sábado, 5 de julio de 2014

Qué linda es mi Costa Rica

Despierto a una mañana iluminada por el sol en este,  mi bello y amado país.

Comentaba con un amigo cercano que los ticos nunca hemos sido muy nacionalistas...hasta hoy.  El trabajo de nuestra Selección de Fútbol va más allá del deporte.  Nos han enseñado fe y devoción.  Nuestro portero señala al cielo cada vez que ataja un penal.  No dudan en hincarse a rezar frente a un estadio lleno.  Lloran,  ríen,  son humanamente lo que los costarricenses somos:  gente genuina de paz,  con muchos deseos de superación y amabilidad.  Encarnan nuestras mejores cualidades y por eso se han convertido en nuestros héroes.  Todos queremos tener un poco de su fuerza,  su valor y su humildad.

Costa Rica se siente distinta,  yo también.  Hay una esperanza en el aire difícil de explicar.  Y hoy culmina esta elevación de frecuencia- le llamo.  No importa el resultado.  La Sele- como les llamamos cariñosamente, nos ha invitado a soñar.  Nos han abierto puertas que nosotros mismos desconocíamos.  Nos han devuelto el amor por lo que hacemos,  el cariño hacia aquellos que nos acompañan en el camino,  el respeto por todos.

Holanda es sólo un nombre y tengo amigos queridos en ese país que hoy están igual que nosotros,  llenos de fe.  Esta fe que no sucumbe ante las dudas o el miedo.  Todo el mundo estará con estos muchachos,  independientemente de su bandera  a partir de hoy y la próxima semana.  La pregunta que me surge es la siguiente:  qué pasa si perdemos?  Keylor apuntará al cielo igual si le meten un gol?  Tendremos la entereza de felicitar al adversario y llorar de alegría por su triunfo?  O nos iremos de vuelta frustrados y decepcionados?

Yo creo que esto del fútbol es una hermosa metáfora para nuestras vidas.  Cuando las cosas no salen como planeamos-  y acordémonos que hacer planes es la mejor forma de hacer reír a Dios....cómo reaccionamos?  Puedo sentir gratitud incluso por aquellas cosas que no me gustan,  que me salen "mal"?  Porque tal vez todo sea un concepto de mi mente:  como ellos,  dar el todo por el todo ya es un triunfo completo,  decía Gandhi.  Ya ellos vencieron.

Vencieron a muchos Goliats siendo pequeños Davides.  O tal vez nunca fueron David,  sólo se lo creían.  O tal vez Goliat era un mito y ya se cayó con la pedrada en medio de la frente.

En mi interior sé que tengo a ambos:  al Goliat que pretende amedrentar a otros y quiere tener siempre la razón.  También tengo a David,  temeroso pero con propósito.  Sólido en su eje.  Con mucha,  muchísima fe.  Los enfrento cada día dentro de mí y elijo quién va a ganar.  Me doy cuenta que es una decisión personal.

Si de los mil quinientos pensamientos que tengo por hora dedico un 75% a pensar como David mi vida va a cambiar.  Y esto es lo que los muchachos de mi Sele me han enseñado:  los imagino hoy muy enfocados,  rezando juntos,  ofreciendo el triunfo o la derrota a una Fuerza más Grande.  Los imagino motivados,  preparados,  dispuestos a darse por completo y a llenar nuestros corazones una vez más.

Porque saben que pase lo que pase,  ya son nuestros héroes.  Saben que no importa el resultado de hoy,  ya nos cambiaron a todos los ticos la vida.  Desde el más humilde campesino hasta el Presi, hoy todos somos unos.

Unidos con la certeza de que Costa Rica es un ejemplo en el mundo de tenacidad y trabajo en equipo.

Y ahí los estaremos esperando en el aeropuerto para honrar su ejemplo.
Son nuestros héroes y siempre lo serán.

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