miércoles, 1 de enero de 2014

Regalos de India

No duermo un carajo.
Bueno, tres horas y luego,  imposible.

El cambio de horas tiene su efecto.  Sin embargo,  suena la alarma y arriba.  Ariel está igual:  durmió como una horas.  Nos vamos al shala.  El frío de la mañana nos despierta un poquito.    Llegamos casi a las 7 am y Saraswati ya lleva dos horas y media enseñando.  Esta abuelita me sorprende!

Empiezo mi práctica mientras el sol sale.  Llegan dos niños:  tendrán unos 8 o 9 años.  Abren su alfombra,  están bostezando.  Empiezan su práctica:  la conocen.  Me sorprenden gratamente!  Ya puedo traer a Gael! Bueno, tendrá que esperar unos tres años, pero ya puede venir.

Ariel a mi lado está todavía medio dormido.  La voz alerta y fuerte de Saraswati lo termina de despertar. En su inglés indio,  cuesta entenderle al principio.  Pero está feliz porque lo adelanta cinco posturas en la serie.  Todo va llegando.  Claro,  ayer pasó estudiando toda la tarde la secuencia.

Do your practice.  All is coming.

Mientras respiro y me muevo, mi compañera a la derecha está con un verdadero problema pulmonar.  Tose ruidosamente,  nada agradable.  Le envío energía para que se cure,  aunque la verdad me cuesta practicar a su lado.  Por un instante pienso en moverme de lugar.  El pensamiento pasa. Sigo mi práctica.  Veo como uno puede quedarse pegado en la resistencia y o decidir continuar y aceptar lo que es.

Gracias, compañera de práctica de hoy.

Saraswati me ayuda con los backbends con maestría y experiencia.  Me siento tan a gusto en su shala:  más pequeño, menos gente,  más relax.  El Main Shala es una locura.  Pero me toca de nuevo aceptar.  Así que disfruto cada instante de mi semana aquí.  Ya la entrante veré.

A la salida, me espera Ashok con sus pipas.  El "gangi" o carne del coco joven es la mejor comida después de practicar.  Me siento fuerte, despierta.  El dolor de cabeza se fue.  Encuentro a un vendedor de flores mientras camino de regreso al apartamento.  Compro flores para nuestro altar.  Paso por el orfanato y los niños  ya están afuera asoleándose.  "Don´t kill your baby"-bring it to us-  dice el rótulo afuera.  Cada vez que lo leo,  se me paran los pelos.

Todos niños preciosos,  sin papás ni mamás.  Aceptación total de lo que es.  Desearía adoptarlos a todos, darles lo mejor de la vida.  Esta India lo pone a uno contra la pared. Y a la vez,  sé que cada alma tiene su karma y las razones para experimentar esta vida en la forma adecuada.

Ariel me espera en casa con una sonrisa.  Me dice que se siente increíble.  La medicina empieza a funcionar.  Mañana le dan Marichyasana A.

Otro día en Mysore.  Los niños de la escuela cantan recibiendo el Nuevo Año.  Otras vidas,  otros karmas.

Pero los chiquitines del orfanato se quedan en mi corazón.


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