miércoles, 9 de enero de 2013

Show up

Me despierto temprano,  todavía está oscuro.
Afuera,  el sol empieza a salir y todo está silencioso.

Amo los amaneceres aquí.  Todo se siente tan en paz.
Me baño y alisto,  tomo mi mat,  me abrigo porque la mañana es fresca y camino al shala sin prisas.

Cada paso que doy en este lugar me acerca un poco más a mi corazón.

Al llegar, veo que está completamente lleno. Son casi las 8 am y está abierto desde las 4.  Veo todas las nacionalidades,  edades y prácticas en este cuarto,  todas. Rostros conocidos,  amigos queridos, todo en silencio. Escucho la voz de mi maestro:  "One more".  Espero en el foyer de la escuela mientras disfruto el sonido de la respiración.   Hay una armonía perfecta en el ambiente, una vibración hermosa que resuena con  el movimiento pausado de los cuerpos.  Entre los mats muy juntos,  los maestros se mueven siguiendo la danza de este conglomerado de almas,  todas enfocadas en su respiración.

De vez en cuando,  la voz de mi maestro rompe el silencio. En su inglés indio,  sus instrucciones carecen de la amabilidad occidental.  "You go there!", le dice a una muchacha que está aquí por primera vez y se ve un poco perdida.  "Come here!",  a otro que se queda como congelado.  Sus palabras están dirigidas no sólo a guiar el cuerpo de estas personas,  sino a despertar sus mentes.

Estas mentes que traemos del otro lado del mundo tan cargadas de expectativas,  juicios y pre-conceptos.  Mi propia mente.   Observo mis propias expectativas al enterarme que dos de las costarricenses que se encuentran en este momento en Mysore deciden practicar en otra escuela. Una parte mía dice:  " Pero qué...están haciendo? tan cerca y desperdiciar semejante oportunidad!!".  Otra comprende que no todas las almas tienen el mismo camino y que su búsqueda es válida.  Sin embargo,  me queda un sinsabor de saber que llegaron hasta aquí para pasar de largo de esta experiencia.

Karma?
Decisiones?
Destino?

Sharath me llama e interrumpe mis divagaciones.  Entro en el cuarto con un agradecimiento absoluto, sólo por estar aquí.  Acomodo mi alfombra entre brazos y piernas en constante movimiento.  Junto mis palmas y agradezco a Guruji,  donde quiera que esté,  haber creado este espacio. No sólo la escuela con sus puertas y paredes,  sino este grado de compromiso.  Esta energía.  Este entusiasmo.

Mi cuerpo se empieza a mover en sintonía con la respiración.  Siento que algo me mueve,  que me llevan sin esfuerzo.  Los saludos al sol terminan antes de darme cuenta y ya el sudor cubre mi piel.   Cada bocanada de aire está llena de magia en Mysore.  El aire cálido de la India del Sur lubrica mis pulmones y me expande la mente.  De nuevo, aparece la imagen de mis dos amigas-  adónde estarán,  con qué maestro habrán parado, estarán en un barrio seguro...bla bla bla...

Y mientras progreso en la serie,  primera completa hoy,  me doy cuenta de que mi camino es mi camino y que cada célula de mi cuerpo agradece haberlo encontrado.  Que no tengo necesidad de imponerle nada a nadie y que aquellos que resuenen con esto van a llegar solitos.  Que al igual que los que estamos en este cuarto,  encontrarán lo que necesiten para su progreso en su propio tiempo.  Tendrán que equivocarse mil y una veces como me equivoqué yo.  Aprenderán a discernir.  O tal vez no.  Y está bien.

Respiro,  mi mente ya serena.  El sudor me cubre y sólo siento el aquí y el ahora.  Al terminar,  tiemblo como un conejo,  sonrío en todos los sentidos que un ser humano puede sonreír,   realizo mi suerte.

Todo es perfecto.
Somos los que somos y estamos los que estamos.

Mañana,  6 am.
Sin falta.-



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.