbo Buenos Aires

Entre los placeres adquiridos en esta vida,  viajar es uno de mis preferidos.  He tenido el gran privilegio de tomar muchos aviones en los últimos tres años:  mi vida se abrió a un arco iris de invitaciones cuando tuve la entereza de dejar ir lo que me restringía,  todas ideas mías sobre cómo tenía que comportarme y cómo debía llenar expectativas ajenas.

Dicen los expertos que el consumo ha alcanzado su límite y el materialismo podría estar perdiendo terreno porque los consumidores empezamos a elegir las experiencias sobre los objetos.  Los minimalistas estamos cada vez más insatisfechos con consumir y la renuncia a poseer nos aliviana. Tener menos cosas nos hace más felices y la alegría de la frugalidad nos impulsa.  Los objetos los conservamos sólo si nos traen felicidad: el resto se va.  Y esta simplicidad crea espacio:  las experiencias que perduran se prefieren al placer de consumir instantáneo.

Tomar un avión nos renueva.

Desde el instante en que despegamos del suelo algo en mí se activa. Regreso nueva después de cada aventura,  renovada y agradecida.  Mi país,  mi hogar,  me recibe amorosamente y puede ver todo con una nueva visión.  Los seres amados mutan y los puedo abrazar con infinita gratitud porque sé que el presente es lo único que tenemos en esta vida frágil e impredecible.

He aprendido a abrazar con todo porque puede ser ese nuestro último abrazo.

He aprendido a escuchar,  a escucharme,  a no comprometer mi verdad y a nutrirme de perspectivas nuevas,  de gente increíble y de lugares míticos que nunca creí llegar a conocer.

Y la vida me trae más y más...y más.

Estoy infinitamente agradecida de regresar a Buenos Aires.  Argentina completa tiene para mi un fascino inexplicable.  Su gente es sumamente inteligente y perceptiva y todo el país respira un je ne sais quoi.  Todos los conceptos contraídos en mi crianza sobre los argentinos y porteños en especial caen como moscas:  sólo he conocido gente sensible,  perspicaz y creativa.

Buenos Aires me da ganas de sentarme en un café a ver pasar gente,  disfrutar una tarde entera leyendo un libro,  pidiendo cafés enarbolados de leche condensada (mis preferidos) o simplemente mirar la ciudad por la ventana.  El maridaje perfecto entre la introspección solitaria y el intercambio social.   Quiero comerme de nuevo una medialuna,  recorrer de nuevo las librerías,  sentir la nostalgia de la Belle Epoque en cada rincón.

Me esperan seres de corazón grande y mentes abiertas.  Me esperan amigos queridos:  escritores, cineastas,  actores,  meditadores,  genios todos como ellos mismos dicen.  Vuelvo la mirada atrás y en cada recorrido he crecido: recuerdo Tortoni con sus lámparas art-nouveau,  la caja registradora original,  los coloridos vitrales y las mesas de roble y mármol.  Recuerdo a mi amigo leyéndome poesía mientras me pellizcaba yo misma todavía impactada de estar ahí después de caminar desde la Plaza de Mayo por las aceras anchas.

Pensar que ahí estuvieron Rubinstein,  Lorca,  Gardel, Borges...me parece escuchar el sonido del tango al fondo y saborear el café de paradigma.  Recoleta,  Puerto Madero,  el Teatro Colón,  los bosques de Palermo,  San Telmo,  el Obelisco,  la Plaza San Martín...y en su seno,  un shala cálido lleno de almas por conocer.

Mi viaje al sur me lleva de nuevo a lugares donde he amado la vida.

La única brújula recomendada y posible.






domingo, 23 de octubre de 2016

Ask

"A single act of kindness throws out roots in all directions and the roots spring up and make new trees..."

Today is Sunday in Costa Rica.  The house is quiet,  the children gone with their grandparents.  I have some time to reflect:  the past months have been a roller coaster of happenings and emotions and yet, i feel grounded and blessed.

I feel nothing is lost if i act from my heart.  That is how i decided long ago to live my life.

