jueves, 7 de noviembre de 2013

Amor por los amigos

Hace días que vengo planeando un ayuno con el "gang" de los incurables en el Estudio.

Hemos leído,  compartido enlaces,  uno de nosotros ya se mandó e inspiró al resto. ...teníamos los ingredientes y habíamos decidido empezar el Lunes 11 todos juntos- cuando ya Mercurio finalmente se normaliza.  Sin embargo,  ayer el llamado fue tan intenso que no tuve más remedio que dejar intacta mi ensalada de espinacas y queso de cabra con uvas y cambiarla por una deliciosa limonada con sirope de maple.

Esta bebida me acompañará por los próximos diez días.  Mi intención es verdad y claridad y sé que esto implica abrocharme el cinturón porque todo va a empezar a moverse.  Es una falacia creer que el camino espiritual nos va a dar una vida más tranquila y serena...por una parte sí,  porque no importa cuán violentas las tormentas siempre tenemos un ancla en nuestros maestros y nuestra fe.   Pero por otro lado,  pedir verdad equivale a detonar una infinidad de minas que llevamos por dentro.  Entre ellas la incapacidad o falta de fuerza de decir nuestras verdades.

Mucho tiempo creí que ser una yogini significaba callar,  ver hacia el otro lado y hacerme la loca.  Hoy estoy convencida de que esa no es mi naturaleza.  Tal vez sea la de otros muchos,  pero mi esencia me pide hablar con la verdad.  Por dolorosa e incómoda que sea.  Y significa,  ante todo,  dejar de contarme cuentos y buscar justificarme y justificar a otros.  Cuando uno mete la pata...qué más queda sino aprender de la lección y seguir adelante?  Pero cuando otros que amamos lo hacen,  tenemos la opción maravillosa de decidir qué hacer con esa relación.

Al igual que esta mañana oprimir el botón de "Eliminar de mis amigos" hizo milagros con mi corazón- la verdad es que uno no tiene que ser amigo de nadie que no le cuadre-,  quisiera tener un botón en mi corazón que con la misma facilidad pudiera perdonar las deslealtades,  los egoísmos y las serruchadas de piso que con tanta abundancia la vida me ha deparado este año.  Quisiera tener un botón interno para regresar todo a "antes del happening" y quedarme con la imagen intacta de esa gente que en algún momento aprecié mucho.  Pero la vida sucede y uno tiene que soltar,  moverse y escoger con sabiduría. Y esto implica decir adiós, muchas veces dolorosamente.

La magia de la vida consiste en tomar decisiones.  Nuestra alma sabe cuándo otra alma ha venido a enseñarnos:  sentimos cierta afinidad por cierta gente que no es más que el llamado profundo de dos almas que se reconocen.  Más allá de las palabras.   También nuestra alma sabe cuando otra alma ha venido a enseñarnos la lección del perdón. Y para eso,  realizan toda clase de incongruencias y acciones absurdas.  Y lo más probable  es que mucha gente esté en terapia por nuestra culpa y que nosotros mismos hayamos sido artífices de un dolor o de varios.

El camino es largo y no es cómodo para quién decide despertar. Pero lo hermoso es que siempre podemos escoger nuestros amigos:  esas almas afines que ven la vida parecido a nosotros,  sienten un poquito como nosotros y anhelan verdad también.  Es un derecho humano primordial rodearnos de gente tuanis.  Y aplicarles el botón de "Eliminar"  a quiénes andan en otras.  No veo por qué razón tuve mucha gente colgando en mis Amigos sin considerarlos tales.   Pero una voz interna me pedía no herir,  no molestar.  Hasta que mi voz genuina me dijo:  " Pero qué te pasa?"  El camino requiere fuerza y en mi caso,  la fuerza de decir "No",  "Esto no es así". Y así fue como esta mañana tomé una de las decisiones más temidas y que me ha hecho sentir mejor en los últimos tiempos.

Mi primer día de ayuno me ha dejado muchas enseñanzas:  primera,  una sensación de que no estoy sola en el mundo. La alegría de contar con gente muy hermosa cerca.  Me ha enseñando que la capacidad de estar en el presente me trae realizaciones importantes y me hace tomar decisiones coherentes.  Me está enseñando que no tengo que pelarle el diente a quién me ha hecho daño.  Que puedo escoger con quién compartir mi visión.

Aunque sean pocos mis amigos y contados con los dedos,  estoy tan feliz de saber que están vivos!  Y contar con su apoyo para lo que venga.  No tengo idea de qué será eso que viene,   pero sé que estaré bien porque estoy rodeada de estas  almas afines.



Porque de muchas maneras,  la vida se suaviza con la buena compañía.


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