domingo, 22 de enero de 2012

Músculos y huesos

La práctica del Ashtanga Yoga tiene la virtud-y también,  la maldición,  dicen algunos- de sacar los patrones más escondidos en nuestros músculos y huesos.  Nuestro condicionamiento mental,  ese velo de ilusión que se interpone entre nuestro espíritu y la realidad,  es creado desde el momento en que nacemos y nos dan un nombre.  Crecemos y aprendemos a separar las realidades,  a la gente y las cosas.  Crecemos más y creemos que el mundo es cómo nosotros lo vemos,  visión aprendida en nuestras familias y nuestras escuelas.  Estos anteojos, a veces claros,  a veces oscuros,  se interponen entre aquello que somos y la gente y lugares que nos rodean.  Empezar a socabar las bases de este castillo de naipes toma años.  Son décadas de pensar de la misma manera, de juzgar a los otros,  de temer mentiras,  traiciones,  de cargar miedos a tal punto que nuestro cuerpo físico toma la forma de esas emociones.  Llegamos al yoga y esta práctica maravillosa comienza a deconstruirnos.  Practicamos por  años,  a veces sin darnos cuenta del proceso. Creemos que estamos construyendo una nueva persona,  más feliz, más saludable,  con mayor claridad mental.  Y un día,  nos damos cuenta que todo ese tiempo lo único que hicimos fue soñar un sueño...mientras que la realidad del yoga seguía socabando las bases.

Hoy después de la Segunda Serie guiada por Sharath,  proeza de titanes al ritmo que lo cuenta,  pasé un día saboreando el hundimiento de mis bases.  Los años de práctica van marinando los patrones y un día,  día maravilloso,  veo como todas mis ideas sobre el yoga se hunden ante la vastedad del miedo. Miedo a todo,  incluso a salir del apartamento.  Miedo a la muerte,  sobre todo de aquellos que amo.  Miedo a perderme del amor verdadero en esta vida.  Miedo a no vivir al máximo.  Paso un día de introspección y salgo un rato en la tarde a un hotel de Mysore, mi preferido,  que tiene un patio interno hermoso lleno de árboles.  No hay nadie y  el lugar es perfecto.  Mientras atardece,  siento todo en su inmensa expresión y me doy cuenta de que estoy en paz.  Sé que añoro la Verdad y a veces,  el camino a la Verdad implica verse uno mismo al desnudo, sin máscaras,  sin fantasías:  verse crudamente en toda nuestra humanidad.  Cuánto miedo he cargado toda mi vida!  feliz de que mis músculos y huesos finalmente sientan la confianza de siquiera sentirlo..quién sabe,  tal vez algún día de soltarlo.   Dicen que cuando uno encuentra su maestro,  sea un maestro físico o una práctica,  llega al nivel del Surrender,  de la entrega,  con  mucha facilidad.  Siento que es algo así como los montañistas locos que escalan sin cuerda  o un paracaidista que se lanza al vacío por primera vez.
Yo siento ese surrender aquí en Mysore.  No sé si es el espacio del shala,  la energía de Guruji,  el compromiso de la gente.  Es difícil ponerlo en palabras. Mi cuerpo siente esa confianza para desmoronarse-mi mente grita que no hay seguridad de nada.  Sólo siento la certeza de que ya  no quiero vivir más cargando huecos negros.  De que ese hundimiento que siento es para bien, para algún día construir sobre tierra firme. Para no contarme más historias y ser real.
Le agradezco de nuevo a Guruji el entregarnos una práctica que inicia abriendo nuestro cuerpo físico...y gota tras gota de sudor, nos va aflojando.  Nos van soltando,  deshaciendo todos esos nudos que nos impiden respirar completamente,  recibir la vida en sus expresiones a veces ininteligibles para nuestra mente cargada de patrones. El cuerpo habla, lo escucho y siento ganas de llorar.  Me duele algo adentro que hace años no sentía.  Es como sentir todo el dolor al mismo tiempo y a la vez,  saberme en paz.  El cuerpo me hace llorar y al mismo tiempo,  me alivia.  Es una paradoja, no lo entiendo con la mente,  pero siento algo adentro que se desmorona y al mismo tiempo,  me nutre.  Ya no tengo que esconder nada.  Estoy tranquila de que salga.  Y tal vez algún día,  después de muchos más años de práctica,  pueda construir algo sólido sobre bases firmes.

Recuerdo  como el Emperador construyó el Taj Majal para su reina muerta,  con la intención de que durara para toda la eternidad,  asegurándose que sus bases no iban a ser destruidas por el Yamuna.  No claudicó hasta que esa estructura,  tan hermosa que la describen como una lágrima de Allah,  estuvo terminada.  Para el Emperador, su mujer era la más hermosa de toda la tierra y quería que el Taj asimilara su belleza.  Su sueño se hizo realidad y su amor quedó escrito en el tiempo.  El Taj sigue aquí después de tres siglos y medio.  Sus bases son inamovibles.

1 comentario:

  1. "The all knowing Self was never born,
    Nor will It die. Beyond cause and effect,
    This Self is eternal and immutable.
    When the body dies, the Self does not die.
    If the slayer believes that he can kill
    Or the slain believes that he can be killed
    Neither knows the truth. The eternal Self
    Slays not, nor is ever slain"
    Katha Upanishad

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