So basically i am facing  the challenge of observing how some of my actions have fallen into barren soil.  Dry,  arid responses to pledges from the heart.

It feels unfair,  it brings out wrath and pain.  Yet,  i am experiencing something magical as old anger comes out and leaves me with a deep feeling of serenity and peace.   It looks like my soul needed a cleanse and a trigger,  a situation that finally collapse all my structure.

My heart is moved,  but not broken.  I feel taken care of by Love,  no matter where i go.  I know my soul mission includes teaching awareness to others and how can i teach something i haven´t experienced myself?  We all have a responsibility to create our own destiny,  but we must do so with respect and care for the destinies of others.

I don´t know if it´s a blessing or a curse but i have the ability to percibe the essence of people.  I can feel their wound,  their pains and insecurities.  In this lifetime my mission is to remind them their flaws don´t define them.  Light has no judgment for darkness, it shines on everyone of us.  When a wound is exposed-  and coming close to me has that effect,  most people run.

I don´t blame them.

It´s not easy to see everything we have been hiding from others and ourselves.  I have the same sensation when i come close to my teacher. I know i have to be loyal to my purpose,  even though those around me may not have the same intention.  Each one of us has the freedom to choose,  my role is only to bring out whatever needs to come out.

So yes,  some will feel threatened.  Some will feel their sense of identity falls into pieces.  Some will project those feelings back:  it´s easier to blame than to take responsibility.  Few are those who have the discernment and clarity to see.  

And those who can see are ready to heal:  how powerful.

It´s my role to bring out old wounds in those who are ready to listen.  Once someone can see then attunement is possible.  Attunement happens through awareness.  Light can heal all the neglected areas in us,  we just need to be available.

I pray daily that those who are ready to see wake up.  We all share the same energy and the healing power of love is the only reality.  God longs to heal everyone,  we just need to ask.








miércoles, 19 de octubre de 2016

Oda a la mantenida

La mujer no había estudiado.

Nunca se había siquiera preguntado qué amaba en la vida.  Con costos terminó el Bachillerato en el Liceo.   Era muy hermosa,  de esas bellezas frágiles y aturdidas.  Supo desde pequeña que su apuesta consistía en utilizar esa belleza para pescar algún baboso,  de esos que se dejan llevar por primeras impresiones y palabras vacías.

Su presa llegó poco tiempo después.  El un hombre muy solo,  dolido y avergonzado de su propio ser desde que tenía memoria.  El gancho era perfecto.  Una necesitada y el otro también.  Hicieron click inmediato,  excepto por un pequeño detalle:  él estaba casado.

Para muchas esto no es obstáculo.  Así que se lanzó al quest de su vida, del cual dependía su supervivencia. Lo demás eran detalles.  Bajó cielo y tierra y finalmente quedó embarazada.  Había llegado el triunfo,  el pasaporte a una vida mejor.  Pasara lo que pasara ese bebé le garantizaba al menos un techo y comida.  Apenas nació empezó a maquinar el segundo embarazo.

Lo importante es que ya tenía casa y un jugoso cheque mensual.

Ella era de una estirpe muy humilde y él de cuna aristocrática,  descendiente de ex- presidentes y gobernantes.  Eso la hizo sentirse siempre menos.  No era bien para él que la sacara a luz pública (se repetía a menudo)  y por otra parte, para él era muy cómodo y bien visto entre sus amigotes tener dos mujeres:  la oficial y la querida.  La querida nunca se quejaba- no osaría.  Su vida y gozo consistía en esperarlo cada tarde,   en alabarlo,  en agradecerle cada segundo el haberla salvado de seguir siendo una mesera insignificante en la fonda del pueblo.

Sus hijos crecieron en una casa bien,  fueron a colegios privados.  Ella pudo ponerse las boobies que tanto quería,  hacerse los tratamientos de liposucción de los anuncios en la tele,  el láser mensual y el Botox y pintarse las uñas acrílicas como único deporte.  Nunca concibió una vida fuera de él.  Nunca se cuestionó si sería importante cultivarse,  estudiar,  encontrar una pasión propia,  crear algo suyo. Los hijos eran excusa suficiente para justificar esa vida fatua y él la única presencia que necesitaba.

