lunes, 14 de mayo de 2012

Escuchando

El Yoga comienza escuchando.


Cuando escuchamos, damos espacio a lo que es.-
Richard Freeman

Estas dos frases del Mirror del Yoga hacen que mi mente haga fallo y se detenga.

Qué difícil es dar espacio a lo que es:  otras personas,  otros puntos de vista,  otras maneras de ver la vida!

Todos queremos imponer nuestra visión,  asegurarnos que nuestras ideas son las más valiosas y algunos,  hemos vivido escuchándonos incesantemente.  Cuáles son las posibilidades de relacionarnos si no escuchamos al otro?

El Yoga nos invita a regresar al momento presente.  Este momento presente me gusta.  Estoy en mi sala,  los pajaritos trinan y la lluvia ya casi llega.  Los bebitos están durmiendo y una paz angelical reina en la casa.  Gael está viendo tele,  yo aprovecho para trabajar un poco.  Me dan ganas de escribir.  Estoy aprendiendo a reconocer ese gusanito que me pica,  igual que el gusanito del mat...ya casi a diario.

Anoche leía una novela de Anaís Nin.  Siempre admiré a esta escritora tan vanguardista y rebelde.  Admiré su capacidad de sostener sus relaciones de una forma poco convencional,  de negarse a quedarse metida en un rol o papel.  Su vida fue muy intensa y su amor por Henry Miller profundo.  Esta relación removió la sociedad de los años 20 y nos dejó sendas obras literarias de estos dos grandes escritores.

Hace poco conocí a una Anaís Nin tica.  Esta señora,  que podríamos llamar de la alta sociedad costarricense,  cumplió por muchos años con su papel de ama de casa y madre ejemplar.  Estuvo casada muchísimos años con su esposo y fueron un matrimonio convencional.  Sin embargo, como todo se sabe y la verdad nunca tarde en alcanzar la superficie,  me dí cuenta por las casualidades de la vida que tuvo un amante por mucho tiempo.  No la juzgo para nada,  ya que su conducta vino de una sed incansable que todavía siento dentro de ella. Dentro de toda su estructura,  tuvo la valentía de dar un aire a su corazón apasionado.  En medio de toda la presión social por cumplir con los papeles a que ella misma se comprometió, encontró la fuerza de no morirse totalmente.  La admiro.   No todos tenemos esa intensidad.  De alguna manera, encontró la forma de no perderse.  No fue tal vez la forma aceptada socialmente,  pero fue su forma-  tal vez la única que conocía en ese momento- de no asfixiarse y morirse por dentro.

Estas mujeres me inspiran a vivir el Yoga escuchando mi corazón.  Muchas veces actuamos en base a lo que piensan y sienten los demás.  El Yoga es encontrar nuestra voz:  nuestra única y auténtica voz.  Todos llevamos adentro el peso de hábitos en comportamientos,  pensamientos y formas de interactuar con el mundo.  De pronto,  todo esto pesa demasiado.

Para Anaís Nin,  su realidad fue su arte, por encima de su relación tormentosa con Henry Miller.

Para la heroína de mi historia en San José, esta señora encopetada,  su realidad fue quedarse en un matrimonio pero encontrar una ventanita por donde respirar.  Sin juicios,  la veo como un pájaro enjaulado anhelando una libertad soñada pero imposible en su contexto social.  A pesar de eso,  mantiene su espíritu sediento de vida y no se echa para atrás en ningún momento.


Pienso y medito en cuál es mi realidad en este momento.

Siento todo tranquilo a mi alrededor y me doy cuenta de que es en este espacio de paz donde puedo ir a hacia adentro y descubrirlo.

Qué yace en el fondo de mi corazón?
Qué hay en el centro de mi Ser?
Quién soy en verdad?

Llego finalmente a este momento presente, el que tanto he evadido.  El que me asustaba de día y de noche.

Llego y me doy cuenta que es un momento de libertad.

No sé todavía bien quién soy,  pero sé que ya no soy esa cara que presentaba al mundo- feliz por fuera y  triste por dentro.

Sé que no soy quién pretendía creer en cosas  que realidad no creía y se enredaba en mecates ficticios por costumbre e inercia.

Nunca empecé mi práctica de yoga para ser feliz.  La empecé para ser real.  Puedo decir que estoy en un momento de absoluta honestidad-  conmigo misma y con los demás.  Puedo decir que  me siento perdida, sola y confundida.  Puedo aceptar que he distorsionado con mis ideas el mundo a mi alrededor.

Pero como sé que el Yoga es la fuente de todo,  comprendo que todo lo que anhelo está ya en camino.  No sé bien cómo se va a ver,  no tengo idea de quién estará a mi lado y qué haré con mis manos y mi corazón. Pero sé que estaré escuchando...

tal vez por primera vez en mi vida,  estaré escuchando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.