domingo, 26 de junio de 2016

Muerte

Algunas almas tenemos misiones en esta vida que trascienden los lugares comunes.

No que las escojamos....creo que más bien nos escogen.  No que sea fácil,  ni cómodo...más bien 
muy solitario.

Ayer casi perdí a mis tres pequeñitos en el mar.  Varias olas malvadas casi me los arrebatan.  Un lugar conocido,  el agua hasta las rodillas como sé muy bien con mi experiencia de casi veintisiete años de maternidad.

Pero había un hueco en la playa y eso no estaba en el plan,  además de un oleaje caótico.

Segundos se volvieron eternidades,  el tiempo se detuvo.  Matías se hundió,  seguido de Theo que lo fue a ayudar.  Gael siguió,  pendiente como siempre de sus hermanos.  Nina corrió al mar pero igual la marea arreció.  El remolino empezó a chupar y ya no había piso.  Sola con tres niños encima algo en mí entendió como sacarlos. Mi instinto no pensó nada,  sólo sostuvo, empujó,  gritó...salimos todos llorando de esa playa amada,  rasguñados en la piel pero sobre todo, en el corazón.   Temblando nos abrazamos y tengo que decir que ayer extrañé profunda y completamente una pareja.

Un hombre amoroso,  un apoyo.   Una presencia protectora.  Un compañero de verdad.

Han sido años de mucha soledad en este papel doble de padre y madre.  Años de entrega completa y comprensión racional de lo inoperante de estar con alguien que no entiende mi pulsión.  Pero ayer todo eso se cayó y extrañé un simple pecho caliente y vasto.

Un abrazo de oso,  incondicionalmente protector.

Algunas almas tenemos misiones en esta vida.  Sé que nos piden más que al grueso de la gente, no porque seamos mejores ni superiores,  simplemente porque somos distintos.  Sin embargo,  el precio es alto cuando uno decide escuchar los designios de caminos que a veces se vuelven incomprensibles para nuestra simple humanidad.

Como ayer.

Mi amado Caribe,  mi oasis,  mi paraíso personal,  casi se lleva lo que más amo en la vida.  Lo que sí se llevó finalmente en mí fue cualquier idea personal,  expectativa de afectos privados y apoyo humano.  Sé que mi misión comprende ser contundente ante compañías que me quiten alas, presencias que no sean de puro amor incondicional y comprensión de mi intención y propósito.

Y eso es muy raro.

La mayoría de las parejas desean algo a cambio.  La mayoría trae expectativas y con seres como yo eso no va.  Me muevo a ritmos que a veces ni yo misma entiendo y sigo corazonadas que están expandiendo algo para otros donde mi "yo" ha quedado hace años rezagado.

Acepto en mi corazón mi destino sabiendo que siempre hay un razón más grande por la que me tienen aquí respirando.  Acepto que el cuadro tradicional de familia y sus conceptos no van con quién soy.  Y acepto también que tengo protección a otros niveles y estoy muy agradecida por ella.

Sin ella, ayer hubiera sido un día trágico.

Y ese ser,  misterioso,  entero,  lleno de gracia y de paz,  fuerte como un muro y vulnerable como un dios... esa idea profunda en mí se la llevó también ese mar.

Dharma,  destino,  fe.

Porque sola y de alguna forma milagrosa le arrebaté a ese mar implacable la razón de mi vida.  Los escucho abajo riendo y jugando y sé que todo es perfecto como es.  Tantísima gratitud en mi corazón hoy.

Tanta que trasciende
lo que mi mente pequeña pueda comprender.




martes, 21 de junio de 2016

Liberación

Hoy es el Día Internacional del Yoga.

Me conmovió muchísimo ver las fotos del Primer Ministro de India,  Narendra Modi,  practicando junto a miles de indios en Delhi.  Esta es la segunda vez que se celebra este día y este líder ha decidido retomar sus raíces.  India olvidó el yoga por varios años,  atrapada en la carrera por la tecnología y pensando que el Occidente era más cool.   Fuimos los occidentales que hemos tenido el privilegio de visitar este hermoso país los que de alguna forma revivimos esa pasión ancestral.