Nunca se atrevió a preguntarle por sus cosas,  por su esposa,  por su vida pública.  Eso era tema taboo y aunque lo intentó una vez,  rápidamente fue puesta en su lugar.

Pero él nunca se casaría con ella.  La usaba,  la necesitaba como aliciente para su decaída hombría. Su mujer oficial rápidamente olió el engaño y como mujer inteligente,  de esas que abundan gracias a Dios hoy en día, puso el grito al cielo.  Por supuesto que él negó todo,  incluso se cuidó de no darle los apellidos a los hijos "por fuera"-  no fuera a caer su imagen y decepcionar a su familia.  El drama terminó en un divorcio muy sonado donde lo despellejarían vivo,  su sentido de hombría cada vez más desbaratado.

Pero contaba con la querida,  para lo que fuera.  Ella siempre estuvo ahí para él.  No tenía opción.  En silencio aceptaba todo,  la vida de su familia dependía de su silencio.  Nunca se fue a vivir con ella:  en lo más profundo se avergonzaba de esa mujer cuya belleza se tornaba cada día más mustia y cuya falta de cerebro parecía ahora salir a la superficie en cada conversación.

Belleza que caía al ritmo de su depresión y ya casi no quedaba biombo que tapara la terrible ignorancia.

Acostumbrada a vivir en el miedo y la llegada inminente de la pobreza,  succionaba de esa suma mensual como de la vida misma:  la casa en que vivía era su castillo,  universo y único refugio en este mundo.  Los lujos nunca lograron quitarle esa sensación de no pertenecer,  tampoco los viajes al exterior,  los trajes caros ni los tratamientos de belleza.  Nunca sabría que había algo más que una vida satélite,  dependiente de un ser extraño a ella que tenía una imagen de hombre bien ante el mundo (más importante que cualquier otro ser humano)  y un corazón muerto en vida por tanta falsedad.

Nunca osó cuestionar nada.  Los niños,  comúnmente llamados hijos "naturales", crecieron en silencio,  sin hacer preguntas.  La madre los educó bien para ser la imagen perfecta de niños no reconocidos:  aplicados y hermosos.  Un orgullo que nadie apreciaba,  ni siquiera el padre.  De largo, lleno de verguenza por saberse traidor de las convenciones de su mundo de origen y atrapado hasta el cuello en un predicamento que en algún momento consideró seductor:  sólo que nunca anticipó la salida y ya era demasiado tarde.

Ella envejeció creyendo que la vida era así,  que merecía sólo la atención partida de un ser incapaz de comprometerse con nada.  Muchas veces soñó con salir de la casa y buscarse un trabajo.  Sólo mencionarlo creó olas así que soltó el tema.  Su trabajo era cuidar la casa,  los niños,  supervisar que la comida fuera perfecta y mantenerse perfecta físicamente para sus ojos. Los niños aspiraban a ser como los hijos oficiales,  muchachos de apellido reconocidos por la familia y los amigos, pero ellos tampoco saldrían a la luz, excepto en un perfil perdido que nadie leería,   con fotos de sonrisas forzadas y anécdotas narradas en ortografía de tercer año del colegio.

Quizá en un futuro testamento, aunque la verdad tampoco iba a manchar su imagen después de muerto.

Y así trancurrió la vida...

Años más tarde la conocí.   Su mirada estaba perdida,  sus hijos ya grandes y fuera del nido.  El continuaba rondándola,  más por lástima que por amor.  Se había acostumbrado a esa vida subterránea,  perdida en una casa que no era suya ni nunca lo sería.  Una casa que ya era demasiado grande para ella.  No poseía nada en este mundo: sólo un sentido vago de identidad como "la otra". Nunca sabría que era apasionarse por algo suyo,   qué era abrir alas propias.

Vida insulsa perdida entre un mundo de sombras.

