miércoles, 5 de junio de 2019

Tengo tres niños...

Soy madre.  Soy costarricense.  

Soy dolor,  impotencia y desazón en este momento.    Soy la punta de lanza para denunciar un sistema legal parcializado que separa familias,  deshace corazones y somete a unos niños pequeños e inocentes al agravio de la Alineación Parental.

Soy la madre de Gael.  Gael leerá estas líneas un día,  ojalá no muy lejano.  Gael tiene 12 años y ya entiende muy bien lo que sucede.  Me dijo una vez

"Mami,  mis abuelos quieren separarnos de vos..¨

Me lo dijo con honestidad,  timidez y valentía al mismo tiempo.  Me lo dice cada vez que hablo con él por teléfono con su mirada baja,  sometida a un padre y una madrastra que le imponen una versión del asunto.  Calla en su silencio porque no tiene a nadie con quién compartir su angustia.  Las llamadas conmigo son sólo la punta de un iceberg de miedo y angustia que corren por dentro.

Soy la madre de Theo.  Theo es un ser etéreo,  profundo y delicado.  Theo y yo casi morimos en un parto de emergencia que terminó en una extracción con fórceps.  Theo nació azul por la falta de oxígeno pero para mí,  es Krishna en niño.  Sabio y sutil,  entiende con sus llantos nocturnos que su mamá llora con él en unísono.  Cada noche.  Cada mañana.  Theo siente la ausencia pero tampoco puede decir nada.  

Quiénes lo cuidan tienen una versión de los hechos y nadie va a escuchar la suya.  

Pero sabe que hay algo que está mal.

Así que calla. Pero sabe que no es cierto que su mamá no lo ama.  Sabe que lo amo,  al igual que a todos mis hijos,  con la carne y el espíritu incandescente de quién ha sangrado para traer una vida al mundo.   Porque parir un hij@ es incomprensible hasta para el padre que estuvo presente y más todavía,  para aquellas que nunca sabrán lo que es ser madres y pretenden serlo sin ganárselo.

Soy la madre de Matías.  Matías vino al mundo por un milagro.    Un embarazo tan seguido del otro a mi edad era de alto riesgo...y Matías nació con una dolorosa cesárea debida a un desgarro mayor de mi cadera por el parto anterior.  Sin embargo, trajo a mi vida la lucidez y brillantez de una mente genial y un corazón juguetón.  

Matías leerá esto algún día,  sí.  Sabrá quién lo amé desde el primer instante y para siempre y lo defendí con mi propia vida. 

Mis tres niños sufren la infamia del Síndrome de Alienación Parental.  Mi imagen ha sido pisoteada,  tergiversada y difamada en Costa Rica por muchos,  personas que ni siquiera me conocen y tampoco mi historia y personas inescrupulosas se han valido de muchas mentiras para confundir a mis niños.  Pero la verdad es una y esa es la del Amor.  Cuando supe que había un plan macabro para quitármelos,   tejido por muchos meses a mis espaldas,  entendí que el mal puede tomar las mentes de la gente y degradarlos al grado de animales.


Cuando hay tanta envidia y odio de por medio,  mi estrategia ha sido enviar luz y perdón.  Lo hice cuando llegué a mi país muerta de sed de corazón después de casi dos años sirviendo a mi país en India,  ansiosa por el abrazo de mis pequeños. 

Envié luz,  lloré lágrimas de sangre y recé por mis verdugos... hasta que ya no pude más.  Hasta que entendí que dar la otra mejilla sólo lograría más abusos y mentiras. Hasta que entendí que callar en este caso equivale a ser enterrada y mis niños también.  Hasta que comprendí que sólo yo,  su madre que los adora,  puede denunciar el inmenso daño que personas insensatas y ambiciosas han hecho en mi familia.  

Hasta que me harté porque el abuso llega a un punto en que explota después de 6 meses de no dormir bien entre pesadillas,  no comer a gusto ni tener paz sin mis corazones.

Llegó el día de denunciar públicamente la total desprotección que mi caso ha recibido. Me dí cuenta que permanecer en ese ambiente nefasto e inseguro estaba destrozándome los nervios. En mi propio país,  sólo mis padres me ofrecieron su apoyo incondicional.

Pero aún sintiéndome tan decepcionada,  aún así comprendo quién es el padre y tiene derecho a sus hijos.  Esa es la bendición de la Custodia Compartida: cada progenitor asume su parte y se responsabiliza y la ley protege esta ecuación justa y equilibrada. 

Mi lucha por la Custodia Compartida continuará hasta el final.  Hasta que en Costa Rica y todo el mundo haya una paridad de justicia para ambos progenitores.  Son muchos los casos donde son los papás quiénes sufren escarnios y las madres se vuelven unas mantenidas a costa del ex usando a los niños como excusa. Mi caso es exactamente el opuesto. Yo era quién movía el barco y ponía el pecho a las balas y lo seguiré poniendo hasta que haya justicia.

Pido un voto de apoyo a la causa de salvación contra la agresión en contra de niños inocentes.  Pido un voto de apoyo a las madres que luchamos porque nuestros niños cuenten con lo básico para su educación y necesidades básicas y además,  soñamos con que viajen,  hablen otros idiomas,  se cultiven y sean felices.  Pido un voto para las madres que hemos sido padre y madre porque de lo contrario,  nuestros hijos terminarían en escuelas publicas.  Pido un voto para las madres que somos diferentes,  que no nos damos por vencidas,  que no tememos hablar con la verdad y que seguiremos luchando hasta el final.

Sé que mis niños me aman y me extrañan cada día como yo a ellos,  aunque nadie puede decírselo en palabras por los múltiples obstáculos impuestos ilegalmente y el ambiente de hostilidad hacia mí en que viven y que los daña inmensamente.   Mis padres no los ven hace meses y tampoco pueden contactarlos.   La justicia es torpe e infame ante los afectos humanos y yo pregunto a la juez que le dio al padre todos los derechos sobre los míos si tiene hijos...si se imagina lo que es estar en mis zapatos,  trabajando para sacar la familia adelante fuera del país para darse cuenta que el esposo tiene una amante...y luego,  esta amante se convierte en madrastra y trama todo este escarnio.  

Y llega la justicia ciega y le da la razón.

Yo le pregunto señora juez:  es usted humana?  Tiene corazón?  Como decía Gandhi,  su veredicto es injusto y por tanto,  merece desobediencia.  Por mis niños,  por los niños que sufren sus sentencias vacías y absurdas que causan daño a inocentes.

Costa Rica,  la patria,  los niños y los padres y madres víctimas de sus pronunciamientos se lo demandamos.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.