El Yoga es mainstream,  no hay duda de ello.  Acabo de regresar de California y como dicen mis amigas:  "En LA todos practican."  El yoga llegó para cambiarnos la vida,  para darnos un oasis de paz en medio del caos vial,  marital,  filial y citadino.  Nuestras dos horas de práctica diaria son la tabla de salvación.  Sé que sin ellas simplemente no podría enfrentar el caos normal de una yogini urbana.

Quisiera vivir en la playa o la montaña pero el yoga es ante todo la aceptación radical de lo que es. Sé que estoy aquí por alguna razón importante,  entre ellas que en quince minutos recibo un nutrido grupo de yogis de todo el mundo que están en Namasté todo junio.  Cada uno de estos seres y los que los han precedido son la razón por la que estoy  en San José.  Sé que el peregrinaje hacia el maestro es muy valioso,  el más valioso de todos.  Lo sé porque en mis trece peregrinajes hasta India he aprendido sobre devoción y sacrificio,  pasión y humildad.

Aprender yoga solo no es buena idea.  Lo hice mucho tiempo hasta que comprendí que esta práctica va mucho más allá de las posturas.  Es una forma de vida,  es una perspectiva ante todo.  Por eso se aprende en contacto con un maestro.  Claro que nos pueden enseñar formas físicas,  pero lo más importante que nos transmite un maestro es su calma.  Su ecuanimidad.  Su destreza en la vida que se muestra a través de sus decisiones vitales.

Me habla mucha gente de Satori,  de Samadhi,  de Kundalini.  Me basta una mirada para saber si el discurso es de la boca para afuera o realmente tiene sustancia.  Muchos me comparten experiencias exóticas y realizaciones espirituales:  basta observar cómo caminan,  cómo hablan y se relacionan con los demás para saber cuánto los ha rozado este camino o si es sólo una pose más del ego.  Sé que siendo mainstream ahora todos quieren practicar,  estar a la moda y ser parte del clan.

Pero no es tan simple.  El yoga de verdad implica un renacimiento y como tal,  una muerte previa a todos nuestros conceptos sobre el yoga mismo incluso.  Una revisión honesta de adónde estamos en nuestras vidas:

Estamos compartiéndonos con seres que no nos pueden ver?  Estamos quejándonos de la situación actual sin hacer nada al respecto?  Estamos en abandono de nuestro cuerpo?  Estamos en negación respecto a nuestro quehacer?  Desconectados de nuestra esencia?  Perdidos,  solos y sin rumbo?

Esta disciplina de libertad da la bienvenida a todos por igual y a todos nos pide cosas distintas.  A algunos es cerrar la boca (de palabra y de comida,  aunque muchas veces van juntos).  A otros, despavilarse y revisar prioridades vitales.  A otros les pide mayor humildad y coherencia entre palabras y pensamientos.  A bastantes respeto por los demás.  El yoga sabe exactamente adónde necesitamos sanar y es por eso que muchos comienzan y pocos se sostienen.  Después del love affair inicial empieza el trabajo arduo y amenazante de ir a los lugares oscuros,  esos que hemos sepultado bajo la cara de "todo está bien"  y "tengo todo bajo control".  Todo va a caer y para sostenernos mientras nos destruyen la casa es de titanes.  Es sólo por la fuerza y valentía de nuestros maestros que se sostienen como robles,  como baobabs,  que logramos imitarlos con dudas y eventualmente,  creer que también es posible para nosotros.

Así que la hablada del Kundalini y el Samadhi es vacía si no hemos descendido a las profundidades de nuestra psiquis.  Palabras vacías que nunca lograremos comprender a menos que soltemos de entrada todo lo que nos separa de una experiencia honesta,  brutal a menudo y confrontativa.  Esos yogas livianos de sentirnos "bien" son pseudo métodos.  El yoga real,  el Raja Yoga,  esa es la medicina y la medicina al inicio sabe bien amarga.

