lunes, 20 de julio de 2015

Obstáculos mentales

He tenido una semana bastante movida leyendo ensayos de todo el mundo.  Veo el impulso inicial de la gente:  están listos para todo.  Están convencidos,  motivados y dispuestos a hacer lo que sea necesario.  Luego veo como las nubes de la duda comienzan a aparecer:  después del arranque inicial, me escriben con todas las razones y excusas por las que no van a poder venir.

Predecible.  Humano.  
Mentes que todavía no han cruzado el anillo de fuego de la tranformación.

Las mentes promedio se distraen fácilmente.  Tengo un caso de una estudiante que vino el año pasado dispuesta a todo.   Su mirada denotaba un vacío profundo,  un dolor visceral.  Llegó al lugar perfecto y a la práctica perfecta.  Pasaron los meses y tomó el intensivo de abril.  La vi abrirse con timidez pero con mucha fe y dedicación.  Pasó el intensivo:  retornamos a la vida "normal".  Al día a día en esta práctica,  nada de glamour,  levantadas muy temprano,  tráfico y su mat.  Al mes tiró la toalla: no le "gustó"  una instrucción que le dí.  Soy muy perceptiva e inmediatamente siento cuando alguien se "resiste".  Creen que "saben",  creen que ya por tomar un curso intensivo tienen algún tipo de autoridad en la materia.  Una y mil veces he visto estas reacciones y ya no me las tomo personal. Pero sé que esta persona retornó a su mirada triste,  aunque no la vea.  Apenas empezaba a arañar esa coraza que le cubre el corazón.

Y ahora?  Sólo pienso:  y ahora...

Otro vino varios meses y le dio con el alma.  Lo invité para que tomara el intensivo ahora en setiembre.  Sé que le haría muchísimo bien,  pero su mente insiste en fijarse en todos los puntos negativos,  todo lo malo que podría sucederle.  Empezando por el dinero.  La gente se queda pegada en este tema tan burdo y fácil y me parece que es la excusa más pueril que puedo escuchar.   Cuando uno tiene deseo de verdad y de transformación le enviamos al Universo la señal de "Ayúdeme!", esto es importante.   Y el Universo responde.  He visto en mi vida muchísimas veces el efecto que esto tiene en el mundo material:  la Gracia se manifiesta y aparecen ipso facto oportunidades de crear la plata,  llamadas de gente dispuesta a meternos el hombro,  milagros,  regalos, bendiciones.  Pero muchos se quedan pegados aquí y él no es la excepción.

Otra dice que no tiene recursos pero que va de vacaciones a un lugar exótico (???)

Me doy cuenta de adónde está cada uno y trato de verlos con compasión.  Dicen las escrituras yógicas que hay tres tipos de estudiantes:  los fríos e indiferentes-  esos duran poco.  Los medio tibios:  esos con la ayuda del maestro pueden llegar a encenderse.  Y los intensos,  dedicados, serios y totalmente comprometidos.  Lidero un estudio para el tipo 3.  Los tipos 1 y 2 pasan de largo,  se quedan pocos meses,  a lo máximo un año...luego, sus patrones mentales viejos ganan la partida y tiran la toalla. Sólo espero que encuentren algo, lo que sea,  que pueda guiarlos en sus vidas.

La pista del Ashtanga yoga está diseñada para cierto tipo de vehículos solamente.  Me gusta imaginar que por designios del Karma somos aquellos carros que nos gusta la velocidad.  Nada malo con ir en el carril lento...cero juicios.  Pero sí he aprendido a identificar en la mirada cuando alguien trae un salveque de excusas y justificaciones.  No pierdo tiempo con esta gente. Tengo un puñado de ardientes que quieren meter el acelerador.  Que no se andan por las ramas. Que acomodan sus vidas, buscan el dinero o lo crean,  sueltan roles,  le apuestan a la vida y sus oportunidades,  se dan ellos mismos el chance.  Son pocos,  somos pocos.  Yo misma siempre dudo cuando algo parece demasiado difícil.  Pero la duda pasa,  como una nube oscura y siempre termino haciendo lo que me propuse.

