martes, 9 de julio de 2013

Encuentros y desencuentros

Las palabras me salen del alma y no tengo más opción que escribirlas.

Añoro el encuentro con un alma parecida a la mía.  Un alma intensa,  amorosa y mandada-  en palabras ticas,  valiente.  Alguien que no se esconda,  que se entregue por completo a un encuentro, que sepa diferenciar lo importante de lo urgente.

Hoy decidí lanzarme al vacío.  Apostarle a la Vida y tener fe en que me va a dar lo que mi corazón anhela.  Decidí no conformarme con la mediocridad y atreverme a soñar que sí se puede.  Fe ciega en el Amor?  Sí,  a pesar de todos los velos.

Y cuál es el primer paso?  El primer paso es, ineludiblemente,  buscar lo que anhelo dentro de mí misma.  Despertarme a la fuerza vital,  el Shakti,  que he dejado día a día adormilarse por dentro.  Sin mi práctica de yoga probablemente estaría tomando pastillas y con psiquiatra,  pero hay una diferencia entre vivir y volar.

Hoy inicio mi camino de recuperación hacia ese lugar.  Este peregrinaje incluye tiempo a solas por montones,  conversaciones profundas con amigos y amigas cara a cara.  Incluye el sol cálido del Caribe y la caricia de la arena y el mar en mi piel.  Lectura de libros amorosos.  Yoga y meditación.  Música por montones. Incluye viajes con seres un poco locos como yo, esos que deseamos vivir de una forma más humana,  menos rígida dentro de este mundo materialista del Siglo XX1.

Me maravillo al darme cuenta de todas las puertas que tengo disponibles en este preciso instante en que decido emprender este viaje de regreso hacia mí misma,  ese viaje de recuperación de quién soy.  De pronto,  el mundo se abre como un arco iris y puedo ver mucho más allá de mi ventana.  Siento unas ganas inmensas de ver a la gente a los ojos,  agradecer los pajaritos y el nuevo día y el abrazo de mi gordo de cinco años que se acaba de levantar y del resto de la chiquillada.

La vida es un misterio y la única revelación que he logrado aprehender en mis años de vida es esta:  soltar nos hace a todos más felices.  Nos conecta con ese músculo interno que trae de regreso todo lo que deseábamos pero no podíamos gozar por estar demasiado ocupados aferrándonos.  Es como la historia del mono y el banano en el frasco:  hasta que suelte,  podrá alejarse de la trampa que intenta capturarlo.

Al soltar realizamos qué es lo verdaderamente importante y merece estar en nuestras vidas.  Todo lo superfluo e innecesario se va.  Pero sí,  se necesitan huevos para confiar en que al soltarlo todo regresará lo que es nuestro.  Y da miedo.

Cuando siento ese miedo escucho un mantra  de una de mis musas preferidas.  Cierro hoy con esta canción que para mí lo condensa todo.  La sabiduría de la vida en varias estrofas,  pura epifanía.  Gracias,  Madonna.


Your heart is not open
so i must go
the spell has been broken
i´ve loved you so

Freedom comes when you love and let go
Creation comes when you learn to say no

You were my lesson i had to learn
i was your fortress you had to burn

There´s nothing left to loose
there´s no place left to hide
there´s no more heart to bruise
there´s no greater power than the power of good-bye.

Learn to say good-bye.
I yearn to say good-bye.


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