Sólo sosteniéndonos comprenderemos eventualmente que lo que buscamos nos busca y que nuestro esfuerzo nunca se pierde.  Sólo adentrándonos en la selva de nuestras negaciones y miedos podremos emerger al otro lado con la seguridad que la vida nunca será la misma.  Sólo con esa inteligencia aguda ya despierta es que podremos construir una vida realmente nuestra, auténtica,  ya no basada en agradar a nadie ni pedir permiso.  Seremos causa,  no efecto de nada ni nadie.  Seremos poderosos y por tanto,  temidos.  Seremos  amorosos naturalmente con todos,  sin forzarnos.  Porque lo que somos es Amor poderoso,  Poder Creador Infinito.

A todos los que me leen que practican:  los invito a ir profundo.  No se conformen con el yoga superficial.  Ese los hará dar vueltas sin sentido y perder tiempo.  No tengan miedo de apostarle a lo que los llama,  aunque haya miedo y prejuicios de por medio.  Sé que lo bueno cuesta,  sé que el sacrificio personal tiene su recompensa.  Pero no practicamos para nada de eso:  practicamos por el simple gozo y deleite de ir hacia adentro,  de encontrar respuestas propias y de no seguir bailando al compás de nadie,  esté vivo o ya muerto.

Somos dueños de nuestros destinos,  hacedores diarios de nuestras vidas.  Ahora mismo podés escoger ser amable o ser un patán...así de simple.  Y es en la atención diaria a los detalles, en la consciencia de seres despiertos que encontramos el yoga verdadero.

Tu práctica está ahí para liberarte.
USALA.



jueves, 16 de junio de 2016

Nueva vida

Hoy cierro un ciclo en mi vida de introspección y aprendizaje.  Lo lindo de esto de lo ciclos es fluir: hace dos semanas no tenía idea que esto iba a suceder.  Me tocó cerrar puertas,  reafirmar lo que creo,  decir que no y amarrarme las enaguas.  Me tomó recibir,  confiar,  decidir desde mi corazón y caminar con determinación.  Pero sé que la decisión que estoy tomando es una que me trae mucha alegría,  que beneficia a otros y que también afirma la vida.

Por eso estoy tan pero tan feliz.

Tomar decisiones es el pan nuestro de cada día en el camino espiritual.  Puedo tener mil realizaciones profundas pero si no doy pasos reales en el mundo todo se pierde.  Puedo encontrar la profundidad en mi práctica y en mi meditación pero si mis acciones no son congruentes,  no pasa nada.  El yoga de la acción implica valor,  sabiduría y corazonada.

Combinación importante para dar el próximo paso.

Cuando hay que decidir algo importante,  primero rezo mucho.  Pido ayuda.  Pido discernimiento. Observo las variables,  siento y si la acción es correcta muchas señales en el camino me lo confirman. Así ha sido con esta:  siento como si estuviera cumpliendo un plan trazado desde hace muchos años por una mano maestra.  Todo está calzando sin dificultad y sólo tengo que dejarme llevar.

He tenido que atravesar diversas variables por supuesto.  Es muy interesante que cuando uno toma una decisión desde el corazón siempre hay una fuerza que usa sus movidas maestras para hacernos cambiar de opinión.  Sucede y sucederá pero hoy por hoy creo que también es una buena prueba para reafirmar en lo que creo.  Se necesita cierta fricción,  cierta resistencia para realmente apreciar lo que amamos.  Siento que amo profundo,  directo,  sin máscaras.  El Amor no es una emoción para mí en este momento,  sino un estado del ser.  He aprendido con los años que darlo sólo trae más y recibirlo sana y apacigua.  La única forma de dispersar la oscuridad es llenarse de Luz:  luz radiante,  infinita y dulce que se cuela por las rendijas e ilumina los rincones.

Mi hazaña se nutre de todas mis experiencias pasadas,  dolorosas y llenas de errores humanos-  tan humanos como yo misma.  El aprendizaje ha sido arduo:  siento que estoy saliendo de una escuela de samurais y que de alguna forma me graduaron-  a pesar de mi reticencia a salir de nuevo al mundo. Nada:  cuando el maestro aparece es porque el discípulo está listo.  Así que con la confianza que implica un salto al vacío y la seguridad que da un corazón lleno,  me lanzo al destino que con tanta maestría ha sido tejido para mí.

