jueves, 20 de agosto de 2015

Santosha

Llamamos Santosha a la cualidad de estar bien en cualquier situación,  por desastrosa y caótica que parezca.

Hace unos años tuve un novio a quién quise muchísimo.  Su lema era "santosha".  En esa época me parecía que no tenía criterio,  que no ponía límites,  que le faltaba determinación.  Hoy,  después de muchos años de práctica diaria,  me doy cuenta de que vivía desde un lugar que yo todavía no conocía:  el lugar de la aceptación total y completa de lo que ES.

Lo que ES nos da la posibilidad inmediata de estar en paz si logramos apreciarlo.  El problema es que nuestra mente,  patrones,  miedos y silogismos internos heredados tienen otra idea.  Lo que ES no es suficiente,  está equivocado,  es erróneo,  le falta algo...LO QUE ES podría mejorarse,  cambiarse, transformarse,  mutar a nuestra conveniencia para así tener un poco menos de miedo.

Al contrario,  el yoga nos prepara para poder percibir lo que ES de lo que NO ES.  Lo que no es definitivamente son nuestras ideas falsas de cómo tiene que ser todo,  de cómo debería ser nuestra vida,  a quién tenemos que agradar,  con quién nos juntamos y con quién no.  Todo eso es falso y absurdo.  Lo que ES no necesita explicaciones,  es una energía y una vibración.  Cuando hablamos en yoga de transformarnos,  en realidad estamos desprendiéndonos de un montón de cosas que no son nuestras.  Estamos aprendiendo a discernir nuestra voz verdadera y profunda del montón de voces necias que insisten en controlar nuestras vidas.

Algunos de nosotros hemos llegado a tales colmos de caos mentales y emocionales que amenazan ya nuestra salud mental,  emocional e incluso física.  Nos hemos puesto nosotros mismos en situaciones maltrechas e incómodas a través de nuestras decisiones basadas en miedo y resistencia a lo que ES.   De todo este caos viene una sed por la paz,  por la verdad y por el amor.  La voz más interna de nuestra alma que ve todo el tiempo que perdemos dando vueltas en el caos y nos pide por piedad un alto a la locura.  Algunos tenemos la suerte de caer en buenas manos,  me refiero a caminos espirituales serios con maestros de peso atrás.  Otros no tienen esta suerte y terminan enfermando.  Otros toman decisiones más drásticas que atentan contra su propio bienestar mental,  físico y abusan de su psiquis con pensamientos masoquistas,  de sus cuerpos con ideas que alienan su ser.  Sus corazones escogiendo pobremente sus relaciones y quehaceres.

Vidas echadas a perder por seres que se hunden cada vez más en el barro del mundo ilusorio.

Cuando estamos en una situación límite,  lo mejor que podemos hacer es abrazar el AHORA.  LO QUE ES.  Resistirnos es una locura:  o aceptamos la situación o la cambiamos.  Todo lo demás es absurdo.   Mucha gente se queja,  se retuerce,  se deprime.  Pero es tan simple como escoger diferente.  Si la situación en que estoy me denigra,  escoja diferente.  Si la situación que he creado no me gusta,  escoja distinto.  No puedo llegar a Z si mi mente se aferra a A.  No puedo pedirle peras al olmo.  Es sentido común.

Me entristece mucho ver seres con potencial extraordinario- como la mayoría de seres que se acercan al yoga-,  tirar todo por la borda después de algún tiempo.  Me entristece todavía más los que se acercan pero se acobardan y aunque hacen un primer impulso de cambio,  sus patrones mentales son tan fuertes y dominan tanto su existencia que se paralizan.  Quisiera agarrarlos y gritarles, abofetearslos,  sacudirlos.  Yo misma agradecería mucho que alguien hiciera eso conmigo si algún día me adormilo.  Alguien que me quiera,  que yo le importe tanto como para asegurarse que no me duerma de nuevo en los laureles del samsara hala hala.

Gracias a Dios tengo amigos así.

Dicen que cuando el maestro siente que un estudiante se acerca uno trata por todos los medios de ayudarlos.  Es como cuando alguien se está ahogando y le tiran un salvavidas.  Pues uno trata de subirlos al barco a como pueda.  Pero algunas personas no están destinadas a subir y tenemos que dejarlos atrás.  Encontrarán su camino eventualmente.  Porque todos estamos destinados a despertar.

Me duermo con varias personas en mente que están atravesando crisis profundas de identidad,  de amor,  de rechazo,  de soledad.  Todos con un punto en común:  sienten que la vida es difícil,  una lucha constante,  un desafío cruel.  Así sentí mi vida por mucho tiempo hasta que encontré mi camino.  El camino, sea el que sea mientras sea con un guía serio,  nos saca de la tormenta.  Nos alivia el alma y el corazón.  Nuestra parte consiste en confiar en el maestro.  Lo contrario es naufragar porque es obvio que nuestro ego no ha sido el mejor consejero-  sino no estaríamos en crisis.

Santosha es agradecer la situación presente como si la hubiéramos escogido-porque de hecho lo hicimos,  consciente o inconscientemente.   Es también no aferrarse a los ups and downs de la vida ordinaria y sus variables.  Siempre habrán corazones rotos,  separaciones,  muertes,  celos,  resentimientos y dolor.  Pero si nos conectamos a nuestra verdad,  a nuestro corazón repleto de amor todo eso se va.  Podemos estar bien,  genuinamente felices y agradecidos incluso con aquellos que en algún momento fueron nuestros verdugos.  Podemos verlos desde un lugar de gratitud porque nos enseñaron lo más importante de todo:  la posibilidad de ser felices aún en la impermanencia de estas vidas y de saber que a pesar de lo efímero podemos encontrar gozo total en el AHORA.

Percibamos lo que es en nuestra vida con serenidad y desapego.  La historia es indiferente:  todos anhelamos una conexión con el Amor.  Hay tecnologías para conectarse más rápido,  entre ellas el yoga y la música me funcionan a mí muy bien.  Hay otras muchas que estoy segura también funcionan,  lo importante es hacer algo.  Y estas tecnologías eventualmente quedarán atrás también y sólo quedará el silencio de nuestro espíritu encapsulado en este cuerpo por un tiempo limitado.  Y cuando el cuerpo falle,  continuará el viaje por más vidas sabiendo que lo que hemos avanzado queda para la próxima.

Si hemos podido ganarle algo de ventaja al miedo,  el AMOR será el inevitable desenlace de nuestra vida.  Santosha que lleva al amor incondicional por todo lo que somos y todo lo que ES.  Pero para todo esto hay que dar un primer paso:  y para dar ese paso uno tiene que estar muriéndose de sed. Agradezco a todas las situaciones límite que me llevaron a iniciar mi busqueda y a encontrar lo que busqué por tantos años,  sino vidas.  Gracias a esas bofetadas vitales es que hoy puedo escribir esto y sonreírle sinceramente a la vida a pesar de sus bemoles.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.