"¿Sabías que un águila sabe cuando una tormenta se acerca mucho antes de que empiece?
El águila volará a un sitio alto para esperar los vientos que vendrán. Cuando llega la tormenta, Extiende sus alas para que el viento las agarre y le lleve por encima de la tormenta. Mientras que la tormenta esté destrozando abajo, el águila vuela por encima de ella.
El águila no se escapa de la tormenta. Simplemente usa la tormenta para levantarse más alto. Se levanta por los vientos que trae la tormenta.
Cuando las tormentas de vida nos vienen - Y todos nosotros vamos a pasar por ello, Podemos levantarnos por encima poniendo nuestras mentes y nuestra fe en Dios.
Las tormentas no tiene que pasar sobre nosotros. Podemos dejar que el poder de Dios nos levante por encima de ellas. Dios nos permite ir con el viento de la tormenta que trae enfermedad, tragedia, y demás cosas en nuestras vidas. Podemos volar sobre la tormenta.
Recuerda, no son los pesos de la vida que nos lleva hacia abajo, sino el cómo los manejamos".
Hoy recibí este mensaje de un querido estudiante de años que me conoce bastante bien.
Durante este último mes, me he dado cuenta que muchos no saben quién soy en verdad. Han proyectado en mí durante años sus propios deseos, carencias y sueños.
No se han atrevido todavía a soñar por sí mismos.
Esto me duele, me entristece. Creo que la labor de cualquier maestro consiste en ver en su estudiante lo mejor de ellos mismos, aunque ellos mismos todavía no lo vean. Tal vez fallé y no pude inspirarlos lo suficiente. Tal vez su momento todavía no ha llegado.
En los años que he estado en este camino del Yoga, he aprendido los peligros de la cultura de la mediocridad. Lo sé por contraste porque he tenido el honor y privilegio de conocer seres fuera de este mundo-mis maestros. Estos seres se han transformado con la práctica del Yoga de seres humanos comunes y corrientes- trabados en rutinas, miedos y expectativas sociales- a seres llenos de luz que usan esa luz para animar a otros a encontrarla adentro.
Estos seres sobrenaturales- estas águilas- son mi inspiración esta noche.
Cómo los describo?
Pienso en ellos y me indican con su ejemplo el camino por dónde anhelo transitar.
Benjy me enseñó la alegría de estar ahí para otros en sus triunfos y sentirlos como si fueran propios. En vez de envidiarlos, de sentir celos y sentirnos menos, me enseñó que todos podemos brillar y que si alguien brilla, es para recordarnos que todos llevamos esa luz por dentro.
John me enseñó que la imagen de maestro puede usarse en contra del maestro mismo. Que los juicios de la gente a veces son más poderosos que la realidad misma. Que la oscuridad puede inmiscuirse en la vida y en el yoga en cualquier momento y que la Luz es la única salida.
Richard enseña con su estampa y buen humor. Su refinamiento viene de que cada una de sus células respira con estabilidad y armonía. Su forma de caminar, de hablar, de mover las manos. Las palabras que salen de su boca. Nunca me imaginaría a este maestro hablando mal de alguien. Esta muy por encima de cualquier tormenta, es un águila de alas abiertas.
Tim y su corazón abierto ha tocado muchas veces el mío. Ya rondando los 65 años, lo veo sostener las clases con la devoción y cariño por Guruji de siempre, a pesar de los años. Su shala será para mí siempre el portal de entrada a este mundo maravilloso del Ashtanga Yoga. El está en mi corazón para siempre.
Dena es la mujer más exquisita y elegante que he conocido. Además, es una mujer real, serena y enfocada. Su relación con su esposo es una de profunda unión, a pesar de que ella es la maestra y él el ayudante. Jack es la manifestación física del servicio desinteresado y el apoyo a su mujer, sin importar quién lleve la batuta de la clase. Pude ver en otros maestros celos porque sus parejas tenían más fama o prestigio que ellos en el mundo del Ashtanga. En cambio, Dena y Jack nos recuerdan que todos tenemos nuestros talentos y que nadie es más ni menos, sólo somos diferentes.
Joanne Darby me enseñó de amabilidad al acogerme en Mysore en mis primeros viajes. Ella fue una de las primeras mujeres en aventurarse a India, tuvo sus hijos allá y practicó todos sus embarazos, incluso Segunda y Tercera Series.
Abrió el camino para que muchas otras mujeres nos sintamos inspiradas a esta práctica intensa que trae todas nuestras limitaciones internas al tapete.