Nada en esta vida es casualidad pero esta casualidad que estoy viviendo es bastante rara:  los destinos confluyen en este plano intercalándose en milagros cotidianos inexplicablemente.  Sólo soy testigo de que hay una Inteligencia Superior que sabe exactamente cómo soy,  conoce mis gustos a la perfección y comprende qué necesito en cada momento.  Es tal su amor por mí que me ha enviado sendos regalos que me tienen con la boca abierta. Como si me leyera la mente-  porque de hecho lo hace.

Un amigo querido me habló de estos acontecimientos hace un año y yo,  en mi diálogo mental un poco nihilista dije:

 "Si, ahaaa..."

Hoy observo como sus predicciones fueron certeras,  como el presente se perfila lleno de ternura amorosa y la oportunidad perfecta de crecimiento  se presenta ante mí.  Hago honor a las palabras de mi maestro y me creo eso de que soy más fuerte de lo que pienso: tomo impulso y con fuerza me lanzo a una aventura que promete,  lo dice mi corazón,  conexión pura.

Todo lo que anhelo,  todo lo que hace sentido para mí.
Y con confianza me rindo,  me entrego.

Sin miedo.




miércoles, 15 de junio de 2016

Despierta

El camino espiritual es estar sentado en un hot seat todo el tiempo.  Hay una fuerza de oscuridad en este plano que he aprendido a respetar a pesar de no compartir su enfoque.  Esta madrugada me despertó muy temprano. Tuve que apagar varios incendios y  mientras pensaba cuál era la forma más eficiente de socabar su influencia, sentí un frío intenso en todo mi cuerpo.

Me puse a rezar.

Creo que los únicos momentos en que siento un alivio de este cable pelado  es cuando estoy físicamente con mis maestros.  Ahí el alivio de sus presencias me permite relajarme,  soltarlo todo y simplemente ser y sentirme segura.   Y cuando hablo de maestros hablo de mi Guru,  por supuesto, pero también de todos aquellos seres que amo,  respeto y admiro que me inspiran a seguir adelante.

El trabajo de estar presentes y despiertos demanda toda nuestra atención.  La mente sin yoga se inmiscuye en todo con sus juicios,  con sus opiniones.  Gente que no para de vociferar el bla bla bla y cuyas presencias lo único que hacen es interferir con los procesos de los demás.  Esto es una violencia y estoy aprendiendo a verlo en mí y a dar espacio al otro.   El silencio es para mí un regalo tan grande,  un espacio tan sagrado.

He soltado ya hace tiempo a mis amistades de monólogo.  Durante mucho tiempo fui muy tímida e introvertida y la relación era unilateral.  Mis opiniones apenas se escuchaban o me hacía pequeñita para no incomodar al otro.  La fuerza que mis maestros me han transmitido me ha catapultado a un lugar donde llamo las cosas por su nombre,  sin eufemismos absurdos que sólo pretenden enmascarar lo que es.

Llamar a una ladrón honesto es un contrasentido.  A un sinverguenza señor una incongruencia. Llamar a un traidor benefactor una contradicción.  Sin embargo,  nos hemos todos acostumbrado a no ponerle el cascabel al gato y a pelar el diente incluso cuando sabemos que algo o alguien está totalmente fuera de ética.  Fuera de Dharma decimos en Yoga. Incluso existen los que alaban a estos seres.  Y ahí es cuando sabemos que la oscuridad ha triunfado.

El caos que todos estos contrasentidos causan en nosotros,  seres humanos frágiles y sensibles,  todos suavecitos por dentro,  es un caos que amenaza con llevarse entre las patas nuestra propia identidad.

Qué tal la niña que siempre escucho de sus madre que era gorda y que sigue comiendo desesperada por cumplir con este predicamento?  O del muchacho que su madre incestuó emocionalmente y que ahora no toma paso en sus vida sino es con la aprobación suya?  O qué tal de aquel que todavía no se siente seguro de su identidad sexual buscando dentro suyo la aprobación imposible de su padre?

