viernes, 31 de mayo de 2013

La gentileza es el camino del Guerrero

Permanecer en lo simple.

Permanecer en lo simple...
permanecer en lo simple.

Aunque otros sean hostiles.
Aunque otros sean amistosos.

Estoy buscando sentir amabilidad por mí misma y compasión por los otros.

Pienso en ese tigre que se mueve en la jungla en su madurez,  sereno y majestuoso.  No busca ninguna presa.  Está satisfecha y camina lentamente,  con ritmo y presencia.  Está relajada desde la punta de la nariz hasta la punta de la cola.  Se mueve en olas,  con confianza.

Confianza.

Una mente sin dudas.

Vastedad.

Siento que en este momento de mi vida,  la vastedad consiste en poder ver lo perfecto del lugar donde estoy,  este momento preciso y particular.  Sin ambición.  E irónicamente, cualquier propósito u objetivo se acerca más.

Cada acción la realizo sin dificultad,  fruto de la disciplina de años.  Anhelo que esto inspire a otros,  sin  ánimos de éxito,  victoria ni fama.  Todo eso queda atrás.  He llegado a un lugar sin dudas y un apacible respeto comienza a germinar.

Y de ese respeto por el momento presente,  intacto tal y como es,  el miedo se va.  La serenidad provee visión y confianza.


Inicio un camino nuevo.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Presencia auténtica

El camino del guerrero nos pide innumerables cualidades.

Cuando me refiero al guerrero, me refiero a todos aquellos - hombres y mujeres por igual- que aspiramos a encontrar un espacio para nuestra vida espiritual aún en medio del corre corre del día a día.  Me refiero a todos los que vivimos en el "mundo" y no podemos retirarnos de la sociedad a meditar a una montaña.

Aún en medio de responsabilidades y proyectos,  nuestro reto consiste en llegar a ser capaces de vivir una vida relajada por dentro,  encontrar dentro de nosotros mismos ese espacio de confianza incondicional,  libre de agresión.  Proyectar nuestro camino como el abrirse de una flor: un proceso natural de expansión.

Todo esto suena muy hermoso, pero toma mucho deseo y enfoque plasmarlo en nuestros pensamientos y acciones.  Para lograrlo,  es imperativo mantener nuestro enfoque.  Habrán mil cosas que confabularán por distraernos:  relaciones,  conflictos, dramas emocionales,  vampiros,  inconsciencia.  Nuestra y ajena.  Pero nuestro enfoque es, en vez de caer presa de todo ese caos diario a nuestro alrededor,  ser capaces de admirar  la belleza de la vida y no perder el camino.

Comos guerreros y guerreras espirituales de la vida moderna necesitamos vivir sin aferrarnos.  Todos adolecemos de una mente que se agarra como un mono a mil cosas.  El camino consiste en soltar y en rendir la comodidad temporal que encontramos en una mente cerrada y la falsa sensación de seguridad que nos dan nuestros juicios, expectativas y conceptos.  Esto lo alcanzamos a través de la disciplina de la práctica espiritual.  Nuestra práctica va profundizando en la claridad de nuestro verdadero Ser y cualidades que requerimos para continuar.

El paso de la vida desde el ego a una visión más vasta y omnicomprensiva de todo requiere de cuatro cualidades:

1.  Mansedumbre.

2. La capacidad de mantenernos curiosos e inventivos.

3.  La capacidad de no tener miedo.

4.  La capacidad de no escrutinizarnos  y juzgarnos continuamente.

Todos tenemos un poquito de estas cualidades en potencia.  Todos podemos ser gentiles y humildes. A todos nos maravillan los detalles da la vida- si logramos estar los suficientemente presentes para admirarla.  Todos podemos atrevernos y entrar en situaciones nuevas sin miedo y finalmente,  todos podemos encontrar la experiencia de la plenitud en la aceptación de quién somos.

Aunque todos tenemos estas cualidades en potencia,  sin la disciplina se pierden irremediablemente entre nuestro patrones habituales.  El guerrero y la guerrera modernos necesitamos  una fe inquebrantable en la Bondad Innata. Esto significa realizar que siempre estamos conectados a nuestra Fuente Inagotable de Vida y de Amor.  Aunque a veces cerremos las persianas.

Es un proceso que se retroalimenta: por un lado, la experiencia de presencia auténtica es la que permite que estas cuatro cualidades  que menciono se desarrollen, pero a la vez las cuatro cualidades desarrollan esta presencia auténtica.  Lo importante es no perderlas de vista,  al igual que es vital no desconectarnos de nuestra Inspiración.

Podemos dejar ir nuestro ser pequeñito y aspirar todos a una visión más amplia y profunda de la vida.  Es este hilo de vastedad innata lo que conecta el camino de nuestras vidas.  Y si están leyendo estas letras, es porque en su camino han llegado a un punto de  posibilidad de aceptación serena de lo que es en este momento en sus vidas.  No es el momento de luchar por tomar el siguiente paso.  