Matías me enseña con su presencia que un Yogi es ante todo un ser lleno de compasión por los demás. Su capacidad de estar presente cuando practicamos, de ofrecer su energía y dar sin esperar nada a cambio, su devoción por sus propios maestros y su profunda conexión interna son un regalo de Dios en mi vida, en estos momentos semanalmente. Hoy que practicamos juntos Tercera y mitad de la Cuarta Serie, sentí que nos movíamos como dos caballos de fuego en la alfombra y en las posturas. El fuego de la alquimia y la transformación. Me ha enseñado que las posturas ayudan, pero que no son más que la entrada a un mundo profundo y accesible si tenemos la actitud correcta.
Sharath se levanta todos los días a la 1:30 am a practicar. Cuando tengo pereza de abrir mi alfombra o me duele algo y me pongo excusas, pienso en él e inmediatamente se me cae la justificación. Honra la memoria de su maestro y abuelo con el trabajo diario, con su intención que el Ashtanga Yoga cubra el planeta por completo.
Guruji me enseñó que el Yoga es todo. Sin Yoga no hay vida. Con su ejemplo de 65 años de enseñar continuamente de 4 am a 2 pm todos los días, sé que tengo la fuerza por dentro para cumplir mi sueño de que el Ashtanga Yoga llegue a más gente. No sólo en Costa Rica, sino en el resto de Centro y Latinoamérica.
Mis bebitos me enseñan cada día que la vida es nueva. Con sus risas y llantos, que el momento presente es el único que existe. Con sus juegos, que yo también puedo jugar y sentirme liviana. Me enseñan el amor profundo con sus sonrisas, besos, medias y zapatitos regados por toda la casa. Que regalo, por Dios!
Mis hijos grandes me llenan y conmueven por dentro. Cada uno de ellos es una flor de loto nacida entre el barro. Me enseñan que cuando un alma está lista, no importa en qué circunstancias venga a esta vida...va a compartir su amor y su Luz.
Mis amigos, mis verdaderos amigos, me han enseñado que puedo ser yo misma por completo. No tengo con ellos máscaras ni dobles intenciones. Son seres que me ven hasta lo más profundo e igual me siento cómoda y relajada. Me aman a pesar de mis flaws, me escuchan y comprenden. Quisiera pensar que puedo hacer lo mismo con ellos cuando lo necesiten.
Pienso en mis maestros que me inspiran a ser mejor persona. Todos se han equivocado en algún momento de sus vidas. Todos somos humanos. Sin embargo, han aprendido de sus errores y han tomado cada experiencia como una oportunidad para evolucionar. No se han dejado amainar por los vientos y las malas energias. Han tenido fe en sus propios maestros.
Y esta cadena de luz seguirá creciendo, más allá de todos nosotros.
El águila volará a un sitio alto para esperar los vientos que vendrán. Cuando llega la tormenta, Extiende sus alas para que el viento las agarre y le lleve por encima de la tormenta. Mientras que la tormenta esté destrozando abajo, el águila vuela por encima de ella.
El águila no se escapa de la tormenta. Simplemente usa la tormenta para levantarse más alto. Se levanta por los vientos que trae la tormenta.
Cuando las tormentas de vida nos vienen - Y todos nosotros vamos a pasar por ello, Podemos levantarnos por encima poniendo nuestras mentes y nuestra fe en Dios.
Las tormentas no tiene que pasar sobre nosotros. Podemos dejar que el poder de Dios nos levante por encima de ellas. Dios nos permite ir con el viento de la tormenta que trae enfermedad, tragedia, y demás cosas en nuestras vidas. Podemos volar sobre la tormenta.
Recuerda, no son los pesos de la vida que nos lleva hacia abajo, sino el cómo los manejamos".
Hoy recibí este mensaje de un querido estudiante de años que me conoce bastante bien.
Durante este último mes, me he dado cuenta que muchos no saben quién soy en verdad. Han proyectado en mí durante años sus propios deseos, carencias y sueños.
No se han atrevido todavía a soñar por sí mismos.
Esto me duele, me entristece. Creo que la labor de cualquier maestro consiste en ver en su estudiante lo mejor de ellos mismos, aunque ellos mismos todavía no lo vean. Tal vez fallé y no pude inspirarlos lo suficiente. Tal vez su momento todavía no ha llegado.
En los años que he estado en este camino del Yoga, he aprendido los peligros de la cultura de la mediocridad. Lo sé por contraste porque he tenido el honor y privilegio de conocer seres fuera de este mundo-mis maestros. Estos seres se han transformado con la práctica del Yoga de seres humanos comunes y corrientes- trabados en rutinas, miedos y expectativas sociales- a seres llenos de luz que usan esa luz para animar a otros a encontrarla adentro.
Estos seres sobrenaturales- estas águilas- son mi inspiración esta noche.
Cómo los describo?
Pienso en ellos y me indican con su ejemplo el camino por dónde anhelo transitar.
Benjy me enseñó la alegría de estar ahí para otros en sus triunfos y sentirlos como si fueran propios. En vez de envidiarlos, de sentir celos y sentirnos menos, me enseñó que todos podemos brillar y que si alguien brilla, es para recordarnos que todos llevamos esa luz por dentro.