Todos estos pensamientos son vacíos,  sin realidad ni sentido.  Nos corresponde identificarlos, llorarlos y extirparlos de una vez por todas de nuestra realidad.  Peor aún cuando estos sentimientos y pensamientos ha sido reprimidos por años y nos enferman físicamente.  Ahí sí ya la situación se sale de sus casillas porque nuestros cuerpos están diseñados para dar luz y amor,  son receptores y emisores de energía pura y cuando hay enfermedad es porque estamos tan desconectados de nuestro ser que ya los efectos se sienten físicamente.

Noventa y seis por ciento de las enfermedades vienen de las emociones.  Noventa y seis por ciento de mentes inquietas,  deprimidas,  inconsolables o rebeldes.  La mente es una excelente amiga,  pero una pésima Jefa.  Imaginemos a un ser lleno de orgullo,  ansiosa de reconocimiento y fama,  deseosa de comodidad y también distraída y perezosa y tendremos el cuadro perfecto de una vida caótica.  La mente se entrena,  con el yoga se estabiliza.  Y así es como la vida cambia.  La respiración,  la consciencia y la intención nos cambian de frecuencia.  Y la frecuencia del Amor es nuestro derecho de vida,  la única razón lógica por la cual pasamos por esta tierra.

Pensamientos negativos,  juicios,  opiniones,  desazón.  Son la señal clara de que esta Jefa incómoda y bitchy se ha apoderado de la casa.  Su voz es estridente,  su llamado lleno de necesidad y apegos. Es pegajosa,  siempre tiene una agenda escondida y su única intención es perdernos.  Tengo una relación de años con la mía y he aprendido a verla con compasión cuando se aparece por ahí.  Pero cada vez me aburre más y me da más pereza.  Sé que sus consejos lo único que quieren es distraerme de mi propósito.

Y mi propósito lo tengo muy claro gracias a Dios.

Cuando veo a un ser pasarle por encima a lo que es y lo siento escuchando las instrucciones torpes y egoístas de la señora,  pido porque su alma despierte lo suficiente para gritarle en la cara sobre libertad, verdad y dirección.  Pido que pueda escuchar que existe una realidad donde esta Jefa no existe y que depende de él o ella darle la hegemonía o desterrarla al desierto de los fantasmas.  El camino espiritual consiste en traer a la superficie todas sus líneas,  excusas,  justificaciones, explicaciones,  interrupciones y finalmente liberarnos de su yugo.

Conocerla.

Llegan tiempos de cambio y podemos subyugarnos una vez más a esta Jefa o podemos desterrarla en cada pensamiento,  acción e intención.  Se filtra en nuestra psiquis dependiendo de cuán enfocados o desenfocados estemos y para eso es precisamente nuestra práctica espiritual.  A veces involucra presencias de seres que incluso ya no están en este mundo pero que insisten en aferrarse a su dolor.

Ha llegado el momento de despertar y tenemos todo el apoyo y la fuerza de muchos seres que han intentado esta hazaña por vidas.

No desaprovechemos la oportunidad.




sábado, 11 de junio de 2016

Perderse es encontrarse

El loto crece del barro y se nutre de aguas pantanosas.

Muchos creen que ir hacia adentro es éxtasis y paz.  No.  Ir hacia adentro es todo lo que somos, incluyendo nuestros miedos,  inseguridades y máscaras.  Es un desnudarnos completamente ante nosotros mismos y encontrar los lugares que nos asustan para liberarlos.

Estoy en eso.  Hoy mientras practicaba sentí el dolor inmenso de la vulnerabilidad.  Estoy siento movida hacia terrenos nuevos,  hacia experiencias importantes que me atraen como imanes.  Seguir el sendero hacia estas complejidades internas y sostenerse parece difícil,  pero en realidad toma solo atención al momento presente.  Intento estar aquí,  respirar profundo,  escuchar lo que sucede a mi alrededor.   Mi mente se distrae,  quiere saber más....quiere información,  datos,  garantías.  Hacer que algo suceda.