Es el momento de relajarnos en la consciencia que hemos adquirido hasta hoy- no basada en nuestro ego falso-  sino en una confianza incondicional de que estamos donde tenemos que estar.   Como ya lo dije antes,  sin agresiones,  sin ansiedad.  Como una flor que se va abriendo a su ritmo,  indiferente a las mil y una distracciones de nuestra "ex- mente".

Mi flor preferida son los lirios.  Amo la metáfora de como pasan de un botón cerrado a una estrella que perfuma todo a su alrededor.  Ayer tuve con Gael,  mi precioso hijo de 5 años,  una disertación sobre los lirios.  Su candor, inocencia y capacidad de maravillarse ante el botón cerrado me conmovieron.  Sobre todo me conmovieron sus preguntas tan profundas:  

"Esas flores están vivas- aunque estén en un jarrón?   
Por qué siguen abriéndose y oliendo?  
Por cuanto tiempo?

QUIEN LAS CORTO!!??"

ja ja...

Sus preguntas inteligentes me recordaron que somos flores en este camino de la vida y el secreto consiste en no separarnos de la Mata Madre y su savia.  La Mata Madre nos alimenta en cada instante pero algunas veces aspiramos a que nos corten para  adornar temporalmente una sala o una cocina.  No anticipamos en nuestra ignorancia que estar separados del nuestra Fuente es la muerte.  Y aunque por unos días parezcamos florecer,  en realidad estamos en proceso de extinción.

Somos flores que necesitamos ser apreciadas,  no cortadas. Y lo mismo aplica para nuestra relaciones,  experiencias y posesiones en esta vida.  Así como decía Guruji,  vivimos en una casa de alquiler y todo es temporal.

Apreciemos los muchos regalos de este día recordando nuestras cualidades.  Y continuemos abriéndonos como un hermoso lirio en el campo.

Que nuestra vida consista en perfumar a todos los seres que topamos en nuestro camino-  no importa cuán brevemente lo hagamos.  Sin prisas.  Sin agresión.

Y por el amor de Dios,  que nadie nos corte.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Perdón? La palabra de moda en el mundo de la pseudo-espiritualidad

Cada día me convenzo más de que todos estamos conectados a un nivel profundo.  Numerosas confirmaciones diarias me recuerdan que todos los seres humanos pasamos temas similares y aprendemos juntos.  Hoy recibí una confirmación de todo esto.

Una muy buena maestra mía escribió en su blog sobre el tema del perdón en yoga.

"Alguna vez te han traicionado o te has preguntado cómo manejar tu ira cuando hay tantos maestros espirituales pidiéndote con urgencia que perdones?"

Leí esta frase y de inmediato agradecí a Dios por una voz de comprensión en este camino.  Alguien inteligente,  respetada y con vasta experiencia en el mundo del yoga.

Continúa diciendo que tal vez su posición le traiga rechazo de colegas y estudiantes,  pero que ha aprendido que si no está uno dispuesto a defender lo que valora y arriesgarse a ser diferente, no tiene sentido ser líder y menos todavía,  pretender mostrarle el camino a otros.

"Han notado como la palabra "perdón" se ha utilizado últimamente por doquier en cualquier cantidad de posts en Facebook y Twitter....hasta en Oprah?"

Se ha designado este supuesto perdón como la forma número uno de ser "espiritual" y algunos incluso la usan como estandarte de lo que significa el Yoga en su esencia.

La palabra perdón se ha convertido en un comodín que asegura un montón de "likes",  pero creo- junto con mi maestra- que el perdón merece manejarse con mucho más cuidado y consideración.  Considero el perdón una versión plena del amor incondicional,  la compasión y la empatía.  Se han hecho incluso estudios donde se determina que las personas que "perdonan" son más felices y saludables que los que no.

Hay líderes que predican y postean el Perdón diariamente y algunos incluso sucumbimos al peer pressure. Siga leyendo para darle una sacudida a este perdón superficial y simplón- y me incluyo.  He tenido que perdonar big time en mi vida porque me han quemado innumerables veces.

Cuando nos traicionan,  es humano sentir un fuego de ira y enojo inicial-  esa sensación caliente y quemante.  Luego,  el sentimiento deriva en algo más sabio, consciente y hasta amable.  Lo lógico es eventualmente soltar el sentimiento hirviente y reemplazarlo por el más amable.  Y este es el que nos ayuda a discernir y protegernos- uno mismo y a los demás-  de volver a ser herido por esa persona.

De nuevo.

Coincido con mi maestra que mantener esta consciencia de alerta es inteligente y hasta saludable.  Es como tener un grano de arena entre los dedos:  un recordatorio de que ese ser nos ayudó a ser más fuertes y a estar más despiertos.

El sentido de todo esto es sentirse empoderado y no arrasado y devastado por las conductas inconscientes de los demás.   No ser más víctimas.

