lunes, 18 de mayo de 2015

Samurai

He estado meditando mucho sobre un tema en los últimos días.  El tema es la vida en sí:  la muerte.  Esa posibilidad remota que todos reconocemos pero que visualizamos lejos de nosotros y de todo lo que amamos.

No sé por qué coincidencias kármicas me llega la visión de un Samurai.  Guerrero valiente y honorable cuyo fin en la vida es vivir con dignidad y ante todo,  morir con dignidad.  Estos seres eran tan increíbles que su lema era:

"Quienes se aferran a la vida mueren,  quiénes desafían a la muerte sobreviven."

Para ls samurais,  la muerte significaba un asunto de honor y la muerte por vejez y por causas naturales no era deseable.  Una muerte joven,  temprana y violenta era para ellos una señal de predilección de los dioses.  Su idea era

"vivir bellamente y morir de manera hermosa".  

De allí que el símbolo del samurai sea  el capullo de la cereza,  emblema certero de lo bello y lo efímero.  Un día en este mundo es pleno florecimiento,  el siguiente un día de tormenta.

Mi mente vuela hacia Yukio Mishima,   prolífico escritor japonés.   Aunque venía de una familia burguesa,  se identificaba profundamente con la estirpe de los samurais.  Amante de las artes marciales y uno de los artistas más privilegiados de su época,  su tema de vida fue el respeto a las tradiciones y su critica a una sociedad sumida en el vacío espiritual y la decadencia moral.  Mishima se suicidó mediante el rito del Seppuku al grito de "Larga vida al emperador".

Todas estas figuras me invitan a la muerte de algo dentro de mí que ya está listo para transcender.  A veces siento que ya murió hace tiempo.  En mi arte les llamamos samskaras o huellas energéticas de otras vidas.  Otros le llaman venenos o samsara hala hala.  Me veo cada vez menos importunada por el Adversario,  como llaman en la Kabbalah al ego.  Mis días transcurren dentro de una serie de conexiones y relaciones que se desenvuelven con facilidad y armonía,  casi sin esfuerzo.

No hay paz más grande que saber que la Luz está dentro de nosotros.  No hay alegría más grande que entender que todas la proyecciones pasadas fueron intentos fallidos del Adversario.  La Luz es una realidad y el 99% de nuestro ser.  Que no podamos percibirlo con nuestros sentidos no significa que no esté ahí siempre,  lista a ser descubierta.

Sueño con encuentros de almas desde el 99%.  El 1% es bastante predecible y bastante aburrido:

"Cómo te llamas?
"En qué trabajas?
"Adónde vive tu familia?

etc
etc
etc

vs.

Qué amás?
Hacia dónde caminás?
Qué es importante para vos en esta vida?

Qué te hace genuina y absolutamente feliz?

Me duermo con estas preguntas en mi mente y comprendo que las respuestas ya están contenidas en ellas,  aquí ahora.  Me duermo repasando un día,  un fin de semana y una vida llena de Gracia.

Sí,  una simple vida extraordinaria.  Una vida extraordinariamente simple donde aquello que yace escondido palpita a un ritmo que sólo yo y Dios comprendemos.

Y de seguro aquellos que palpitan en esta  misma sintonía.




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