Murió sola,  mientras él se paseaba por el campo de golf del club que frecuentaba con la nueva esposa.  La bella mujer rodeada de los amigos de siempre,  brindando por un aniversario de matrimonio que parecía real.  Falacia que años más tarde ella también vería caer como castillo de naipes al descubrir la existencia de la segunda concubina,  versión más joven de la primera.


Dedico esta entrada a todas la mujeres oprimidas,  seres cuyas alas han sido desplumadas por el machismo hiriente y violento de muchos hombres en nuestra sociedad.  El caso es real y tuve un encuentro muy cercano con esta familia.  

También la dedico a aquellas que hemos tenido el inmenso privilegio de formarnos, estudiar,  ser profesionales y madres independientes y autónomas.  Aquellas que no nos dejamos comprar con ofrecimientos vacíos y promesas materiales.  La independencia no es un lujo,  sino un deber de toda mujer contemporánea.  Y mientras hayan hermanas que vivan en el abuso,  el miedo y la clandestinidad no podemos descansar.  

Hasta que todas no conozcamos el valor de respirar a pleno pulmón con libertad, no podemos darnos por vencidas.  Porque una de esas mujeres puede ser nuestra hija y  si alguna de nosotras sufre estos vejámenes,  los sufrimos todas. 





lunes, 17 de octubre de 2016

Ser de Agua

Esta Luna en Aries develó todo lo que tenía que develar.

No hay manera de esconder la verdad.  No hay escapatoria,  no hay forma de evadirla.  Esta conjunción de los planetas y estrellas nos piden ir al fondo,  develar lo que hay,  ver la propia herida y sacarla...sanarla.

El empuje hacia afuera trae conocimiento. No es el desconocimiento  lo más doloroso y difícil de todo?  Muchos pretenden ser felices conformándose con la ignorancia.  Comprendo,  a la orilla de uno de mis volcanes preferidos,  que el amor es simple.

La presencia de otro ser es un regalo que la vida trae sin aspavientos.  Nos pide recibir,  ser vulnerables,  aceptar al otro con sus peculiaridades y guardarnos los juicios que inevitablemente usa nuestro ego como escudos para no acercarnos.  Con la verdad recibida como lección de vida importante, comprendo que soy muy privilegiada de poder decidir qué hago con ella y que puedo cambiar,   y cómo gracias a su presencia, puedo apostar a una nueva forma de ver las cosas.  Tengo la cualidad,  no pocas veces incómoda,  de ser lo suficientemente coherente conmigo misma como para no evadirme en fantasías ni tolerar máscaras ni mentiras.

Siento el llamado de buscar la integridad de mi corazón en el mundo allá afuera.

En este pedido de consciencia cósmica y también personal,  me toca en el gimnasio del hotel donde amanezco presenciar la saga de Neo en Matrix.  Mientras corro en la banda,  lo veo con sus ojos físicos quemados pero su intuición y sabiduría brillando al máximo.  Lo observo como se despide del amor de su vida para culminar su misión como El Escogido.  Mientras llora por su Trinity sabe que no hay tiempo que perder,  sabe que la oscuridad está al acecho y lo quiere débil para poder atacarlo.  Saca de tripas corazón y se enfrenta a aquello que sólo El puede vencer.

Así que inspirada,  mientras sudo a chorros gracias a la humedad mágica de la pampa costarricense, con un gigante en forma de volcán que me cuida y protege y en la compañía amorosa de un ser con quién puedo ser yo misma en todas mis dimensiones,  decido que la verdad que tan mágicamente esta luna ha traído a mi regazo,  esta luna sea el inicio de una nueva etapa en mi vida:  una etapa cuyo corazón consista en abrirme a todas las posibilidades de ser amada y cuidada como mujer en todos los sentidos y sin miedo.  Una posibilidad que emerge suavemente al salirme del modo supervivencia y relajarme en el fluir de los acontecimientos,  igual que ayer me entregué a las aguas termales con fe en sus poderes de sanación.