Vivimos en un mundo permeado por el amor incondicional y la unión y nos conectamos con este sentimiento a través de nuestras prácticas espirituales y oraciones.  Sin embargo,  es una realidad que estamos en cuerpos y es imperativo considerar a las demás personas mientras vivimos.  Nuestras acciones tienen efectos sobre los demás. 

Si perdonamos de manera simplista o prematura-  mi maestra la llama "compasión idiota"-,  qué va a impedir que esta persona cause daño de nuevo?  Si no ha habido una sincera disculpa de su parte y señales de remordimiento y la intención de cambiar su conducta,  nos toca encogernos de hombros y hacernos los "locos"- como decimos en Costa Rica-  en nombre de nuestra espiritualidad tan "avanzada"?  Nos tiene que importar sólo nuestra vida en vez de realizar que este ser podría seguir dañando más gente?

Qué tal si esa persona sigue causando daño SOLAMENTE porque nadie antes en su pasado le puso límites y les dijo "HASTA AQUI?".

Aquí es donde el granito de arena es útil para recordarnos que tal vez no sea todavía tiempo de confiar de nuevo en esa persona.

Muchos yogis-  los más ingenuos debido a su gran "compasión"- carente por supuesto de discernimiento- son las presas más fáciles de este tipo de perdón ciego.

Yo también he estado ahí,  al igual que mi maestra.  Insisto en guardar esperanza más allá de los límites sanos y he salido bien quemada por supuesto.   Tantísimas veces.

Así que me uno a la voz de mi maestra para decir:  EL PERDON HAY QUE GANARSELO.

Los líderes naive y pseudo espirituales que se cobijan en el comodín dirán:

" Pero si sólo son humanos."
" Yo soy puro amor incondicional".
"El amor es la respuesta".
"La gente se equivoca".
"El yoga es perdón".

Un ser que ha dañado en el pasado tienen muchas posibilidades de hacerlo de nuevo en el futuro.

Señores maestros- y aquí me dirijo específicamente a colegas cercanos que optan por la solución de la avestruz- o también de sentirse que están por encima de este discurso tan humano y desgastante:

                                                             WE CAN DO BETTER!

                                El Yoga no es abstraerse de la realidad y carecer de criterio.

Ser un líder en Yoga conlleva una gran responsabilidad que no se puede evadir con posts ajenos o imitando a otros líderes.

En mi total humanidad llena de errores y equivocaciones,  puedo decir con sinceridad que he aprendido de mis errores.  Creo en hacer una observación honesta de quién soy y el esfuerzo por mejorar.  Así que espero lo mismo en mis relaciones cercanas-  no respuestas evasivas pusilánimes para evitar conflicto y levitar por encima de este mundo y sus problemas.

Reconstruyamos la confianza antes de perdonar.   Pongamos límites sanos.  Y saquemos de nuestra vida a todos aquellos seres que no dan muestras fidedignas de arrepentimiento por sus errores.  Ver hacia el otro lado tal vez sea una solución temporal,  pero irremediablemente quienes así lo hacen tendrán que que enfrentar situaciones que ameriten,  por primera vez  en su vida, poner límites y respetarse un poquito más.



Enseñemos con el ejemplo.




martes, 21 de mayo de 2013

Apologies y el nihilismo

Hay muchas clases de disculpas.

Algunas dan lástima.
Otras son sentidas y las ofrecemos desde el corazón.

Yo misma he tenido que pedir perdón muchísimas veces.  Pero de todas esas veces,  sólo unas pocas han sido realmente con la intención de cambiar y no cometer de nuevo el mismo error.

En AA y NA le piden a las personas en rehabilitación que hagan un recuento de todas las metidas de pata,  vayan una a una pidiendo perdón a la gente que hicieron daño y luego rectifiquen.  Recibí varias de estas cartas de ex-parejas con problemas de adicción y en su momento,  fueron un rayito de esperanza entre el mucho dolor causado por sus conductas.  Sin embargo,  las cartas terminé botándolas al darme cuenta que no habían pasado del papel.  Las conductas dañinas regresaron y hasta ahí llegaron todas las buenas intenciones.

Esto puedo comprenderlo porque romper una adicción no es nada fácil.  Sea alcohol,  drogas,  sexo o comida- lo que sea-,  hay un componente psicológico y de enfermedad que requieren apoyo profesional.  Pero recibir una de estas disculpas de un colega que afirma estar en el camino a la iluminación,  esos ya son otros cien pesos.

Decía uno de mis queridos maestros,  que si uno se jala una torta,  simplemente lo que hay que hacer es rectificar.  Metemos la pata,  no lo haga más.  Lo vuelve a hacer,  intente no hacerlo más.  Y ahí vamos,  pasito a pasito,  en este camino de equivocarnos casi a diario para aprender más sobre nuestra naturaleza humana y el poder que todos tenemos de transformarnos.  Si queremos.