Pero regreso al aquí y en este momento sé que soy total y absolutamente feliz.  Sé que la simplicidad de esta felicidad es una buena señal:  explota cada vez que veo a uno de mis cachorritos,  cuando escucho la lluvia caer o me como un pedazo de pan.   Practico y practico y practico el arte de estar aquí ahora,  el simple,  llano y milagroso ahora.

Cómo me simplifico?

Respirando.
Escuchando al otro.
Sonriendo.
Caminando.

Pasos pequeños hacia las cosas importantes.  Pasos seguros hacia aquello que es nuestro destino sin detenernos a dudar o distraernos.  Habrán mil y una cosas que se interpondrán.

Nuestra mirada fija y serena en la dirección correcta.
Eso es todo.






jueves, 9 de junio de 2016

Yo

No me completás. 
Me hacés sentir más plena.

No tengo que buscar en vos llenar mis espacios vacíos.  He aprendido a hacerlo sola a través de los años y he encontrado solaz y mucha paz en esa búsqueda interna.

No necesito que me dés identidad porque la tengo,  afianzada y bien ganada.  He encontrado la ternura en mis propias resistencias y he podido contactar mi suavidad y mi sensibilidad por encima de mi fuerza.

No me completás,  pero me siento más vulnerable y abierta a tu lado,  algo que he pedido por mucho tiempo.  Puedo expresar desde un corazón que no edita nada y aventurarme a ese terreno de magia sin palabras,  saboreando mi vida por completo.  Soy un ser independiente,  he aprendido a vivir-no sobrevivir,  y a disfrutar verdaderamente de mi propia compañía.

Pero hay algo magnético,  salvaje y fascinante en tu compañía,  las hebras de los corazones sincronizadas.  Fuego que se lleva todo lo que no es real.  En la pureza de tu presencia me siento más viva.  No siento amenaza a mi independencia:  siento que mi voz se profundiza y mi crecimiento se acelera.  

Sé que no tengo que opacarme o cambiar nada para que me amés.
Qué maravillosa bendición.

En la desnudez del amor encuentro mi autenticidad.   Nada de la vieja agonía de cuidar mis movimientos con cautela ni reprimirme.  Amor puro y simple,  profundidades de miles de kilómetros inmensamente desconocidas,  más que todas las que haya podido vivir en esta vida.

No me completás,  me inspirás.  Me das vida,  me enriquecés.   Detonás lugares dentro mío que imaginé muertos.  Llevas oxígeno a partes que antes sentía que tenía que esconder y sofocar.   Estoy sanando mientras jugamos,  mientras reímos y exploramos.

Dos seres completos,  más completos cada día por el simple hecho de respirar y estar cerca.
Y eso es más que suficiente.  Me siento yo misma,  exactamente como soy.

Segura de ser YO.
Salvaje,  magnífica y ridículamente yo.









martes, 7 de junio de 2016

En expansión

Hace días no escribo.

La vida se ha estado moviendo con pasión y desenfado después de los días con mi maestro.  He percibido un cambio total de perspectiva, interna y externa.

Es como si estuviera estrenando vida.
Todo es nuevo.

No me reconozco.  Me siento liviana,  motivada y tan feliz.  Siento que todo fluye sin esfuerzo,  a pesar de que tengo a cargo un grupo grande de yogis de todo el mundo todo el mes y una gran responsabilidad con cada uno de ellos.  Y aunque sólo llevamos tres días juntos,  siento que han sido años.  El movimiento interno que Sharath generó en mí sigue.  Mi enseñanza se siente tan fácil y siento tanta empatía con cada ser que topo en mi camino.

Sin embargo,  hay uno en especial en este momento que me ha puesto a correr a toda velocidad.

Este ser me está enseñando que aunque en la vida hay mucho dolor,  uno puede sobreponerse a todo. Me está mostrando que la resiliencia es una capacidad del alma y que a pesar de la oscuridad se puede crear tanta belleza si amamos.  Hay gente que padece de un nihilismo perpetuo en cuanto a los poderes sobrenaturales del amor: fui una de esas gentes.  Hoy sé que todo es posible cuando uno ama....cuando ama de verdad.