John me enseñó que la imagen de maestro puede usarse en contra del maestro mismo. Que los juicios de la gente a veces son más poderosos que la realidad misma. Que la oscuridad puede inmiscuirse en la vida y en el yoga en cualquier momento y que la Luz es la única salida.
Richard enseña con su estampa y buen humor. Su refinamiento viene de que cada una de sus células respira con estabilidad y armonía. Su forma de caminar, de hablar, de mover las manos. Las palabras que salen de su boca. Nunca me imaginaría a este maestro hablando mal de alguien. Esta muy por encima de cualquier tormenta, es un águila de alas abiertas.
Tim y su corazón abierto ha tocado muchas veces el mío. Ya rondando los 65 años, lo veo sostener las clases con la devoción y cariño por Guruji de siempre, a pesar de los años. Su shala será para mí siempre el portal de entrada a este mundo maravilloso del Ashtanga Yoga. El está en mi corazón para siempre.
Dena es la mujer más exquisita y elegante que he conocido. Además, es una mujer real, serena y enfocada. Su relación con su esposo es una de profunda unión, a pesar de que ella es la maestra y él el ayudante. Jack es la manifestación física del servicio desinteresado y el apoyo a su mujer, sin importar quién lleve la batuta de la clase. Pude ver en otros maestros celos porque sus parejas tenían más fama o prestigio que ellos en el mundo del Ashtanga. En cambio, Dena y Jack nos recuerdan que todos tenemos nuestros talentos y que nadie es más ni menos, sólo somos diferentes.
Joanne Darby me enseñó de amabilidad al acogerme en Mysore en mis primeros viajes. Ella fue una de las primeras mujeres en aventurarse a India, tuvo sus hijos allá y practicó todos sus embarazos, incluso Segunda y Tercera Series.
Abrió el camino para que muchas otras mujeres nos sintamos inspiradas a esta práctica intensa que trae todas nuestras limitaciones internas al tapete.
Matías me enseña con su presencia que un Yogi es ante todo un ser lleno de compasión por los demás. Su capacidad de estar presente cuando practicamos, de ofrecer su energía y dar sin esperar nada a cambio, su devoción por sus propios maestros y su profunda conexión interna son un regalo de Dios en mi vida, en estos momentos semanalmente. Hoy que practicamos juntos Tercera y mitad de la Cuarta Serie, sentí que nos movíamos como dos caballos de fuego en la alfombra y en las posturas. El fuego de la alquimia y la transformación. Me ha enseñado que las posturas ayudan, pero que no son más que la entrada a un mundo profundo y accesible si tenemos la actitud correcta.
Sharath se levanta todos los días a la 1:30 am a practicar. Cuando tengo pereza de abrir mi alfombra o me duele algo y me pongo excusas, pienso en él e inmediatamente se me cae la justificación. Honra la memoria de su maestro y abuelo con el trabajo diario, con su intención que el Ashtanga Yoga cubra el planeta por completo.
Guruji me enseñó que el Yoga es todo. Sin Yoga no hay vida. Con su ejemplo de 65 años de enseñar continuamente de 4 am a 2 pm todos los días, sé que tengo la fuerza por dentro para cumplir mi sueño de que el Ashtanga Yoga llegue a más gente. No sólo en Costa Rica, sino en el resto de Centro y Latinoamérica.
Mis bebitos me enseñan cada día que la vida es nueva. Con sus risas y llantos, que el momento presente es el único que existe. Con sus juegos, que yo también puedo jugar y sentirme liviana. Me enseñan el amor profundo con sus sonrisas, besos, medias y zapatitos regados por toda la casa. Que regalo, por Dios!
Mis hijos grandes me llenan y conmueven por dentro. Cada uno de ellos es una flor de loto nacida entre el barro. Me enseñan que cuando un alma está lista, no importa en qué circunstancias venga a esta vida...va a compartir su amor y su Luz.
Mis amigos, mis verdaderos amigos, me han enseñado que puedo ser yo misma por completo. No tengo con ellos máscaras ni dobles intenciones. Son seres que me ven hasta lo más profundo e igual me siento cómoda y relajada. Me aman a pesar de mis flaws, me escuchan y comprenden. Quisiera pensar que puedo hacer lo mismo con ellos cuando lo necesiten.
Pienso en mis maestros que me inspiran a ser mejor persona. Todos se han equivocado en algún momento de sus vidas. Todos somos humanos. Sin embargo, han aprendido de sus errores y han tomado cada experiencia como una oportunidad para evolucionar. No se han dejado amainar por los vientos y las malas energias. Han tenido fe en sus propios maestros.
Y esta cadena de luz seguirá creciendo, más allá de todos nosotros.
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