El yoga nos ayuda a acelerar este proceso de transformación.  Entonces uno espera que una disculpa pública signifique lo que parece.  No que la persona en cuestión publique un enunciado escueto donde supuestamente pide perdón por sus faltas y a la vuelta de la esquina,  cometa-  con alevosidad y mala fe- de nuevo la falta pero esta vez magnificada.  Eso sí que me parece patético.  En ese caso, mejor no hubiera pedido perdón desde un principio.

Tal falta de congruencia me enoja y decepciona.  Pero decido,  en este caso específico que ya me ha regado tantas bilis,  no engancharme ni esperar nada.  Qué gran liberación! Creo que mucho de nuestra miseria viene precisamente de nuestras expectativas hacia otra gente o lo que simbolizaron en su momento para nosotros.  Y la gente cambia.  Los humanos cometemos errores.  Algunos nos disculpamos de a de veras,  otros hacen la manpara y siguen como si nada.

Está en San José otro de mis ex- maestros,  persona a quién respeté muchísimo en su momento y que me enseñó excelente técnica en mi práctica.  Sin embargo,  este es un ejemplo de alguien que metió la pata bien adentro y luego se hizo el loco y siguió adelante-  sin pedir perdón ni arrepentirse de nada.  De su altanería y orgullo comprendí que la técnica que me enseñó no era suficiente.  Que yo anhelo maestros congruentes en su camino y que una disculpa sincera hubiese bastado para perdonarlo.

Me duele observar como gente sin conocimiento de su pasado se apunta a estudiar con él y no están al tanto de sus fechorías.  Me sorprende aún más saber que colegas que están muy conscientes de sus pasos aún así deciden compartir su tiempo y energía con una persona con tales antecedentes.   En yoga,  se nos pide ser muy picky de con quién compartimos nuestra energía.   Estamos todos muy abiertos y todas esas malas vibras  se pegan.

Así que pongo distancia comprendiendo que nadie es perfecto. Pero creo que nos acercamos a esa perfección cuando reconocemos nuestros errores y decidimos aprender de ellos.  Cuando superamos el bache haciendo de tripas corazón y admitimos que nos equivocamos.   Cuando nuestra conducta subsiguiente sugiere un cambio de consciencia. Y nuestros errores se vuelven nuestro recordatorio de nuestras limitaciones y razón de más para la humildad.

Ahora me quedé sin dos maestros,  pero ambos me enseñaron exactamente qué no hacer.  Son enseñanzas valiosas en estos tiempos de tanta confusión.  Un ser que me inspire debe ser lo suficientemente humano para equivocarse.  Pero también,  lo suficiente héroe para no esconderse tras  disculpas vacías y tratar de ser la mejor versión de sí mismo que pueda.

Eso es para mí un maestro.

Lo demás,  con toda la razón del caso,  son pseudo- protagonistas de su propio sueño de opio.   Nihilistas en su máxima expresión con pieles de oveja.

De estos,  Tatica Dios, sálvame.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Esto es un asalto.

Ha sido una semana difícil.

Entre la cirugía de Theo y los acontecimientos de anoche,  siento que no doy más.

Regresaba de una reunión fuera de mi casa y en el camino de regreso me tocó presenciar un atropello.  Vi un cuerpo ensangrentado en el asfalto y mi corazón dio un vuelco.  Surrealista.  Fuera de mi realidad cotidiana.

Para rematar,  anoche sufrimos un asalto. Sí,  uno de esos con pistola y todo.  Caminábamos a la perrita en medio de un barrio cercano que no tiene seguridad.  Nuestro error.  La verdad era mi primera vez y me asusté muchísimo.  Sólo pérdidas materiales gracias a Dios,  pero una sensación nueva que nunca había sentido de ser invadida hasta lo más profundo de mi ser por una energía oscura y maligna.

Hoy estuve todo el día sintiéndome "fuera de tiempo presente",  como una amiga me ayudó a nombrar ese estado en que uno pasa rememoriando los acontecimientos shockeantes o dolorosos y se pierde del momento.    Estaba como en una modorra mental.  Perdí las llaves del carro,  me costaba escuchar a la gente,  me movía lento y despacio.  Recordaba cada detalle del asunto y me empecé a sentir genuinamente mal, incluso a nivel físico.

Me descompuse del estómago,  me puse irritable y de mal humor.  No ayudó que mi bebé recién operado tuviera una crisis de temperatura y dolor y al final,  prácticamente terminé llorando con él,  de tristeza e impotencia.

Me percaté de manera muy real de que la violencia es una realidad en este mundo.  Pero una cosa es considerarla de largo y otra verla materializarse en dos tipos en moto gritando obscenidades y apuntando a mi marido con un revolver.

En mi mundo- y me doy cuenta de que vivo en una especie de burbuja protegida por no sé qué ángeles y maestros,  sólo así lo puedo explicar- la violencia es bastante rara.  Por supuesto,  nunca falta la explosión de sentimientos de alguien cercano,  dramas que se repiten- propios y ajenos- pero ahora me parecen un juego de niños.  Pienso en todos aquellos seres que hoy sufrirán violencia física-  ataques,  asesinatos, violaciones,  robos: dolor y más dolor.

