domingo, 24 de mayo de 2015

Cuando el maestro llama...

El espacio era difícil de describir.  Si lo intentara diría que era como un remanso de agua en medio del torbellino de la vida.  Un lugar sagrado donde nos tocaba exponernos:  el miedo máximo de todo ser humano.

Soltar las máscaras,  ir profundo,  hacer de tripas corazón y mostrarnos.

Comenzamos todos haciendo lo que sabemos:  el arte eterno y profano de la repetición.  La forma permite que nuestra mente esté quieta por un rato,  que se desacelere del ruido mundano.  De las dudas,  de la confusión.  De las proyecciones y demás basura energética que interfiere con nuestra vibración personal.  La respiración pausada y el silencio nos ofrecen un descanso y a la vez,  el reto diario nos pide darlo todo.

Mauricio entra al cuarto.  Su presencia es todo lo que la presencia de un buen maestro ofrece:    invisibilidad  y poder a la vez.  Sin más pretensión que dar una mano,  sin más deseo que movernos al límite.  O será que con su sola presencia solitos nos atrevemos a ir más allá de lo que consideramos normal.  Lo mismo me sucede con mi maestro en India:   basta que esté en el cuarto para que yo sienta todo mi potencial resurgir,  todas mis fuerzas juntas alegrarse.

Un maestro de lo que sea necesita,  primero que nada,  bondad.  Mientras practico traigo a mi memoria a todos aquellos que están trayendo bondad a mi vida en este momento.  Irremediablemente y por contraste,  reaparecen los fantasmas de todos los que han traído mentira,  poses falsas y pretensiones vacías.  Veo que el amor borra huellas amargas y las cicatrices reciben un bálsamo dulce que las invita a sólo ser  totalmente aceptadas y amadas en su simbología.  Cicatrices amadas porque su presencia significa que no fuimos derrotados en esa batalla y aquí continuamos.

El cuarto respira con almas determinadas.  Seres que no se andan por las ramas y que tienen claro que cuando el maestro llama,  hay que venir.  Es un llamado más profundo que todas las excusas que la mente pueda fabricar:  perderse al maestro equivale en el camino espiritual a estar ciego.  Por eso cantamos todos los días al Guru,  al que nos lleva de la oscuridad a la luz.

Pero tenemos que hacer nuestra parte. 

Nuestra parte consiste,  llana y simplemente,  en crear espacio.  Espacio para que su Luz penetre las configuraciones misteriosas y necias de una mente que dice "no puedo",  "no tengo tiempo",  etc. etc.  Rendirse al maestro es un acto de profunda confianza: entregamos nuestro ser completo a alguien en quien creemos,  escuchamos con fe lo que nos dice,  su guía es importante para nosotros en este momento de nuestra vida.   Obviamente no vamos a colocar nuestro espíritu en manos de cualquiera.

A algunos nos ha tocado aprender esto con mucho dolor y lágrimas.

Pero si practicamos con ahínco,  devoción y mucha fe,  atraemos la energía perfecta para el avance en este camino de obstáculos.  Sé por experiencia que sólo se pone mejor.  Sé también que mis esfuerzos muchas veces no son apreciados y he aprendido a estar bien con eso.   Sé que me gustaría que todo Costa Rica esté en este cuarto hoy que terminamos y no se vendan al mejor postor "yogi".  Pero sé también que esto es cuestión de karma y que irremediablemente vienen los que están listos.  

Sólo esos.

Apuesto al despertar inevitable que todos tendremos eventualmente y sigo luchando por abrir ojos y corazones.   Es fácil con el apoyo de colegas y amigos de la talla e integridad de Mau.  Hemos compartido un camino por más de una década,  dos maestros,  amistades y mucho India.  A los dos nos han dado palo y nos siguen dando palo cada día en el mat.  Pero hay una hermandad hermosa que surge de quitarte tu máscara en presencia de tus amigos.  Más allá de las palabras,  la conexión de la tribu viene de ese anhelo profundo y compartido por más Luz y más Amor.

Almas un poco fuera de serie que no nos conformamos con menos.
Almas para quien cruzar el mundo hasta India es ya una faena conocida y posible.
Almas que atraemos almas parecidas a nosotros.

Esas que están listas...
Sólo esas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.