miércoles, 8 de abril de 2015

Cantos y flores

Me contaba un amigo querido que fue a un museo en DF y a la entrada la inscripción le llegó directo al corazón:

Qué nos llevamos?
Sólo cantos y flores.

Me gustaría poder ver pronto esas letras con mis propios ojos.  Sé que lo único que voy a llevarme de este mundo cuando me toque dejarlo son las buenas acciones y el amor.  Sé también que hay amenazas por doquier que quieren sacarme del camino y engancharme de nuevo con ese ser viejo y cansado que me cansé de actuar.


La que estaba llena de miedos...
La que se justificaba constantemente...
La que no podía respirar....


Tengo en mi la posibilidad de dejarme llevar por mi ser más pequeño o aspirar a actuar según el Amor.  El Amor trata al otro como a uno mismo e intenta hasta lo imposible no dañar al de la par.  Si soy violenta,  a la primera que daño es a mí misma...aunque no parezca.  Me cansé hace tiempo de vivir desde ahí y el yoga me ha ayudado inmensamente a encontrar ese lugar interno de paz donde todos los comportamientos poco amorosos van quedando poco a poco atrás.

Porque sí:  aspiro a dejar un rastro de cantos y flores.  Aspiro a que mis acciones sean lo más precisas e inteligentes posibles y movidas por mi corazón.  Ya no puedo con comportamientos inconscientes,  ni míos ni ajenos.  Si alguien intenta alguna de sus jugarretas,  automáticamente quedan fuera de mi círculo.  Y esto porque lo contrario es amenazar lo que más aprecio en esta vida que es mi paz mental.

El yoga nos invita a mostrar indiferencia ante aquellos que amenazan con quitarnos la paz.  Hay gente realmente malintencionada,  pero creo en la bondad innata del ser humano y siento que muchas veces actuamos simplemente por despiste o inconsciencia y afectamos a nuestros compañeros y compañeras de camino sin siquiera darnos cuenta.

El yoga nos ayuda a despertar de esta amnesia espiritual donde  lo único que importa somos nosotros.  El yoga es unión hacia adentro y hacia afuera y si alguien sufre por mi culpa,  yo también sufro.  Si alguien sonríe,  yo también sonrío.

Así que me preparo para dar lo mejor que tengo durante la tarde de hoy.  Sé que el enemigo acecha y sé también que el Misterio de Dios es más grande y poderoso que cualquier energía venenosa.  Mi práctica y mis maestros son el antídoto para cualquier amenaza que intente penetrar mi mente.  Y sé como decía mi maestro:  todo es mental.  Mi energía conmigo,   Dios con todos y poco a poco,  todo lo que no sea Amor va a caer sin duda alguna.

Recibo hoy un poderoso aliciente de una de mis queridas estudiantes:  me envía la homilía de Pascua del Papa Francisco,  ser que admiro y respeto.  Habla de ir profundo para comprender el Misterio,  habla de nuestra capacidad de asombro cada instante,  la capacidad de escuchar el silencio y sentir en ese hilo de silencio la presencia sagrada de Dios.  Para ello,  tenemos que  ser despiadadamente realistas y vernos con honestidad cruda.  En vez de seguir huyendo de nosotros mismos,  de nuestras limitaciones humanas y continuar negando los problemas.

Entrar en el misterio nos exige romper con la pereza y la indiferencia que nos frenan y buscar la verdad con pasión y gozo.  Buscarle a la vida el sentido que nos ha eludido y encontrar la única respuesta no trivial que nos llene el alma.  Mil crisis amenazarán nuestra fe pero todo lo que necesitamos ya lo tenemos por dentro.

Cantos y flores.

Buenas acciones.
Amor por los demás.
Respeto.
Coherencia.
Integridad.
Servicio.

Corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.