Pienso en quiénes morirán esta noche de una puñalada,  disparo,  accidente o golpiza.  En quiénes llorarán la ausencia de sus seres queridos.  Y sé  perfectamente que esa que llora podría ser yo.  En cualquier momento.  Cualquiera de estos días.

Cómo protegerse? Cómo resguardar a quiénes amamos?

Estar despierto implica no solamente maravillarse ante la belleza de la Creación,  sino también realizar que la Vida puede ser un acontecimiento sumamente violento y misterioso.  En mis reflexiones,  consideré incluso que los ladrones de anoche podían ser a su vez  padres de familia,  incluso amantes de sus hijos.  Qué paradoja!  Y yo misma,  en mi burbuja,  puedo también convertirme en un monstruo lleno de rabia y lista para atacar sin piedad.

Si no estoy consciente,  es perfectamente posible.



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En medio del dolor de estómago, el bebé lloroso,  el marido asustado todavía por la agresión,  el recuerdo del atropellado sangrante,  la imagen de los motociclistas y sus gritos....en medio de todo esto,  aún así,  ansío con todo el corazón que mañana sea un día nuevo.  Que así como la Vida me dio duro esta semana,  también pueda sorprenderme como lo ha hecho tantas veces.

Y de ahí me agarro para continuar con esperanza.

Sólo con esperanza es que podemos,  pasito a pasito,  continuar.


domingo, 12 de mayo de 2013

Motivación y amor de madre

Me gusta la gente que se motiva sola,  que no anda esperando que alguien más lo jale y lo entusiasme.

Vivimos en una cultura maternalista al 100% y hoy se celebra el Día de la Madre en algunos países,  aunque no aquí en Costa Rica.  Sin embargo,  el tema viene a colación y me doy cuenta de que mi país adolece de un porcentaje muy alto de mamás "gallinas":  el producto son personas que no se mueven si alguien no está detrás empujándolos.   Triste pero cierto.  Y lo veo a menudo a mi alrededor.

Incluso yo misma tuve una madre así.  Sin embargo,  aunque ella hizo todo el intento de calzar en ese molde heredado por generaciones,  gracias a Dios fue una mujer que también se rebeló ante ese rol de cuidadora eterna y alma de la casa.  Buscó su propia alma.  Y eso significa que sacó tiempo para ella, que se ausentó por épocas del hogar y también,  que no se conformó con las tradiciones que le recetaron.  Gritó,  reclamó y no se dejó.  Y gracias a Dios,  me dejó a mí tiempo sola para descubrirme.

En algún momento de mi vida,  creí que esto era lo peor que me podía pasar.  Quién me iba a indicar el camino?  Quién me iba a aplaudir cada triunfo,  vivir por mí?  Quién iba a dejar su propia vida "on hold" para vitorearme y que yo fuera el sentido de la suya?  Cómo agradezco no haber tenido una madre así y al mismo tiempo, no aspirar a ser ese tipo de madre para mis hijos.  Cómo lo agradezco.

Tengo muy cerca madres "pirañas" que siguen controlando la vida de sus hijos con un comentario o un "consejo".  Que se inmiscuyen,  que no tienen vida propia,  que no han hecho nada con sus existencias y sólo satiletean alrededor de su progenie.  Han hecho de su descendencia una prolongación de sus propias insatisfacciones y se ufanan de triunfos ajenos que según ellas,  son sólo muestra contundente de su excelente papel como mamás.

Qué peso tan absurdo cargar a uno hij@ con las expectativas que una misma no ha podido realizar! Qué doloroso vivir a través de alguien!  Ser mamá es un papel delicado y que demanda un desapego total,  a pesar del gran amor que uno siente por estas criaturitas.

Los hijos vienen a nosotros como un regalo de Dios.  No son piezas de arcilla que nos toca moldear. Ya vienen listos,  nosotras los recibimos y cuidamos para que se muestren poco a poco al mundo.  Algunos traen defectos muy grandes:  de ellos aprenderán muchas cosas. Otros traen talentos valiosos:  les toca a ellos mismos descubrirlos y expandirlos.

Recuerdo cuando mis hijos grandes tenían un proyecto semanal en la escuela y venían a mí a pedirme ayuda.  Muchos de los padres y madres les hacían a sus hijos los proyectos y estos chicos llegaban los viernes con una escultura,  una maqueta o una pintura hecha por un adulto aduciendo haberla hecho ellos. Mis hijos por su lado,  no.  Ellos llevaban su modesto dibujo,   plasticina torcida o proyecto manchado,  pero hecho por ellos mismos.  Yo los veía buscar en la casa sus materiales,  enfocar su atención solitos y presentar sus creaciones que por supuesto,  les aplaudía.

