jueves, 19 de noviembre de 2015

No más quejas

Preparo maletas para Argentina.  Nunca creí que el Sur me entusiasmaría de esta manera.  Anticipo la reunión con amigos queridos de la Patagonia,  Buenos Aires y Tucumán.   En mi tercer viaje a esta tierra del fuego y sé que me iré de una forma y volveré totalmente transformada.

Son días difíciles para el mundo entero.  Nos encontramos al pie de un abismo que nos pide ser serios hasta la médula en nuestra intención.  Ya no se puede dar más tiempo:   el despertar es imperativo si queremos de alguna manera compensar la ola de violencia y desconcierto.  Tantos seres sufriendo en estos momentos la pérdida de seres queridos,  hogares,  miembros de sus cuerpos,  vidas completas arrasadas.  

Ahora sí es cierto que no hay tiempo que perder.

Me siento conmovida de recibir todos los días mensajes de gente de todo el mundo que me dice:  

"Vi un video tuyo,  quiero ir a practicar!"-

No nos conocemos de esta vida pero sé que sí de otras.  La bendición es que a pesar de todo el caos podemos comunicarnos mucho más fácilmente a través de la tecnología.    Ya no hay fronteras:  todos estamos a un click de cualquier país,  amistades y familia.  El despertar espiritual es una realidad y cada vez somos más los que escogemos estar presentes.

Lo cierto es que,  a pesar del dolor y la confusión,  el Amor lo siento cada día más.  Siento que los actos diarios de generosidad y amabilidad le ganan a las bombas y los disparos.  Siento que no podemos descartar que darle campo al carro del frente en la pista pase desapercibido.  O la llamada a alguien que amamos y no vemos hace tiempo.  O la celebración de gente que queremos.  Todo cuenta.  Todo es importante.  Somos cada vez más quiénes anhelamos un mundo más pacífico y consciente.  Y la única forma de hacerlo es empezar por nuestras vidas anónimas y llenas de potencial.

Asi que hoy,  hacé que tu día cuente.  Comunicáte desde tu corazón.   Dale algo al alguien que no lo espera.  Compartite y dejá por un rato de lado las quejas y el pobrecit@ yo.  Poné en acción tu pasión. Todos tenemos en nuestro plato la oportunidad perfecta para despertar.  Algunos de nosotros la hemos visto muy difícil, otras la están viendo imposible.  Enfermedad,  muerte,  desaparición de seres amados,  guerra.

Dondequiera que estemos es posible respirar.  Y la respiración es la conexión constante con nuestro espíritu,  más allá de cualquier religión.  El contacto personal e íntimo con la fuerza de vida es posible diariamente sin etiquetas,  sin nombres,  sin separación.

Vivo en un país lleno de paz,  naturaleza y aunque pequeño en tamaño,  es grande,  inmenso en el corazón de su gente.  Costa Rica es un paraíso y me tocó nacer en este lugar de la tierra.  Siento que no es en vano que los ticos tengamos en este momento la responsabilidad ineludible de abrir nuestra tierra y corazones a los más necesitados.  Como a ese grupo de cubanos que nos han dado la lección de vida más hermosa al venir a nuestras tierras y ver cómo nos dan,  cómo ayudan y trabajan con cariño y agradecimiento.  

Si cada uno de nosotros pensáramos en qué podemos dar,  no importa la circunstancia en que estemos, incluso si estamos postrados en una cama con cáncer,  estoy segura que nuestra vida cambiaría.  Y cambiaríamos también la vida de los demás,  sobre todo los que tenemos más cerca.   Incluso si no tenemos un país,  es posible hacerlo si así lo escogemos.   Porque de la queja a la gratitud hay un pensamiento de por medio.  Podemos vegetar en esta vida quejándonos por nuestra realidad o podemos ser,  no importa adónde estemos,  una chispita de luz.

Hasta que tengamos vida y respiración podemos compartir Amor.
Para eso sólo hacen falta ganas.






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