Siento que el paradigma de enfrentar la vida como lucha ha terminado.  Viene para mí un momento mágico de convertirme en un ser de agua,  dejarme llevar,  confiar y encontrar aquello que siempre he temido: entregarme al igual que me entrego en mi yoga,  que me entrego a mis hijos,  que me entrego a quienes amo.  La entrega hacia adentro y hacia afuera,  la entrega sostenida con una confirmación de que todo es perfecto,  de que la vida saca de mi terreno todo lo que me atrasa y complica y me lo cambia por el abrazo amoroso e incondicional del Amor...si me dejo.

Sí,  me dejo.
Claro, por supuesto que si.



sábado, 15 de octubre de 2016

Super Luna

Regreso a Costa Rica y paso tres días bastante maltrecha después del viaje.  El jet lag me despierta a horas impredecibles y tengo sueños muy gráficos y claros.

La muerte es el tema de nuestro viaje a Alemania.  Cómo dejar morir lo que ya no es y abrirnos a lo nuevo?  Muerte:  TOT en alemán.   Transición o terminación para mí.   Estoy aquí para transitar y caminar mi camino propio o sólo para esperar el final?  Las palabras de mi maestro Osho resuenan:  la vida es para vivirla al máximo.

La Luna llena definitivamente afecta mis ondas cerebrales.  La siento a pesar de que todavía no la he visto,  sólo en fotos.  Pero definitivamente el cambio energético sucede:  ayer solté un nudo que me tenía agarrada desde mis cuatro años en un grupo amoroso de constelaciones familiares.  La maestra una maestra en todo el sentido de la palabra:  poniendo su experiencia y sabiduría a disposición de todos para poder vernos con profundidad y compasión.

El mensaje claro:  RECONCILIATE.

Y con esta luna de Aries,  llena de entusiasmo y energía,  cierro heridas profundas que ya no alimentaré más.  Me atrevo a cambiar patrones mentales con acciones conscientes,  a ser más honesta con lo que siento y por quién lo siento,  a aceptar la incongruencia que se vuelve congruencia en este mundo de paradoja eterna y aprendo a fluir como la luna,  sin miedo a aparecer más grande o más pequeña, simplemente siendo sin tapujos ni restricciones.

El viaje a Alemania me abrió el corazón en todos los sentidos.  La contradicción de abrir el corazón a ese nivel en un clima tan frío nunca la hubiera anticipado.  Pero la calidez de nuestros anfitriones,  la valentía y amabilidad de los participantes- que incluían a un par de afganos de corazón grande y miradas intensas,  fue mucho más de lo que jamás pude imaginar.  Visitamos su campo de refugiados, conocimos a sus niños.  A pesar de la barrera de la lengua,  supimos lo que significa estar agradecido por estar vivos,  simplemente por ser.  En medio del dolor de la separación de su país natal,  estos hermosos yogis no fallaron a sus prácticas,  lo  dieron todo.  Pedalearon en medio del frío inclemente y llegaron a tiempo. Fue muy conmovedor cuando el último día uno de ellos se me acercó y me dijo que era la primera vez en su vida que bailaba con mujeres...sus ojos llenos de gratitud y sorpresa.

Hoy aquí en mi hogar,  terminando de empacar,  decantando Deuschland y con la luna palpitándome en mi corazón, recibo la visita de cinco amigos,  guerreros todos.

Cada uno con sus cualidades únicas,  cada uno un alma gemela.  El primero llena mi casa con acordes e intervalos mientras cuida,  limpia y chinea mi querido piano.  La ceniza ha sido implacable y mientras lo aspira me explica sobre un piano Steinway de media cola,  sueño de mi vida.  Me habla de Viena y de Hamburgo y sueño con poner mis dedos sobre las teclas de estos finos animales salvajes que amo desde que tenía 7 años.

El siguiente me exige,  me pone a sudar.  Me entrena con cariño y dolor y me muestra mis puntos ciegos con certeza.  Nadie enriquece más que el ojo avisor de un maestro y termino agotada pero feliz,  con el corazón palpitando y la respiración agitada.