Las miradas de mis hijos a veces estaban tristes cuando llegábamos a la escuela:  ellos con su modesto proyecto- pero hecho por ellos- y los otros chicos con sus rinbombantes construcciones adultas.  Siempre les decía:  "El tuyo es el más bonito". Lástima que las maestras en general no apreciaban esta diferencia.

Según mi visión,  he criado hijos independientes y seguros.  De qué sirve que un chiquito tenga el proyecto más "bonito" si no lo hicieron ellos?  De qué sirve una nota absurda si lo que se está fomentando en las escuelas es una mentira- de que son los mejores de la clase cuando ellos no hicieron nada? Incluso ahora con mis bebés,  trato de no dibujarles nada.  Si les hago un dibujo, estoy incitándolos a que me copien.  Si los dejo libres,  crean unas bellezas que yo no podría ni imaginar.

Así que hoy a todas las madres que me leen,  no maten la creatividad de sus hijos.  No les maten el alma.  Tenemos el poder de elevarlos al cielo o el poder de destruirlos con una palabra.  Alaben sus logros,  pero déjenlos explorar.  No les cercenen la conexión divina que ya traen:  sostengan el espacio para que ellos muestren sus ideas,  encuentren su diálogo interno y luego,  muestren al mundo quiénes son.  Dénles la posibilidad de equivocarse.

No son una extensión nuestra.  No son nuestra propiedad.


No son el orgullo de la familia ni el ejemplo de nadie.

Son ellos,  cada uno un ser irrepetible que nos escogió para venir a este mundo.

Seres únicos que vienen a través nuestro a enseñarnos con tanto amor de por medio.

No nos perdamos la posibilidad de descubrir quiénes son en medio de nuestras propias inseguridades.

Señoras,  get a life.  Y dejen a sus hijos libres en sus vidas para vivirlas como están destinados.  Son seres completos,  sólo vinieron a través nuestro.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Los sueños suceden....a pesar de nosotros mismos.

Escribo estas letras con la intención de recordar.

Para eso es que practicamos Yoga.  Uno de mis queridas maestras dice que el Yoga es una tecnología para despertarnos de la amnesia espiritual. A mí personalmente me ha abierto los ojos a todo, al igual que mi querida India me enseñó a apreciar la vida a través de la aceptación de la muerte,  la abundancia a través de la aceptación de la pobreza,  la alegría en cualquier momento y lugar más allá de las circunstancias externas.

Abrir los ojos se siente a veces como limón en los ojos.  De chiquilla, mis amigas del colegio insistían en que si uno se echaba limón, el blanco de los ojos se ponía más blanco.  Así que ahí hice el experimento varias veces  chillando de dolor.  Esto para mí  ahora no es abrir los ojos,  sino una muestra de mi falta total de madurez en ese entonces.   Pero como dicen por ahí, la madurez es la aceptación total de todo lo que somos y desde ahí, el descubrimiento de nuestras cualidades más profundas.

Mi sueño nació sin darme cuenta.  Siempre amé mover mi cuerpo.  Desde pequeña estuve en clases de danza y ya más grande amaba toda clase de disciplinas físicas.  Moverme me daba un gozo que nada más me concedía.  Y desde que tenía 15 años no he parado.

Tuve que detenerme cinco años en la Facultad de Derecho,  tres más en tres maestrías y muchos meses en los embarazos de mis queridos hijos.  La vida me mostró que cuando no me movía me sentía triste.  Y comprendí que la sabiduría de mi cuerpo era la vía que Dios escogió para hablarme en esta vida.  Las sensaciones,  ese lenguaje silencioso que he aprendido a agradecer y escuchar.

Recibí por gracia de Dios a maestros que me enseñaron a apreciar la relación entre mi cuerpo y la música,  mi cuerpo y la Naturaleza,  mi cuerpo y mi mente.  Mi espíritu comenzó a interesarse.  Del cuerpo al alma,  del alma a esa presencia trascendente que todos añoramos en esta vida, imposible de nombrar pero que todos tenemos la capacidad de sentir.

El movimiento y el silencio,  dos lugares que amo.

Y decidí compartir mi experiencia.  Al inicio,  no fue fácil.  Si lo veo hacia atrás,  fue un período de improvisación y exploración.  Muy sola en mi camino, pero eso me hizo desarrollar enfoque y persistencia.  Mi exploración acercó a amigos de mi misma especie,  con consciencia del movimiento y libertad de espíritu.   De esos experimentos juntos,  cada uno se enamoró a su manera. Y luego,  todos nos desbandamos y profundizamos en aquello que más nos llamó la atención.

A mí me capturó el Ashtanga Yoga.   Desde que vi a mi primera maestra hacer una vuelta de carnera al revés (chakrasana le llamo ahora),  mi mente se sorprendió y amé esa sensación de sorpresa.  Había perdido un poco la capacidad de maravillarme ante el milagro de la vida,  del movimiento y más adelante aprendí: de la respiración.  Las asanas que simbolizan pájaros,  insectos,  animales y dioses me maravillaron y descubrí que mi cuerpo entraba en ellas sin esfuerzo,  como si ya lo hubiera vivido antes.

