domingo, 1 de mayo de 2016

There is a Love

Hoy fue un día en fiesta en mi casa.

Las fiestas de los yogis son bastante sui géneris.  Consiste en venir en ayunas a una práctica dura, intensa y demandante.  Especialmente en este método que enseño.

El Ashtanga,  correctamente enseñado, no es un método que infla egos.  Al contrario:  es muy parco y sobrio.  Pero gracias a Dios cada día conozco más practicantes que han probado toda la parafernalia de yoga occidental y  han quedado insatisfechos.

Es como dice uno de mis maestros:

" El Ashtanga yoga es como comerse un buen almuerzo.  Para los que tenemos una sed ardiente por la verdad, los demás estilos son aperitivos."

El shala estuvo hoy lleno de gente nueva.  Es muy lindo porque los principiantes me recuerdan mis primeros pasos en este camino cuando me sentía perdida pero al mismo tiempo enamorada.  Más o menos como cuando uno se enamora de otro ser humano:    uno no sabe bien qué va a pasar pero la pasión hace que el otro ser se vuelva perfecto,  a pesar de sus defectos.

Es el amor por la práctica el que nos lleva a regresar cada día,  cada mañana muy temprano para nosotros ashtangis.  Es ese amor el que nos hace persistir a través de los años.

There is a Love in Ashtanga Yoga...decía uno de mis colegas.

El amor en el mundo de la ilusión tomar formas falsas que nos pierden en un mundo de espejos. Creemos que amor es que nos alaben,  nos digan lo maravillosos que somos y lo bien que hacemos todo.  En mi método estos halagos no son muy frecuentes.  Hay más "nos" que "síes"... los maestros que seguimos a mi maestro pocas veces piropeamos a alguien.  Esto no hace más que crear expectativas y la verdad es que el mat de un ashtangi es terreno incierto todos los días.

Si el maestro nos da mucha labia al día siguiente queremos repetir la hazaña para "quedar bien"...y no hay tal. Esto es una práctica, no una demostración ni un espectáculo.

Por eso hoy fue un día tan especial:  los nuevos que vinieron entendieron de inmediato que la dirección era hacia adentro.  De hecho,  el grupo entero estuvo tan enfocado que recordé con cariño a un grupo de estudiantes japoneses que tuve en Tokyo hace unos años.  Cuando yo les daba una instrucción,  de inmediato la escuchaban y ponían en práctica.

No lo podía creer.

Mis estudiantes latinos de entonces era mucho más distraídos.  A muchos se les olvidaban las alfombras para empezar y frecuentemente llegaban tarde.  En Japón el respeto al Sensei o maestro es muy conmovedor:  la devoción profunda,  incluso con alguien como yo que apenas estaban conociendo.  En Occidente esta devoción es difícil de encontrar:  los estudiantes traen muchos conceptos y opiniones y sus mentes oscilan entre juicios, comparaciones y rumores constantes.

Too much thinking,  decía Guruji.  

La tarea inicial es dura:  hay que silenciar la mente.  Por eso es que esta práctica es tan brutal.  Al inicio,  uno siente que se muere.  Le falta el aire,  se marea.  Le duele a uno hasta el pelo.  Pasa el día muerto de cansancio.  Y después de un mes,  se pone peor.

Mi maestro dice en su inglés indio:

"First month:  paining...
Second month:  dying...
Third month:  flying.!"

Muchos tiran la toalla sin experimentar nunca el flying.  Y me refiero no al flying de una inversión, parada de manos o salto al vacío.  Me refiero al flying de una mente que no interfiera más con nuestra vida,  una mente aliada a nuestros sueños.  Deseosa de manifestar el potencial total de quién somos sin miedo,  sin dudas.

Ese es el verdadero FLYING.
Y después,  todo viene....

Mis estudiantes regulares de hoy cumplieron con su labor de madrinas y padrinos de los pollitos nuevos con cariño y presencia.  Esa es la calidad de gente que tengo el gran honor de conocer y guiar en Costa Rica:   gente que se sale de su zona de confort por alguien que apenas están conociendo, que entienden la importancia de tender una mano a quién se acerca tímidamente a un estudio de yoga porque está buscando respuestas a preguntas importantes.

Es un verdadero milagro que lleguen.  Cuántos se quedan en palabras,  cuántos en intención y nunca lo logran.  Ver hoy el estudio lleno colma profundamente mi corazón porque sé los obstáculos que vencieron para venir hoy.

Y también lo adoloridos que van a estar mañana...

Y entre todos los que vinieron,  tal vez un par se sostenga,  tal vez uno solo.  Y ese es importante. Ese pudo escuchar algo real a través de la selva de lo falso y lo condicionado de las mentes humanas promedio. Nadie nos enseñó nunca a serenar nuestra mente.   Pero este ser verá su vida transformada gracias a la renovación de su percepción.  Alguien  que traerá a este mundo más amor y conexión en vez de dramas innecesarios y conflictos.  Alguien que con los años si continúa verá colmar todos sus sueños y mucho,  mucho más de lo jamás imaginó.

Como me está sucediendo a mí.


Enseñar es mi pasión y el regalo de yogis serios mi retribución.  No aspiro a agradar a ningún ego errante. Ya hace rato que no busco la aprobación de nadie excepto la de mis maestros.  Cuando dudo sobre algo sólo pienso cómo actuarían ellos en esa situación.

La cualidad de ayudar a otros a despertar de su sonambulismo pernicioso.


La capacidad de apuntar a los lugares cerrados y llenos de miedo sin reservas.

La amabilidad de admitirme como su estudiante desde hace tantos años y tenerme tanta paciencia.

Sólo sé que agradezco infinitamente la mano dura de mis maestros,  aplicada con el amor más puro y genuino que existe:  el amor que ayuda a despertar.  Ese es el único Amor que realmente vale la pena en esta vida y el que estoy empezando apenas a conocer.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.