El tercero llega de casualidad y apuntala los tapices indios en las paredes de la sala,  flojos por las continuas escaladas de mi gatita amada.  Cuida mi casa y sus detalles desde hace años:  ha restaurado muebles que venían de India en muy malas condiciones y se ofrece amorosamente a hacer lo mismo por el famoso piano que sueño en este momento.

El cuarto llega después de muchos días de no verlo.  Alguien que aprecio mucho porque quiere mucho a mis niños y ellos a él. Me cuenta de sus planes próximos de casarse,  lo cual me llena de alegría.  Un soltero empedernido atravesado por el amor:  qué cuadro más conmovedor.

Y el último llegará en cualquier momento. Viaja en estos momentos con la compañía de la luna por las hermosas tierras de mi país.  Su compañía me fortalece y arraiga y su sensibilidad es  siempre guía certero cuando tengo momentos de duda existencialista  o temas de vida complejos frente a mis narices.

La luna me llena de amigos-maestros-almas gemelas-espejos de mí misma en cuerpos masculinos.

Me dijeron en algún momento que en todas mis vidas pasadas fui hombre y que esta era mi primera encarnación como mujer.  Agradecidísima de haber procreado y de la sensibilidad natural que nos acompaña como dadoras de vida,  aprecio en los hombres un punto de referencia sabio de la polaridad. Con los años he aprendido a identificar con certeza cómo su energía refleja partes escondidas de mi alma,  al igual que lo hacen mis mujeres,  todas ellas ricas estampas que adornan los vértices de mi vida.

Y en esta Super Luna,  todo magnificado por la potencia de este satélite iluminado hoy 14 veces más grande de lo normal,  decido sobre cambios inminentes,  posibilidades infinitas,  adioses a heridas emocionales,  oportunidades y sueños.  Siento el impulso de actuar sin premura y de dejarme llevar por las corrientes internas de mi espíritu.  Siento un llamado,  como un eco,  como un mantra...siento esta luna que ilumina todo el mundo y su luz brillante acariciando a muchos que conozco fuera de las fronteras de mi país y específicamente a tres seres que amo,  frutos de mi vientre y que se encuentran lejos de mi en este momento.

Cada uno de ellos un espejo de mi alma también.

Agradezco esta Luna que cubre el planeta y que por un par de días me conecta con esa parte salvaje dentro de mí que ya tiene una voz,  que estuvo tantos años amordazada, que ya no desea controlar nada,  simplemente entregarse a los muchos regalos que esta vida ofrece en abundancia.

Luna sabia y llena,  como deseo que sea mi vida a partir de este momento.  Hoy se cierra un círculo en mi vida y es gigante y lleno de luz como la reina que adorna esta noche.




sábado, 8 de octubre de 2016

Unconditional offering

It´s my experience that only through our spiritual practice we can finally recognize who we truly are and stop identifying with the false perceptions of ourselves.

It´s no easy task to start looking for the meaningful.  Most of us are way too trapped in our conditioning.  The system has done a great job training us to be useful citizens and efficient soldiers to a matrix we don´t even understand.  Most of us have been educated to be "good" and do our best to fit.  And in the process we have lost track of who we really are.

It is my experience that who we are is beyond any ideas or concepts we know.  Taking the steps to ask the important questions takes a lot of guts.  We are tempted to stay in the confort zone unless something wakes us up from our lethargy.  It could be painful or it could be blissful.

Death and love have the same power and they bring amazing realizations.

Lately i´ve experienced a very intense heart connection which has left me feeling lost and fragile. The feeling is not nice.  Actually,  it feels as if i was walking naked everywhere i go.  This connection has so much power that it has grown intensely even when i am away.  He is in somewhere in the world and i am in Germany and the power only expands.  I have to say it´s pretty scary:  it´s always safer to know where i am standing.

Now i have no clue about what is about to happen.

Of course i have a saying in all this.  I´ve chosen the path of the unknown for a few years now and i can truly say my life has grown in innumerable ways.  Once we are ready to let go life gives a lot...but also asks for a lot.

It is asking me to trust the mystery,  to remember i am being led.