Todas mis dudas respecto al Amor se están cayendo como piedras.

La vida es un proceso inexplicablemente crudo a veces y aunque nos preguntemos el resto de nuestra vida por qué algo sucedió como sucedió,  sólo al final entenderemos la alquimia perfecta de esta existencia fugaz. Ahora no trato de explicarme y cuestionarme nada:  sólo sé que estoy en un lugar donde recibir es inevitable,   aprender una tarea diaria y escuchar un privilegio.  Escuchar a gente como él me sorprende y maravilla.

Me inspira a intentar ser yo así de fuerte y sabia también.

Muchos yogis se disfrazan y en el fondo son personas con mucha oscuridad.  Otros nunca pondrán un pie en un mat y ya saben todo lo importante de la vida.  Es mi honor estar cerca de gente así cuyas vidas llenas de integridad y sabiduría dicen más que sus palabras.  El yoga no está en las palabras, dijo Sharath en Los Angeles...

Está en las acciones.

Cuando un ser así cruza mi camino y me causa tanta admiración, me gusta pensar que de alguna forma tengo algo adentro yo misma que se le asemeja un poquito.  Sí,  tengo ese deseo inconmesurable de no perderme más en situaciones conflictivas,  esa intención de compartirme con personas cálidas,  reales y humanas,  esa necesidad de estar presente sin dramas ni manipulaciones.

Pero para llegar a este punto tuve que ahogarme en el drama insensato,  me rodée de seres que tenían que enseñarme sobre mi propia hipocresía,  oportunismo y abuso.  Compartí por años el sufrimiento de estar en lugares a medias y la agonía de tener mis alas cortadas.

Ahora sé que la expansión sigue a la contracción inevitablemente.
Esta es la Ley de la vida.


viernes, 3 de junio de 2016

Shine

Regreso a casa y mi vida es completa y mágicamente diferente.  Nueva.  Fresca como la lluvia que baña mi Valle Central.

Es increíble como en diez días puede mudar todo.  Mi percepción más amplia,  el corazón más sereno.  Me doy cuenta que no tengo que buscar nada,  que todo llega solo.  En el timing perfecto.

Sin prisas y con mucho amor.

No tengo que forzar ni forzarme.  Cuando algo no se siente totalmente click es mejor dejarlo.  Con gratitud y esperanza.  Mis días con mi maestro me renuevan celularmente,  me amplían el panorama. Los ratos con mis amigos me nutren a niveles muy profundos,  gente linda y abierta en un quest espiritual serio de muchos años y cuyas conversaciones hacen automáticamente click.

Regreso a mi hogar:  lo siento tan acogedor.  Los cuentos a la hora de dormir,  mi gata, más besos y abrazos de los que anticipaba.  Muchos más.  La lluvia cae en San José y refresca todo:  mi corazón, mis ojos y mi visión.   Me encuentro en una transición importante,  dirían algunos.

Pero qué es la vida sino una serie de transiciones encadenadas por el Amor?  Qué sino una cadena de milagros uno tras otro que suceden tan rápido y tan perfectos que no puedo más que maravillarme ante la Presencia?

Hoy ha sido un día especial para mí.  Reencontré a alguien de mi pasado,  alguien imporante a quién no veía desde hace 33 años exactamente.  Sí,  la última vez que lo vi andaba en enagua de colegio, medias altas azules y estaba haciendo mi tarea de química creo.  Regreso a un pasado lejano en tiempo cronológico pero muy cercano en tiempos de alma.  Con tierno agradecimiento porque mi bandeja se siente llena.

La vida es misteriosa,  decía David, el personaje de Shine ayer en mi película del avión.  El tercer concierto de Rachmaninoff le produjo un stroke y desde entonces vivió un ostracismo obligatorio aunque su arte seguía palpitando por dentro.  Las cosas de la vida y los acontecimientos del serendipity lo pusieron en el lugar adecuado y la hora perfecta para el encuentro con su compañera de alma. Alguien a quién no le importó que no anduviera muy cuerdo según los estándares sociales y tartamudeara pero que se maravilló ante un corazón abierto de par en par y una sensibilidad extraordinaria ante la vida.