El Ashtanga Yoga me llevó a India y me ha hecho volver ya diez veces.  Cada viaje ha sido una inyección de alimentación a mi sueño en Costa Rica,  cada esfuerzo por darle la vuelta al mundo literalmente una forma de experimentar el surrender y la fe en lo que creo.

La energía jala energía.  Namasté surgió espontáneamente de un grupo de amigos que nos reuníamos a jugar.  El nombre llegó porque uno de nosotros empezó a llamar el lugar así.  La sala de mi casa donde practicamos era nuestra sala familiar de meditación.   Una pieza a la vez,  el rompecabezas tomó forma. Caritas hermosas empezaron a asomarse,   los viajes a India se volvieron regulares y poco a poco, sin prisas ni expectativas,  sucedió el milagro.

Si hubiera tenido un business plan,  una estrategia y un análisis de costos y beneficios,  Namasté no sería lo que es hoy.  La sala de mi casa es ahora un eje en mi vida, un espacio sagrado.  Se llena cada semana de almas únicas,  amorosas,  sinceras.  Mis bebés juegan entre las piernas de los estudiantes y la vibración de mis maestros llena el cuarto de amor.   Yo soy sólo una pieza de este hermoso paisaje y mis maestros el firmamento que sostienen esta aventura que se llama Namasté.

Namasté significa mi espíritu reconoce el tuyo,  cuando los dos estamos en ese lugar de silencio y gratitud por la Vida.   Es díficil referirse a ese lugar con palabras.  Puedo describirlo con imágenes y colores.  Puedo olerlo e identificarlo cada día en las risas de mis bebés, la brisa suave y los saltos de mi perrita.  Lo siento en la madera bajo mis pies descalzos,  las flores iluminadas de colores y las voces de mis amigos.  La aprecio en el abrazo de mis seres amados y en la memoria de mis maestros- pasados y presentes.

La llevo dentro de mí porque de alguna forma,  por algún milagro,  se despertó.  No recuerdo exactamente cuándo, pero sí recuerdo cuando estaba todavía dormida. Mi vida era muy diferente: insistía en que la causa de mis penas eran otras personas,  las circunstancias externas o mi mala suerte.  Pero algo cambió y sólo puedo achacar ese cambio a la guía amorosa de mis maestros.  Sin su guía no lo hubiera logrado sola, nunca.  El proceso espiritual puede volverse un cuestionamiento mental continuo sin llegar a ningún lado. La transformación sucede porque la Gracia nos toca y de alguna manera,  yo he tenido la gran suerte de recibir instantes de gracia de cada uno de estos increíbles seres humanos.

Ahora esa nueva visión permea todo.  Hay días en que veo oscuro y olvido,  pero de alguna forma la balanza vuelve a estabilizarse en un estado de ser y aceptación por todo y por todos.  Aún cuando hay gente inconsciente que insiste en criticar,  juzgar y engañar a mi alrededor,  aún ahí puedo percibir la perfección de esta vida llena de contradicciones.  Sin la oscuridad,  no hay luz.  Sin la tristeza,  no puede haber alegría.  Necesitamos en este mundo de dualidad la experiencia de ambas.  Así es y el anhelo de plasmar mi sueño me ha ayudado a comprenderlo.

Al cumplir doce años de perseverancia en esta aventura,  sólo siento una profunda gratitud por aquellos maestros que me enseñaron a no tirar la toalla.  Cuántas veces desee escapar, irme lejos, incluso cambiar de país y no asumir mi responsabilidad.  Para soñar en grande hay que aceptar darlo todo.  Y en ese darlo todo nos damos cuenta de que no estamos solos.

Igualmente, agradezco a cada uno de los estudiantes que han tocado el piso de madera del Estudio. Todos han traído algo para compartir,  algunos flores,  otros espinas.  Todos han sido importantes, todos han sido parte de esta aventura.

Yo sola no hubiera podido.

Namasté es un ejemplo de que los sueños suceden si así está destinado, a pesar de nuestras pequeñeces,  a pesar de nuestras inseguridades y miedos.

Lo que está destinado a ser,  tiene una forma de suceder a pesar nuestro.

Y es la confirmación de que todo es parte de un Plan Maestro mucho más grande que Mariela,  mucho más inteligente de lo que nadie podría imaginar.

Lo hermoso de cuando la Gracia se hace presente es que sigue creciendo y continúa en expansión-  y tal vez tengamos la suerte,  como he tenido yo,  de ser testigo- con toda humildad y asombro-  de los designios de Dios en una vida.

Eso es Namasté,  un testimonio de lo Transcendente en un cuarto de piso de madera lleno de chiquillos.  Un grupo de amigos con ganas de escuchar lo importante.

