viernes, 15 de enero de 2016

La vida es mejor sin expectativas

Hoy fue el último día de mi práctica esta semana. Mañana es Primera serie y todos practicamos juntos bajo el count preciso de mi maestro.


Me remonto un año atrás:  el año pasado fue muy difícil este viaje.  Mi práctica se sentía muy pesada. Mi vida personal todavía estaba enredada.  Mi ex y yo pasamos muchas etapas en el soltar. 

Cómo uno se siente en su vida se traslada automáticamente a la alfombra.   He sentido la diferencia este año:  aunque la práctica sea la misma (incluso con más posturas),  me siento bien,  entera y sólida por dentro. 

Motivada.  Cansada claro pero ya vienen dos días de descanso.

Y viene mi cumple la próxima semana.  Este cumple que hace ya más de diez años celebro en Mysore.  

La vida transcurre con deleite,  serenidad,  paz interna y alegría por las simples cosas.  Releo mis propias letras antes de partir al viaje 12.

Termino mi última práctica antes de partir de nuevo a India.  Tercera Serie es un reto a todo nivel pero me deja con una alegría que se asemeja mucho a este sol de verano en mi tierra.

Me deja llena de energía.

Es un día muy lleno:  organizar la ida al otro lado del mundo logísticamente es un reto de detalles.  

Pienso y repienso,  reviso mi listado de pendientes.

Adónde anoto el corazón roto?  

Y
 los abrazos que no voy a dar?  

Qué hago con el hueco en la panza?  

Y los ojitos que llaman a su mamá?  
Las manitas?  

No se pone más fácil en este camino.
Ya lo sé.

Hoy mientras practicaba con las palabras de mi maestro por dentro,  sus instrucciones en mis oídos, sus consejos,  comprendí que hay una parte mía que quisiera que en algún momento me "aflojara" la intensidad.  Y en ese mismo instante,  en el preciso momento en que mi parte comodidosa y halgazana quiere sentirse escuchada tengo un destello de certeza.

En la práctica que hago,  hay formas de "simular"  que uno hace.  Muy parecido a cuando he simulado en mi vida y he dicho sí en vez de no.  Y esta práctica desenmascara todo.

La actitud. 
Las transiciones.  
La respiración.  
El estado mental.  
Los sentimientos.  
La fe o la incredulidad.

Hoy simplemente decidí probar no darle más energía a mi resistencia.
Vivir sin esperar nada a cambio.

Aceptar que la vida no tiene que ser perfecta para ser hermosa.

Hoy quiero creer,  a pesar de todo lo que me invita a no hacerlo: pensamientos que vienen y van y que no tienen nada que ver con mi realidad.  Quiero creer que todo es posible si uno lo intenta. Que no importa cuánto nos disuadan de nuestro camino e intenten cortarnos las alas, ya sea con palabras o acciones,  la fuerza de nuestro espíritu es indomable.

Aquellos que me aman están conmigo en las buenas y en las malas.  Para ustedes mis oídos y corazón.  Lo demás no existe, aunque en su momento quise agradar a mucha gente.  El camino espiritual es a menudo de una soledad lacerante y sólo uno sabe qué está encontrando y qué está arando y sembrando para el momento de la muerte.  Me voy en paz para India porque sé que soy un ser que no vive de convencionalismos ni nunca lo podrá hacer.

Tantas etiquetas que todos soportamos en esta vida por el qué dirán.  Tanto que nos distrae de nuestra verdadera conexión.  Sigo el impulso de mi corazón de ir a estar cerca de mi Maestro, alguien que con su ejemplo y presencia me enseña a no claudicar.

Amo de una manera poco convencional:  otorgo alas.  Y pido lo mismo,  es muy simple.  Esos amores que nos condicionan la vida son agua pasada para mí.  Mis compañías son aquellas que puedan vibrar al unísono en un deseo ardiente de libertad para todos los seres vivientes.  Sé que todos los humanos padecemos el veneno de los apegos y sé que los míos propios me han causado muchos dolores de cabeza en el pasado.

He aprendido y mi querida práctica me enseña cada día el valor de seguir adelante.  Y a veces, muy de vez en cuando, suceden eventos que me dan impulso e inspiración.

Como hoy.


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