lunes, 29 de abril de 2013

Misiones cumplidas

Hoy ya mi último día de masacre y la sensación es de agotamiento físico, ligereza y claridad mental y al mismo tiempo, tristeza por la partida.

El efecto de los últimos días pasa de un grisáceo depresivo a un tenue anaranjado de esperanza.  Esto aunado al hecho de que tomamos una clase de Introducción al Ashtanga con un maestro lleno de humor  y dulzura, uno de mis primeros y más queridos maestros.   Después del rigor de la práctica con mi maestro indio, este bello ser se siente como un caramelo.  Voy con dos amigas y salimos las tres muertas de risa.  La risa es el mejor antídoto contra todo.  El mejor.

Mañana es el último día de práctica y todos hacemos la Primera Serie.  Es un cierre energético,  una despedida.  Así comenzamos todos mis compañeros de clase,  ahí dimos nuestros primeros pasos.  Así vivimos la mayoría,  en medio de forward bends,  respiraciones y pies descalzos.  Nuestras vidas de maestros transcurren entre aviones,  principiantes y avanzados,  mats de colores y el ánimo perenne de vencer nuestros miedos.  Entre maestros que nos apoyan  y estudiantes de todas las formas,  tamaños y colores que nos inspiran.

El mundo del Ashtanga crece día a día.  Es un fenómeno mundial.  Me considero muy afortunada de ser parte de este movimiento espiritual con raíces milenarias.  Hoy nuestro maestro de la risa nos recordaba los obstáculos en el camino del yoga.  Empezando con la enfermedad,   la mente distraída,  la pereza,  las malas compañías.  Para hacer algo tan intenso y sobre todo sostenerse en el camino hay dos opciones:  o ser muy terco o tener la guía de un maestro y un grupo cercano.  Sólo así se logra.  Y la combinación de las dos ayuda.  Así,  todo en esta vida cambia.  Estas mentes que a veces nos quieren volver locos se calman.  Se relajan.  Atacan menos,  se quejan menos y se alegran más.  Toman todo como viene  en vez de reclamar. Se acomodan y sino,  cambian.

Simple y a la vez profundo.

En esta escena de despedida,  mis pensamientos van de regreso a lo que me espera en Costa Rica.  Cae bien tomar distancia de la vida y observar con detenimiento nuestros pasos, los pasados y anticipar los futuros.  Mi vida necesita simplificarse.  Empezando porque necesito rescatar a mis amigos verdaderos.  Dejar de pretender que un post de vez en cuando mantiene viva una relación.

Mi vida necesita también desembarazarse de compañías inútiles.  Esos seres que comparten sólo lo nefasto,  lo tóxico, que no aspiran sino a transmitir su dolor.  Que están pendientes de las vidas ajenas en vez de crear en sus vidas cosas nuevas.  Y entre ellas,  incluyo a mi propia sombra.  Hay días en que ni yo misma me aguanto.  En esos días precisamente es que necesito amarme más y aceptarme con todo.  Dar espacio para que esa parte oscura salga a la luz y tome el sol.  Cansa tenerla siempre amordazada. Pero también necesita salir con cautela para no morder a nadie...ja ja

En este proceso de simplificar,  me doy cuenta de que cada vez necesito menos comida,  menos ropa y objetos materiales.  Mis aficiones se limitan a objetos para el Estudio,  música y charlas de mis maestros.  Creo que con eso puedo sobrevivir.  Ah, y un par de tennis para correr de vez en cuando.  Aunque no sea bien visto en el mundo del yoga,  correr me encanta!  Y lo hago porque me gusta,   esa es la única razón.  Me siento feliz cuando corro.   Me siento libre, igual que en mi mat.

Y de la simplificación viene la intención de reforzar mis destrezas básicas: comunicación clara,  respeto por el otro y confianza en Dios.  Mmmm...creo que ya son muchas cosas.  Pero entre todas ellas,  por la que más pido en este momento es por la gracia de perdonar a aquellos que me han herido.   No vemos las cosas como son, sino como somos.  Así que desde ahí puedo comprender -más allá del dolor- que cada ser humano crea su propio mundo y desde esa perspectiva,  a veces  actuamos sin consciencia.

Decido,  en mi deseo de simplificarme,  perdonar y alivianar mi carga.

Y que a toda esa gente que en algún momento amé le llegue esta simple ofrenda.


Para que, de alguna forma,  seamos todos un poquito más libres.

1 comentario:

  1. Gracias :)
    Muchas Gracias :)

    (yo acabo de finalizar mi instructorado de Hatha Yoga, y tengo sensaciones, sentimientos y pensamientos, muy parecidos ^^)

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