Y seguiremos escuchando.  Todos juntos ojalá, seguiremos escuchando.

lunes, 6 de mayo de 2013

Incoherencias y Ahimsa

Ahimsa significa en el idioma del yoga No Violencia.

Dicen mis maestros que esta es la raíz de todos los demás preceptos en mi práctica de vida y filosofía del alma.

No es nada fácil.

Me encuentro en una encrucijada vital.  Mi mente analítica,  educada en la Facultad de Derecho por muchos años, detecta de inmediato cualquier incoherencia. Tiene como una especie de detector de mentiras.  Para eso estudié, en eso trabajé muchos años y me entrené.  Cada vez que nos llegaba un caso en la firma,  nos reuníamos precisamente a eso: a buscar los puntos oscuros,  lo que no calzaba,  los talones de Aquiles. Así que desgraciadamente para mí,  soy experta en encontrar incoherencias.

Esto porque recibo un escrito que tiene que ver con lo que hago,  escrito por una persona neófita quién ha sido usado como títere de otro y en nuestro idioma legal,  mampara,  encubridor.  Desde el primer momento, mi mente legal reacciona ante la injusticia:  primero de usar a alguien de esta forma y segundo,  porque en el escrito detecto de inmediato las palabras del suplantador.  Mmmmm....la cosa no pinta bien.

Continúo leyendo con calma y comienzan a resaltar mentiras,  mentiras bien calibradas pero mentiras al fin.  Si estuviera en un caso frente a un Juez,  simplemente comenzaría a refutar cada una de ellas con pruebas fehacientes que podría buscar incluso en internet.  Se dicen cosas verdaderamente descabelladas,  sin ninguna base ni sustento más que las palabras del títere en manos del suplantador.  Mientras leo,  siento como mi respiración se altera y mis emociones se encienden.  Realmente me da mucha ira la injusticia, para eso estudié Derecho- para evitar de alguna forma tanta injusticia en este mundo- y renace el mí el ánimo de aclarar,  de pronunciarme,  de defender  lo que creo y vivo, de evitar la confusión.

Mi mente reactiva reacciona incluso cuando amigos que yo creía cercanos aplauden la incoherencia,  la payasada,  la pose.  Gente que yo consideraba inteligente atrapada en un discurso falso que parece verdadero,  en un espejismo que no tiene ni pies ni cabeza.

Reflexiono.  Toda la noche paso con en el tema entre sueños.  Me levanto y estoy a punto de responder la afrenta cuando recuerdo la frase de mi maestro:  " Cuando los perros ladran,  no por eso arruinan el cielo".

Cuando los perros ladran no por eso arruinan qué...?

Será que hay que tirarles una pedrada par que no ladren más?

Será que tengo yo que salir a defender con capa y espada este aterro de estupideces?

O sólo hacer como él me indicó:  "IGNORE THEM."

Ay qué difícil por Dios.
Esto del Yoga es más difícil de lo que creí.

Discuto con mi esposo el tema y él,  conocedor del asunto,  también se enciende. Dice que si yo no lo hago,  él lo hace.  Que no es posible tanta desinformación,  que es un derecho humano conocer la verdad.  Está realmente enojado y por un instante,  me puedo ver en él.

Alterada.
Molesta.
Incómoda.
Desilusionada.

Sin embargo,  hoy- por primera vez en mi vida quizás-  decido no hacer nada.  Sigo las instrucciones de mi maestro:  ignoro,  me callo,  voy hacia adentro.  Comprendo que la otra opción no va a lograr nada porque como bien dijo nuestro querido Jesucristo:  los que tengan oídos que oigan.  Los sordos,  es su problema.  Y al menos gracias a Dios tengo el discernimiento de darme cuenta cuando alguien habla palabras falsas o verdaderas.  Al menos en este tema que me concierne.

Calmo a mi marido.  Le digo que meditemos en el asunto.  Que no lancemos piedras de vuelta. Que nos soseguemos, como decimos aquí en Costa Rica.

Y por un rato,  me pongo en los zapatos del atacante.  Me doy cuenta de que viene de un pasado muy oscuro, lleno de drogas,  barrios pobres y pobreza.  Que todo eso influye lo que dice.  Que el manipulador a su vez tiene miedo.  Cuando uno miente,  tiene miedo.  Y por un instante- no voy a mentir, no muy largo-  me dan mucha tristeza.  Me entristece que alguien tenga que mentir para ensalzarse.  Acudir en desesperación a recursos como la mentira para defenderse.

Así que decido no reaccionar.  Se siente como si yo fuera un caballo que desea correr y no lo dejan.  Siento la adrenalina en mis músculos,  las emociones en ebullición.  En vez de destapar la tapa de la olla y dejar que todo este calor salga y queme a muchos,  lo sostengo.

No sé si lo voy a lograr,
No sé si la olla va a hacer lo que siempre ha hecho.

Pero sé que hoy mi alfombra va a arder.
Y sé que al menos hoy,  Lunes 6 de mayor del 2013,  lo estoy intentando.