Hay algo en las mentes humanas que nos mantiene adormilados,  como si no fuera nuestra vida. Como si fuera la de alguien más, como si hubiera tiempo que perder.  

NO hay tiempo que perder. NO HAY.

Hoy estamos aquí.  Mañana quién sabe.  Algunos me preguntan por los intensivos del próximo año: no hay fechas.  No sé siquiera si voy a estar viva:  cómo podría planear más allá de este año siquiera? Sé que la vida es tan corta y efímera y que algunos de nosotros nos damos cuenta que vamos montados en el Titanic y que es cuestión de horas, días o años para que pegue contra ese iceberg llamado muerte.  No voy a quedarme en la víctima,  tampoco en la distraída.  Voy a correr ese carro a toda velocidad hasta que no pueda más.  Porque tengo el gran privilegio de tener un maestro,  un camino y una sadhana o practica espiritual.  Porque mi salud me lo permite.  Porque mis seres amados son finitos igual que yo y no puedo darlos por sentados ni un segundo.  Porque hacer lo contrario sería dormirme en los laureles y desperdiciar lo más precioso que tenemos en este vida: unos pocos años de tiempo.

Hace unos años tuve una estudiante muy especial:  vino a su mat a prepararse para una batalla con la muerte.  Ninguno de nosotros lo sabía.  Mujer valiente y sabia,  su camino involucraba una enfermedad muy seria que llegaría,  en medio de una serie de reacomodos familiares muy intensos. No sé cómo está:  perdí su rastro.  Pero sé que vive y sé de la intensidad de su deseo por la verdad.  El obstáculo se hizo presente pero sé que su práctica la lleva por dentro.  Tal vez ya su mat no sea el centro de su vida como lo fue en esos años en que estaba saludable,  pero espero que las enseñanzas le hayan dado consuelo a ella y también a su familia en estos caminos impredecibles que la vida nos presenta a todos continuamente.

Los obstáculos son la duda,  la confusión,  la ignorancia, los apegos y aquello que repudiamos.  Son toda esa sarta de obsesiones compulsivas al control,  al juicio,  al tener la razón,  a ser superiores a los otros,  a no dar el brazo a torcer.

Las soluciones son la humildad,  el escuchar,  el esfuerzo diario,   la compañía de la misma frecuencia,  los maestros,  la senda,  el corazón.  Hoy podés decidir con quiénes vas a caminar:  ser uno de esos ejemplos tan tristes que dí de distracción,  autoconmiseración y despiste.  Gente que empezó con mucho ahínco y que se fueron tapando en vez de ir abriendo.  El ego se siente muy amenazado con esta práctica y anhela ante todo recuperar el control.  El ego es un buen empleado pero un pésimo jefe.  Nos separa de aquello que precisamente lo erradicaría de la casa.  Y tenemos todos tanto miedo que lo escuchamos como si fuera sabio.

Sabio?  Al contrario:  nos lleva a ignorar el llamado que nos trajo por primera vez a nuestra práctica y a sustituirlo por miedo, excusas,  vacaciones triviales,  victimización y drama.

Sé que cada uno de los integrantes de este grupo que espero va a tener que superar uno y mil obstáculos, los mismos que yo he enfrentado en mi propio camino.  Sé que de todos los que aplicaron sólo algunos van a materializar su presencia aquí en Costa Rica.   Igual que allá en India con mi maestro.  Sólo unos pocos escogidos, lo suficientemente tercos para comprender que esto es valioso y que sus preguntas no van a ser respondidas en ningún otro lugar.  Porque sino yo ya estaría en ese otro lugar!  no estaría perdiendo tiempo en un camino que no me da nada:  estaría buscando maestro, método,  algo...estaría desesperada porque la casa se está quemando.

La casa se incendia porque nuestros días en este planeta son finitos.  Sea que nos queden dos semanas o cincuenta años.  Es lo mismo.  

A todos ustedes que ya lo comprendieron,  los espero con los brazos abiertos en Costa Rica.  Desde ya los respeto profundamente por ser más fuertes que sus obstáculos mentales.

Al resto:  encuentren al maestro que los pueda guiar fuera de esta selva del condicionamiento.  Salir solos es un absurdo,  una quimera.

Y el tiempo apremia.  





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