lunes, 7 de julio de 2014

Todos y todas de rojo.

Después del bombazo del sábado quedé un poco aturdida.
Era tanta la euforia que vivíamos que el bajonazo fue difícil.

Ya un poco más recuperada,  espero con ansias el retorno a su país de nuestros héroes nacionales.  Y reflexiono sobre las enseñanzas que nos dejaron en este mes de partidos y tanta alegría compartida.

Al igual que una relación que nos saca lo mejor y lo peor simultáneamente,  nuestra Selección hizo con el pueblo de Costa Rica algo parecido.  Nos recordaron la valentía,  los "huevos".  Nos sacaron lágrimas de emoción ante su valor y humildad.  Todos lloramos al verlos hincados rezando en público.  A todos casi se nos para el corazón con cada jugada y las paradas de Keylor estuvieron en definitiva acuerpadas por dos ángeles grandotes,  uno a cada lado del marco.

Sin embargo,  también salieron a la luz los episodios de violencia doméstica que normalmente se mantienen en privado.  Fue tal la racha que el machismo en nuestro país desató que el INAMU mandó a las mujeres a separarse de sus parejas durante los encuentros.  Qué ironía!  Qué alguien tenga que recordarle a uno el tener sentido común.  Pero así nos pasa a todos,  no sólo a estas pobres mujeres agredidas:  todos perdemos el rumbo,  todos nos conformamos con menos.  A todos se nos olvida lo que valemos y decidimos absurdamente compartir la vida con gente que no nos aprecia.

Nuestra sombra como país salió a la luz.  La pregunta es cómo vamos a aprovechar esta coyuntura histórica para hacer algo al respecto.  Podemos volver a la negación,  tanto ellas como nosotros:  ellas de que el macho no va a emborracharse de nuevo- aunque haya pedido perdón mil veces,  y volverá a las andadas.  Nosotros,  despertar ante la realidad de que somos todos testigos silenciosos de esta injusticia y que las mujeres agredidas están en un círculo de miedo y amenazas del cual es muy difícil salir solas.  Es nuestra responsabilidad como sociedad ayudarlas a encontrar la Luz y a renacer a una vida sin violencia.

O vamos a hacernos los "locos"- una actitud tan tica-,  una vez más?

Ser mujer agredida no sólo implica recibir golpes físicos.  También hay golpes emocionales que son como una puñalada en la espalda.  He recibido varios de esos en mi vida-  uno de ellos hace dos meses,  y me he recuperado con ayuda de mis guías espirituales y la buena compañía de mis amigos y colegas.   He encontrado herramientas que me han ayudado a realizar que una pareja que coarte tu libertad no vale nada y he podido decidir alejarme de quién sólo quiere usarme y manipularme.  He tenido suerte.  Hoy,  mañana,  la semana entrante,  alguna mujer que no tiene estos privilegios morirá a manos de quién supuestamente la "ama". Muchas dejarán hijos huérfanos y un hogar en manos de un borracho irresponsable y machista.

Así que la llegada de la Sele mañana me llena de alegría.  Me inspira a no cruzarme de brazos ante la realidad nacional de violencia y machismo.

Quién se pone conmigo mañana la camiseta roja que simbolice la sangre de estas mujeres víctimas de acciones innumerables?  Quién celebra conmigo la llegada de nuestra Sele para agarrar la fuerza de estos muchachos y luchar contra la injusticia?

Las mujeres libres tenemos la última palabra.  Porque nuestras hermanas nos necesitan y aquí los ticos verdaderos,  esos  hombres amorosos y amables que respetan a sus compañeras,  las  aprecian y cuidan con amor también tienen la última palabra.  Unamos esfuerzos para cambiar esta oscura faceta de nuestra idiosincracia....y tal vez,  dentro de cuatro años en Rusia podamos decir con la frente en algo que la Sele no sólo nos inspiró en el fútbol:  también nos cambió la vida y cambió la de aquellos de nosotros que cada día viven con miedo.


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