martes, 15 de marzo de 2016

Samsara Hala Hala

Hoy no tengo nada hermoso ni inspirador que escribir.

De hecho fue un día verdaderamente espantoso.  Me puse a hacer una lista de todo lo que salió "mal" y se pasó de la quincena.  Es predecible y ya conocido para mí que cuando entra mucha luz en mi corazón la oscuridad está asechando a la vuelta de la esquina.

Desea con todas sus fuerzas arrebatarme la experiencia.

Antes de abrir mi listado,  aparece en mi camino un calendario.  Es un calendario del 2010 con las palabras de una maestra que podría decir es mi ángel guardián.   Aunque no la conozco personalmente,  sus palabras  han sido bálsamo en mi alma por muchos años.  A ellas me aferro en este momento de dolor.

Siento que el corazón se me partió a la mitad.

Hace dos días recibí un correo de India con un rechazo difícil de digerir.  Eso comenzó la semana con el pie izquierdo.  La semana anterior había sido ya bastante dura con la muerte y ausencia de alguien a quien respetaba y quería muchísimo.

Pero además dicen que si uno quiere saber cómo anda de sólido en su camino espiritual lo único que tiene que hacer es ir y pasar un tiempo con su familia.   Ahí sale todo:  todos los dolores viejos,  todas las expectativas frustradas,   los sinsabores,  las etiquetas.   Ver cómo el samsara toma a nuestros seres queridos,  verlos hablar con palabras de desdén e inconsciencia,  es para mí todavía el dolor más grande que puedo sentir en esta vida.  Ver a extraños comportándose de manera incoherente molesta, pero no tanto como a nuestra propia sangre.

Y dice mi maestra:  " en lo grueso del diario vivir descubrimos el amor que no nunca morirá..."

Sintiéndome desde ayer bastante vulnerable y abierta, me aventuré  a la calle.  Los niños y yo hablamos de emociones en términos de esferas de colores:  el rojo es la furia,  el amarillo la alegría, el verde el desagrado,  el azul la tristeza.  Hoy lancé varios globos rojos acompañados de palabras nada dulces:  al menos tres inconscientes al volante casi me chocan.  Pocas veces la pierdo pero hoy fue un día de esos.

Theo me lo recordó:  Mami sacó sus globos rojos hoy.

" El truco consiste en seguir explorando y no darse por vencido,  incluso cuando pensamos que algo no es lo que creíamos."

Ya iba en el carro bastante caliente.  Y en eso recibí un mensaje que literalmente me quebró el corazón:  había hecho un plan con alguien y esa persona me plantó.

Second hit.
UFFFF.

"Learning how to respect ourselves is important."

Pude ver instantáneamente que tenía dos opciones:  hacerme la que no me había dolido (como es el dictado tácito en mi familia),  todo normal como si no hubiera pasado nada.   Así la persona que actuó inconscientemente no está on the spot y todo continúa- aunque claro, yo sintiéndome re-mal. Así que decidí por primera vez hacer exactamente lo contrario a lo esperado por toda la tribu:  decidí ser honesta con mis sentimientos.

Suspendí varias actividades que me involucraban y recibí un montón de llamadas para culpabilizarme (!!!),  el colmo de los colmos.  Pero sí,   así ha sido siempre en mi familia:  uno le pone el cascabel al gato o amenaza con sentir y todos le caen encima.

_Pero estás exagerando!
_Pero si no es nada!
_Vas a arruinarnos la fiesta (?)
bla bla bla

Después de recibir todos los balazos,  me pongo mi pijama y tomo la computadora.  Esta pantalla hace milagros por mi alma.  Ver las palabras escritas me aliviana por dentro.  Respetarme me está ayudando  en vez de ir a pelar el diente a un evento donde no quiero estar.

Ser real obliga a todos a ser reales.

"Cuando la inspiración parece escondida,  cuando estamos a punto de darnos por vencidos,  ese es el momento en que la sanación llega a través de la ternura del dolor mismo."

Así que aquí en mi cama me abro a sentir.  Además de estos bombazos,  el día estuvo plagado de incomodidades humanas normales:  hambre,  mucha sed,  exceso de calor,  mensajes de un ex que todavía me sigue molestando y los berrinches normales de los niños.   Se me perdió una llave importante;  tuve que pagar un montón de plata en multas de mi carro;  alguien trató mal a mis niños; un maestro que consideraba amigo y leal al método que enseño salió en unas fotos absurdas en Fb de posturas avanzadas sin práctica de por medio; alguien "olvidó"  unos papeles importantes que me obligaron ir al centro de la ciudad.  Creo que la chofer del Uber fue uno de los puntos altos del día: sumamente simpática y amable.

"El ego es aquello que cubre nuestra experiencia de estar aquí."

Sí,  así es.

Estar aquí con todos su bemoles,  grises y paradojas cuesta mucho en ciertos días.  Además extraño mucho al grupo con quién compartí por el último mes.  La casa se siente muy vacía.  Pero releo las palabras de mi maestra:  la práctica no es tratar de vivir la vida según ciertos ideales sino exactamente lo opuesto.  Sólo estar aquí con mi experiencia,  sea la que sea.

Alguien que amo mucho desapareció desde anoche y no sé nada de él.  Está al otro lado del mundo y escribe con frecuencia.  Sólo espero que no le haya pasado nada. Tal vez sólo se olvidó...

"Este momento es el maestro perfecto."

No lo siento ni perfecto ni agradable.  De hecho,  estoy feliz que ya va a terminar.  Fue un día realmente incómodo,  insípido y molesto.  Pero dice mi maestra que la ternura por la vida se despierta cuando ya no nos defendemos de la vulnerabilidad de nuestra condición.

Vulnerable,  frágil y muy triste.  Esa es mi condición actual.

Y así intento soltar cualquier idea de qué hacer con estos sentimientos y sólo soltarme a ellos.   Porque sé que el despertar está tanto en el placer como en el dolor en este plano,  en la confusión tanto como en la sabiduría,  disponible en cada instante de esta existencia extraña,  impredecible y ordinaria.

Y así me voy a la cama.

 Sé que no se trata de evitar el dolor,  hace rato que solté cualquier idea de estar confortable. Y sé que intentar huir una vez más  no tiene sentido.

Así que me alisto a llorar un rato abrazando el momento presente y a intentar ir más allá de esta barrera que me dice simplemente que fue un día perdido.

"Nada está perdido si tenemos en valor de aceptar que todo está perdido y que hay que empezar de nuevo."
Julio Cortázar











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