Here in Germany i always feel very loved and safe.  My friends are kind souls,  sweet beings who are ready to listen and instantly resonate with deep truths.  Sharing has been a blessing in all senses and being in that warm kitchen with the cold weather a time i will never forget.  It´s so encouraging for me to vibrate with kindred souls and observe how more and more people everywhere are ready to go beyond the concepts of Love.  Love has many names but only one reality:  we are all one and whatever hurts you,  hurts me.

Whatever makes you happy,  makes me happy also.

So are we ready to make each other happy?  Are we ready to let go of our selfishness,  surrender our fears of losing and instead focus on the space we are creating for the new?  Letting go is not for the faint of heart.  It´s only for those of us who feel true passion for life as an ever changing phenomena, those of us who flow easily and are ready to risk life as we know it for LIFE as it is meant to happen for us.

There is no way we can escape our destiny if we are willing to listen.  I am willing to go through the fire only to find out what lies beyond my regular ideas.  I am willing to let my mind expand through the wisdom of my heart and find a way to offer my heart unconditionally under any circumstance.

I just need to know what truly resonates,  get closer to it,  risk it all and embrace whatever life is bringing fully in my heart first and then wait.

And all the obstacles will fall in time...
time sweet time.








jueves, 6 de octubre de 2016

Encuentros

Es mediodía en Costa Rica y el cambio de horario todavía me tiene un poco perdida.

El viaje ha transcurrido viento en popa, con la excepción de que tomamos un tren equivocado. Sin embargo,  pudimos rehacer nuestra ruta rápidamente y llegamos a destino más bien más temprano de lo planeado.

Llegar a este destino tiene raíces de años.  Tuve el gran placer de conocer a mis amigos alemanes en un taller que hice hace tres años en un lugar por aquí cercano.  La conexión y amistad fueron instantáneas y tres años tomó forjar la idea de venir a enseñar de nuevo a Bavaria.

Los campos verdes y el cielo inmenso me dan una sensación de apertura y de paz.  Acabo de regresar de correr al atardecer y aunque está frío la carrera me devuelve una sensación de vitalidad que logra vencer del sueño y el letargo.  No conozco instrumento más acertado para sentirme bien que este cuerpo.  Mover las piernas me devuelve sensaciones de hace años cuando corría y me hace soñar con volver a ese estado meditativo en movimiento.

Mientras corro los rayos del sol iluminan las verdes colinas,  las casitas y la iglesia a los lejos y mi corazón.  Pienso en todos los seres que amo en Costa Rica y su presencia se vuelve clara y limpia como la brisa de otoño.  Ese amor lo canalizo y concentro en mi corazón para mañana compartirlo con decenas de yogis y yoginis que conoceré el fin de semana:  seres amables y dulces,  algunos de ellos que ya he tenido el gusto de conocer.

Dicen que no hay coincidencias en esta vida y que nuestro karma nos lleva a los lugares indicados en el momento indicado.  He tenido el gran gusto y privilegio de compartir estos días con un maestro que siempre he admirado y que de "casualidad" está ahora aquí en Alemania en casa de mis amigos. No hay casualidades y practicar esta mañana en su compañía ha sido uno de los regalos más hermosos que este camino me ha traído.  Su presencia,  calma y humildad sólo me hacen recordar a mi maestro,  el abuelo,  el creador de este linaje que practico y enseño.  Estudió con él por muchos años y aún así siempre le preguntaba su nombre...Esta mañana me dio unos consejos que apreciaré siempre sobre mi práctica actual y a futuro y conversamos sobre temas de la vida,  de Guruji,  de India.

Pasiones compartidas frente a una buena taza de chai.

El día que llegamos nos preparó él mismo un delicioso almuerzo vegetariano.  No hay palabras para describir la sensación de esa comida hecha con tanto amor y esa familiaridad de comer juntos al calor de un horno de barro con un altar lleno de figuritas indias encima.  Afuera el frío hacía de las suyas pero siento que en esa cocina me he sentido segura y amada como nunca.  Los encuentros son creaciones perfectas de la vida y este último me ha llenado el alma de gozo.

