domingo, 24 de julio de 2016

El próximo paso

La vida nos ofrece a cada momento posibilidades.  Siento en estos momentos como si tuviera un lienzo de óleos entre mis manos. Pinte durante un tiempo y sé que al igual que la acuarela es la danza del color y el agua en el momento presente, los óleos a su vez nos permiten rehacer,  regenerar y cambiar lo pintado al ser el aceite un material que seca muy lentamente. Recuerdo muy bien el olor y la textura del aceite de linaza que usaba para  diluir colores fuertes,  difuminar tonalidades y recrear pinceladas.  Nada es permanente en el óleo y en la acuarela hay que pintar rápido, con seguridad en los trazos y al mismo tiempo total desapego porque el agua sigue más las líneas del papel poroso que nuestras propias ideas y así la obra toma vida por sí misma.



Mi casa esta llena de estas obras que pinte hace 18 años embarazada de Gabriel, mi cuarto retoño. Recuerdo que al igual que pase haciendo yoga y nadando con mi primogénito Hernan y consumida ocho horas en el piano diariamente con mi hija Adriana en la pancita, viajando hasta Israel con Ariel dentro mío...con Gabriel pinte...y pinte..

Y pinte.

Era un llamado intenso, de día y de noche. Ahora veo para atrás que desde ahí se empezaba a vislumbrar mi camino espiritual, aunque en esa época no tenía ni la más remota idea de lo que me esperaba. Criada en un Status muy conservador de la sociedad costarricense, mis posibilidades se circunscribían a mi tierra por ser madre de "tantos" niños y mis aspiraciones sociales estar bien dormida e inerte para no sentir el tedio de un rol impuesto por una sociedad anacrónica. Mis impulsos constantes de salirme del molde y aspirar a educación, cultura y mundo fueron topados por fuertes sanciones familiares.

Pero de esa época recuerdo con mucha alegría la gran paz y libertad que me daba pintar. Obras abstractas en su gran mayoría, colores que ahora veo y me hablan de pasiones dormidas, sueños por cumplir y quimeras imposibles. Todo está documentado en las paredes de mi casa.

Y este lienzo de vida muta sus colores de grises y ocres a llamativos naranajas y amarillos, verdes turquesa profundos y azules eléctricos llamativos.  Mi paleta de colores muestra el estado de mi alma y la riqueza se posibilidades de este momento de transición, único en el tiempo y pleno de potencial.

Una semilla lista para romper su cascarón, mariposa de alas azules que deja atrás su crisálida sin
mirar atrás.


Es de sabios discernir cuando algo nos gusta mucho pero nos pierde. Es de valientes escoger volver la
vista y dejar atrás todo aquello que sabemos nos denigra y sabotea. Algunas veces hay que hacerlo a puro músculo de soltar- le llamo yo. Es difícil y hay recaídas, pero a veces Dios se apiada de nosotros y nos envía emisarios de amor en forma de maestros,  parejas o amigos. Gente que nos ayuda a salir del hueco.

Esta compañía es invaluable para no seguir repitiendo los mismos errores y dándonos en la cabeza en
los mismos lugares. No hace falta buscar nada. Solo hay que estar listo y dispuesto a hacerlo uno de una vez por todas, aunque duela y enchile.  Y la compañía adecuada llegara como me está llegando a
mi en estos momentos.



Tres años recaí una y mil veces en lugares trillados y desenlaces predecibles. Hasta que finalmente
logré decir NO. Dije no de una vez por todas a todo lo que me cortaba las alas, frenaba de alguna manera o de ensuciaba la cancha.  Esto ha incluido a mucha gente sin duda pero ante todo ha significado un cambio de perspectiva.  Yo misma permitía estas presencias y tenía mucho miedo a poner límites claros.


Mi lienzo de óleo tiene hoy colores vivos. Y no es una masa de amorfos luchando sin identidad. Hoy se hacia adonde voy con claridad y con quién. Sé que mi propósito en la vida no se trata sólo de mi.

Sé que estamos viviendo momentos cumbres en el planeta que requieren un cambio de paradigma mental en todos los seres humanos. Sé que el antiguo discurso de que es urgente ahora incluye mucha gente: incluso gente que no conozco personalmente todavía. Las fronteras están desapareciendo ante
un mundo que clama por unidad y solidaridad. Ya no hay nacionalidades, solo existe la pugna entre
los nihilistas y los que creemos.


Y cada paso que doy aspiro a que engrose  las filas de un ejército silencioso, la contra revolución espiritual.

Esos seres que unidos haremos la diferencia.

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