martes, 12 de enero de 2016

Undécimo viaje: Ariel

Hoy hice la Segunda Serie guiada con mi maestro.

El cuarto lleno de gente:  terminamos bastantes.  Me da mucho gusto ver como todos avanzamos-  no tanto hacia afuera en la secuencia sino en lo que no se ve.

Eso que es realmente el yoga.

Practicar esta secuencia bajo el count de Sharath es muy distinto a hacerlo uno solo por su cuenta. Por eso se insiste tanto en Ashtanga Yoga y en cualquier camino espiritual que se necesita un maestro.  El nos transmite algo inefable:  nos pasa una energia.  Shaktipat le llamarían algunos:  yo la llamo Gracia.

Una guía es imprescindible.  Alguien que haya vivido lo que estamos viviendo para poder apoyarnos y guiarnos. Además en este camino tan arduo ocupamos apoyo espiritual.  Una vez que uno escoge a su maestro, él o ella nos apoya desde dondequiera que esté en el mundo.

Después de la Serie-  que hoy misteriosamente se sintió fácil,  fuimos donde Akash,  un mito aquí en Mysore.  Hace mucho que vengo escuchando de él pero hasta hoy lo conocí.  Estoy realmente impactada por el nivel de conocimiento de este fisioterapeuta.  Además de entender el cuerpo profundamente le gusta enseñar y compartir.   Después de una sesión que asemejó a un parto (sí,  con gritos y lágrimas abundantes) salí flotando,  mi cuerpo liviano,  mi mente aliviada y mi corazón partido.  Mi lado izquierdo soltó emociones,  lloró ausencias y añoró abrazos- todo en una sesión.

Así que ahora en casa,  a punto de almorzar y agradezco al Universo tantos regalos.

Y me remonto al Viaje número 11:  mi viaje preferido a India hasta ahora.

VIAJE 11

La vida de un buscador espiritual es solitaria:  somos una especie de outsiders en este mundo.  Poder estar cada día y una temporada entre gente  que nos alimenta el alma es una necesidad vital.   Es así es que podemos continuar.

El camino es estrecho y muchos quedan atrás.  Algunos continuamos más que por voluntad propia por un llamado imperativo del Espíritu.  Es un destino que no todas las almas tienen pero que eventualmente todos seguiremos.  Está en nuestra naturaleza,  es el designio divino de todo ser humano.

Mañana me toca cruzar el globo de lado a lado y esta vez voy muy bien acompañada.  Mi hijo Ariel de diecisiete años es mi compañero de viaje.  A tan corta edad sentir el llamado de India no es usual. Me emociona tanto ser testigo de la expansión de su mundo interno. 




Qué gran honor.



Y en esta quimera de una vida real que anhelo construir me aventuro con él de nuevo al vórtex que sostiene mi maestro.  Su energía palpita cada vez más fuerte.  Sueño despierta con un shala caliente donde se escucha sólo el sonido de la respiración.  Por las pequeñas ventanas se asoman al amanecer las palmeras características del sur de la India; afuera se escuchan los pitos de los rickshaws y las voces de los estudiantes y vendedores indios.  

Un día más en Mysore y siempre tengo la misma sensación:  cuando estoy en Savasana en el baño de las mujeres,  lloro de alegría porque una vez más pude llegar hasta mi medicina.  Mi cuerpo tembloroso, sudoroso y feliz,  absolutamente feliz.  Una felicidad que ni mi mente puede entender,  pero sí mi espíritu.  Un gozo total de sentirme viva y poder respirar.  Y desde mi alfombra,  siento el amor más grande por todos aquellos que han sido un stepping stone para que me encuentre aquí de nuevo,  en mi lugar sagrado.



Desfilan por mi mente rostros de maestros,  parejas,  hijos,  mentores,  estudiantes,  amigos y enemigos. Todos han puesto su grano de arena.  Todos han contribuido,  lo quieran o no,  a que yo esté aquí de nuevo.



Y sólo puedo sentir gratitud absoluta por cada uno de ellos,  aunque algunos de los regalos que pusieron en mi regazo  fueron bien amargos.   Todo se transmuta en este lugar y se convierte de forma mágica en guirnaldas de flores de jazmín perfumados,  marigolds doradas y rosas fragantes.



Comprendo la perfección de nuestro camino en esta vida,  pleno de lágrimas y rebosante de amor.



Estoy lista para tomar esa serie de aviones una vez más sabiendo que voy donde tengo que ir y que todo lo que suceda será lo que el Amor me tiene reservado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.