Al igual que todos los anteriores...

Me preparo para dormir,  mañana practico muy temprano.  Dicen que los maestros practicamos por nuestros estudiantes y enseñamos para nosotros.  Nada más cierto.  Voy a la cama soñando con el reencuentro con mis chicos grandes en Frankfurt el próximo lunes,  mis pequeños en Costa Rica, cargando pañales, chupetitas y gorritos de bebé para el amado ser que se aproxima en pocos meses a nuestra familia. Contando mis bendiciones y sintiendo los problemas del diario vivir  lejanos desde esta tierra fría y dulce mientras tomo una taza de té rooibos con vainilla y leche de soya y saboreo un chocolate que ya sabe a Navidad.

Desde el país de los bosques y lagos,  dulce anochecer al calor del hogar.


martes, 4 de octubre de 2016

La forma de mi corazón

Escribo con el cuerpo sintiéndose muy raro, las piernas desaparecidas y los ojos a punto de cerrarse.

De hecho,  escribo porque hace días que no lo hago y también para no dormirme.  Todavía nos quedan dos horas de espera aquí en Madrid y quiero adaptarme cuanto antes al cambio de horario.

Después de un vuelo de nueve horas,  aterrizamos en España camino a Alemania.  Alemania ha tomado últimamente un lugar muy especial en mi corazón:  la mitad de mi familia vive ya ahí, amigos queridos provienen de ahí o tienen alguna conexión con ese país.  Es una conexión que me sorprende y agrada mucho- aunque hace unos años jamás hubiera pensado que era posible.  Mis ideas y opiniones me habían creado un concepto cerrado y obtuso sobre este hermoso país y su gente y no podía ver más allá.

Ahora,  entre tantos viajes,  talleres,  amigos y algunos intentos principiantes de aprender el idioma, siento que estoy volviendo a casa.  Conozco el aeropuerto,  los trenes y varios shalas.  Mis amigos german yogis me esperan y viajo en compañía de alguien muy querido para mi corazón.  Ella en su propia búsqueda de sus raíces y su interioridad.  Compartir este viaje es muy importante para las dos y un paso sólido en la consolidación de procesos personales y nuestra propia relación.

Mi corazón me dice que todo lo vivido en el último mes en Costa Rica culminará en Alemania.  No estoy segura de cómo pero sí sé que así será.   Sé que tengo que tomar varias decisiones importantes para mi vida y podría apresurar desenlaces...sin embargo,  mi alma me pide contemplar las posibilidades sin prisa,  sin ansiedad.  La no-acción también puede ser una acción crucial si se toma conscientemente.

Mi intención siempre ser un receptor lo más transparente posible para que la Energía se manifieste.

A pesar de que los ojos se me cierran,  mis dedos consiguen teclear mis pensamientos,  un poco mezclados con la nostalgia por mis pequeños y la emoción por aquellos que voy a encontrar.  El camino está repleto de regalos y me embarco pronto en el próximo avión hacia el corazón de este país flagelado por la violencia en el pasado y donde ahora tantas almas buscan el sendero de la paz y la solidaridad.

Toma a veces mucha oscuridad para realizar lo que es verdadero y esencial en esta vida.

Alemania es un ejemplo viviente de que el amor puede triunfar sobre el odio,  la cordura sobre la locura y la paz sobre la guerra.  Me aproximo a mi grupo de treinta y pico de estudiantes con el corazón abierto y la intención clara de compartir quién somos,  sin máscaras,  sin hipocresías.  Creo que el encuentro sucede inevitablemente si cada uno está listo para asumirse sin ninguna pretensión que no sea estar absoluta y totalmente presentes.

Y esta última frase ya me rebela mucho sobre mis propias decisiones personales y cuánto de esa misma presencia puedo manifestar en este momento en cada una de ellas.

Termino de escribir porque entre el Frank Sinatra a todo volumen aquí en el aeropuerto,  mi sueño y el hambre siento que pierdo la coherencia y empiezo a ver doble..

Próximo reporte desde Alemania.
Bis Bald!