domingo, 15 de enero de 2012

Copia de carta a los Maestros del Estudio


Queridos todos,

Hasta ahora tengo chance de leer el artículo del NY Times con calma.  Gracias, Florisa, por compartirlo con nosotros.  Sin embargo,  aquí mis comentarios:

1.  El artículo está escrito,  obviamente, por un practicante neófito en el asunto.  Sus conclusiones vienen de algunos casos aislados que hace parecer generales.  No dudo que sean verídicos,  sin embargo, como el hatha yoga es una disciplina física,  obviamente que siempre habrá un porcentaje de lesiones.

2.  El artículo está escrito en un tono alarmista.  Creo que ya lo sabemos identificar a priori.  Este maestro Black no lo conozco,  sin embargo, no debe ser muy famoso porque ya habría escuchado de él.  Los maestros más reconocidos tal vez tendrían una opinión diferente al respecto.  BKS Iyengar es un ejemplo,  a sus 94 años,  de una práctica consciente de toda la vida que contribuye a su salud, longevidad y que continúa enseñando este arte y ciencia que es el yoga.  Al igual que Desikachar,  Richard Freeman y su esposa Mary,  Noah Maze,  Dena Kingsberg y su esposo Jack.  Tim Miller y Sharath están un poquito fregados de la espalda,  pero no es por sus prácticas- más bien yo creo que gracias a ellas,  todavía están enseñando-  sino a que han levantado por años y siguen levantando- de backbends a miles de estudiantes.

3.  El Yoga es el arte de la respiración. No hay alusión a este tema en ninguna parte.  Es obvio que la única forma responsable de llegar a un asana compleja es manteniendo una respiración tranquila.  Es el indicador más importante de si estamos llevando el cuerpo a un lugar inseguro.  Si la respiración es ecuánime,  decía Guruji,  podemos ir profundo. Sin ella, estamos perdidos.

4.  El propósito del Yoga es encontrar la libertad,  principalmente de ese tirano que es el Ego.   De paso, nos puede brindar mayor calidad de vida-practicado con las alineaciones correctas- y longevidad. Sin embargo,  si un practicante nuevo tiene demasiado ego, es obligación del maestro frenarlo por su propio bienestar.  Muchos maestros,  con el afán de tener más cantidad de estudiantes,  encienden en la gente aspiraciones vacías simplemente por tener cuerpos flexibles.  Les hacen creer que están donde no están todavía,  con ánimo de atraer más gente a sus clases y hacerse famosos.   Si el maestro conoce que el asana es sólo una octava parte del camino, su perspectiva de este camino va a ser mucho más balanceada.

5.  Si hay 20 millones de personas practicando Yoga en los Estados Unidos- guau,  no tenía idea de que ya eran tantos,  pero se nota porque aquí en Mysore estamos taqueados!- obvio que habrá un porcentaje de riesgo en clases muy grandes con pocos asistentes y estudiantes principiantes.  Todo depende de cómo se enseñe,  pero es arriesgado generalizar que el Yoga can wreck your body si no se consideran las variables de la experiencia del maestro,  el número de personas en el grupo y el uso inteligente de alineaciones en las clases.

Ayer Marco me contó una experiencia que tuvo en su primera clase guiada con Saraswati que me confirma que estamos en buen camino.  Resulta que llegó temprano y se acomodó detrás de un par de yogis muy atléticos que mientras esperaban no dejaban de estirarse y moverse.  Como estaba detrás de ellos,  eran obviamente una distracción, tanto movimiento cuando lo que uno hace- o al menos,  nos enseñan aquí- es a esperar al maestro sentados con los ojos cerrados enfocándonos en la respiración.  El yogi y la yogini,  musculosos y fuertes,  obviamente estaban en alguno de sus primeros viajes a Mysore.

Continuaron en estas hasta que empezó la clase.  Al otro lado del cuarto,  dice Marco,  Mela esperaba sentadita con  los ojos cerrados meditando.  Empieza la clase,  primera serie completa.  En Sirsasana,  Saraswati (que igual que Guruji y Sharath,  tienen ojo de águila para identificar  los que juegan de artistas) sostuvo la postura por 15 respiraciones lentas.  Luego,  bajó a Ardha Sirsasana por 10 más,  bien lentas y se paró al frente del yogi aludido.  Marco escuchó como cayó. Saraswati le dijo:  "Up!  you are strong!",   volvió a caer,  "Aren´t you strong? UP!" y estuvo cerca suyo hasta que finalizó la postura.  No pudo sostenerla.  Y esperamos que esta persona haya podido aprender la lección:  no se trata de LOOK GOOD en la práctica,  a costa de nuestra salud física o mental, sino de ser lo suficientemente sinceros con nuestros cuerpos y nuestra respiración de hacer lo mejor que podamos, cada uno responsabilizándose de sí mismo.

Es muy fácil culpar a otros cuando sucede una lesión y los EGOS hacen eso todo el tiempo:  echarle la culpa al maestro,  al Ashtanga,  a la luna, a la edad,  a lo que sea...menos tomar responsabilidad.   Pero a todos nos ha sucedido que vamos más allá de nuestros límites y sufrimos.  A mí me ha pasado muchas veces.  Pero ya he aprendido que es sólo mi ego tratando de aparentar algo que no es.  Por eso Dena repetía,  practicamos con sinceridad y devoción.

A todo esto,  terminó la práctica en el shala de Saraswati y los dos yogis atléticos mencionados agarraron sus chunches y se fueron sin más ceremonias.   En el cuarto quedaron otros dos yogis que tal vez,  gracias al esfuerzo que hacemos todos en Namasté por mantener un espacio sagrado y respetarnos al máximo,  meditaban al final de su práctica:  Marco y Mela.  Agradeciendo,  siento yo, el tener el privilegio de contar con un linaje de maestros que a su vez han honrado las enseñanzas verdaderas del yoga que son el  Ahimsa (la no violencia)  y el Satya (la honestidad). 

Y yo,  agradeciendo contar con estudiantes tan dedicados y honestos en su sthira sukhan asanam (la postura es la posición relajada del cuerpo que es necesaria para practicar la respiración y la  meditación).  Para Patanjali,  las dimensiones internas del yoga son imposibles de acceder a menos que le pongamos primero atención a nuestro cuerpo.  Obviamente,  a un cuerpo saludable que no interfiera con dolores y enfermedades.

Por estos dos yogis que me inspiran, agarro mis chunches y me voy ya para el shala.  A todos ustedes que son maestros de verdad,  les dedico con mucho cariño mi primera práctica del mes,  a brincos y a saltos después de esta bacteria,  pero con el corazón agradecido por su devoción a los valores más altos que nuestra hermosa práctica nos regala.

Yo no creo que ninguno de nosotros vaya a terminar como el maestro Black o como alguno de los otros casos que comentan.  We know better.

Namasté,
Mariela

1 comentario:

  1. Gracias Mariela por darnos las herramientas para ser maestros conscientes y no promover la competencia sino más bien el respeto a nuestro cuerpo y agradecer hasta donde podemos llegar.

    Un abrazote a todos, los extrañamos.

    Lula

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