viernes, 15 de enero de 2016

Viaje 13: Entrega


Estoy en el punto de entrega en mi vida.

Qué significa esto?

Entregarme significa para mí dejar de luchar.  Dejar intentar ser algo que no soy.  Abandonar mi lucha interna pero no mis esfuerzos en mi sadhana.  Rendir los frutos de mis acciones,  como bien dice Krishna a Arjuna en el Gita.

Decidirme a escuchar las voces que realmente me convencen.

Realmente escuchar.

Nos llega a todos un momento vital en que sentimos la necesidad de soltar y estar abiertos.  Esto lo he aprendido a través de la relación con mi maestro.

Tantos años de resistencia,  de dudas, de queja,  de no creerme la cosa.

Rendirnos al maestro significa al mismo tiempo abrir nuestra mente a todas las situaciones de la vida tal y como vienen.  Cuando uno trabaja hacia ese despertar de la mente es casi certero que también irá profundo en la relación con su guru personal.

Una de las dificultades de rendirnos al maestro o maestra son nuestras pre -concepciones sobre él o ella.  Tratamos de hacer calzar nuestras experiencias pasadas con nuestra fascinación incial por nuestro maestr@,  tenemos ideas fijas sobre lo que queremos experimentar con ellos.

Tengo que decir que mi práctica de yoga y de vida no se parece en nada a lo que alguna vez pensé que viviría en este camino.  De hecho,  ha volado por los aires todo lo que pensaba de todo:  vida espiritual,  vida personal y en buena hora.

Si encontramos a un maestr@ esperamos tanto de él o ella.  Esperamos que sea un santo,  pacífico, silencioso, simple y sabio.  Cuando no calza con nuestras ideas entonces empezamos a dudar de él y a sentirnos decepcionados.

Pasé por eso con mi Guru.  No entendía por qué a veces me gritaba,  porque era un hombre de tan pocas palabras.  Pero los consejos que me ha dado durante todos estos años me han ayudado inmensamente.

Como cuando me dijo que ignorara todo el ruido que no tenía que ver conmigo.

Como cuando me dijo que educara a la gente en Latinoamérica:  que había tanta ignorancia.

Como cuando me dijo que yo sí podía- aunque yo misma no me lo creyera en su momento.

Para poder establecer una relación real entre estudiante y maestr@ es necesario soltar también todas nuestras pre -concepciones en cuanto a la relación en sí,  en cuanto a qué significa abrirse y entregarse también.

Entregarse es ir más allá de la fascinación y expectativas que nos genera el Guru: significa sobre todo reconocer las partes arrugadas,   densas,  torpes y shockeantes de nuestros propios egos. Reconocerlas y aceptarlas.  Aceptar todas las formas en que nos auto-criticamos y auto-evaluamos continuamente,  todas esas tendencias neuróticas que derivan de no tener suficiente confianza en nosotros mismos.

No tenemos que pretender ser una flor de loto todo el tiempo.  Esto es un tremendo alivio.  Podemos dejarnos caer en terreno escarpado:  lo importante es reconocer lo que ES.

Lo que somos.

No hay nada que temamos perder una vez que aceptamos lo más bajo de lo más bajo- en nosotros mismos,  en los demás,  en el mundo.  Y aceptarlo en nosotros nos acerca a nuestro maestr@, humano como nosotros,  con sus fallas y defectos de humanidad real y viva.  Nos coloca en una posición de apertura donde podemos recibir con la humildad que viene de reconocer la mortalidad que compartimos y el deseo por la verdad.

Es hasta entonces que podemos escuchar las enseñanzas.

"La vida tal y como es. 
Estoy list@ para abrir mis ojos a las circunstancias de la vida tal y como es. 
No voy a intentar verla como mística o espiritual,  sino como es.   
No voy a verme más como alguien místico o espiritual sino simplemente como lo que soy.

Acepto al otro como es también, caminamos juntos.  
Sin depender de nadie. " 

Entregarse,  estoy empezando a entender,  no tiene nada que ver con ser tonto o profundo.  No se trata de niveles ni hay ninguna evaluación.  Nos entregamos porque queremos comunicarnos con el mundo.  Queremos comunicarnos con nuestro maestr@,  dejar de estar perdidos en las infinitas proyecciones de nuestra mente.  No nos avergonzamos de las zonas más oscuras de nuestra psiquis y le presentamos TODO al objeto de nuestra entrega.

Y así la entrega deriva en ser capaces de trabajar juntos con inspiración,  ser juntos cántaros abiertos que la Gracia pueda llenar.

Esta apertura y esta entrega son las que estoy experimentando en Mysore esta vez.  Sólo así puede uno realmente trabajar con un maestr@. Sólo reconociendo nuestra riqueza fundamental,  sabiendo que somos merecedores de las enseñanzas.

Sabiendo que podemos relacionarnos con las oportunidades que vengan a nosotros de aprender y ser capaces,  como me está pasando esta vez,  de simplemente recibir.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.