Me pregunto qué puede ser más importante que eso.

Colgó al caballero de turno que le ofrecía una vida "bien" y siguió su corazón.  Y David volvió a tocar.  De nuevo sorprendió a todos con su talento.  Y después de su mega concierto de relanzamiento,  lloró y lloró en frente de un teatro lleno que también lloraba , ya no por un stroke sino de saberse y sentirse amado incondicionalmente.

Y de ahí resurgió en su interior toda la pasión y ternura aprisionadas por una etiqueta mal puesta hacía tantos años atrás.

We can all SHINE.


miércoles, 1 de junio de 2016

Adónde está el Amor

Profundamente inspirados,  Ariel y yo terminamos hoy nuestra aventura californiana con una conferencia hermosa de mi maestro.

Mientras nos hablaba de lo que es el verdadero yoga:  esa calma mental que llega después de muchos años bajo la guía de un maestro capaz;   mientras nos recordaba que postear handstands y posturas fancy no es parte de la ecuación;  mientras nos recordaba que el proceso es de honestidad e integridad con uno mismo,  de esfuerzo,  pasión y compromiso...

Mientras bebíamos de sus palabras,  muy cerca nuestro había un infierno a punto de explotar.

Es muy difícil para mí comprender cómo la Luz y la oscuridad pueden coexistir tan cerca en este mundo.   A pocos metros nuestros,  en el mismo campus,  alguien estaba a punto de cometer un crimen y suicidarse.  Sólo sé que recibimos las noticias del shooting mientras desayunábamos.  Mi primera preocupación fue por mi maestro.  

Estaría bien?  Habia salido a tiempo?  Cerraron el campus a las 10 am,  pocos minutos después que terminamos el Conference.  Qué había pasado?  Policías y helicópteros?  Pánico?  

La bofetada de la ilusión se sintió ácida e hiriente.  Las noticias no han dado detalles,  sin embargo, sabemos que hay dos víctimas mortales.  La muerte nos visitó  a todos tan cerca esta mañana y mientras alguien sufría profundamente,  tanto y al punto de dispararle a quemaropa a otro ser humano y luego quitarse la vida....mientras ese infierno sucedía,  nosotros experimentábamos la culminación de la semana en un ambiente amoroso,  un cuarto lleno de estudiantes ávidos,  guiados por un líder real.

La paradoja de la vida es tan difícil de digerir a veces.  Sólo sé que aunque no conocía a la víctimas, su dolor nos golpeó a todos con fuerza.  La ubicación física de los acontecimientos también.  Mi maestro nos protegió,  de eso estoy segura.  Su presencia es siempre un amuleto en mi vida contra tragedias,  no sólo mías sino de muchos que conozco que han practicado.

La amenaza de la violencia y la inconsciencia asecha.  Sé que practicamos para equilibrar la sombra que cubre,  que nos cubre.  Para dispersar la oscuridad que a todos nos cae de cuando en cuando. Pero como bien lo dijo él, lo único que podemos hacer es verla en nosotros mismos y hacer algo al respecto.  No hay caso  culpar a otros o resentir  que otros no busquen la luz y el amor.  El camino es uno con uno y el resto se acomoda irremediablemente.

Nos vamos de LA con una mezcla entre gratitud,  espanto y consuelo.  Gratitud de compartir con tanta gente de muchos lugares del mundo que ha hecho de este evento algo importante para sus vidas. Espanto del nivel de contradicción que somos los seres humanos y de saber que hay personas allá afuera que creen que el amor se fuerza y sino,  hay que meter un balazo.  Y consuelo de saber que la energía del Guru nos protege siempre,  estemos donde estemos.  Cada uno de nosotros tiene un camino trazado de antemano y recorrerlo no es fácil.  Se requiere valentía,  mucha fe y fuerza interior.

Y el Amor es la única inspiración posible en este mundo de blancos y negros.  Como dijo Sharath:

"Tienes que amar tu práctica."
Adónde haya Amor,  ahí es donde hay que detenerse.

                                                    Atardecer en Goa,  India.  2007