martes, 21 de octubre de 2014

Como hacés algo, lo hacés todo

Termino mi tiempo en Los Angeles más liviana y feliz de como llegué.  Será que es cierto eso de que el Mercurio Retrógado le ayuda a uno a soltar pasado y a desentumecer lugares que habían estado cerrados.

Empaco con el todo mi ser ya en Costa Rica.  La ausencia de los seres queridos quema.  Las sonrisas y abrazos de mis amigos.  Las miradas de mis estudiantes.  Todo me llama.  Y me voy renovada,  reconstruida.  Redimida.  En paz con mi vida tal y como es en este momento.

Atrás queda el reclamo y la amargura.  Sé que Dios me cuida y provee lo que necesito en cada momento.  Sólo tengo que relajarme y confiar en que es así y que El sabe más que yo.

Mi intención es poner atención a cada detalle,  estar lo más presente en cada segundo.  Apreciar lo sutil y delicado de la vida.  La gente ante todo.  No perderme a nadie.  Recibir  cada ser en mi corazón como el invitado más querido.  Incluso aquellos que sufren y que de alguna forma me tocan con la cola de su dolor.

He aprendido a no condenar porque finalmente estoy aprendiendo a no condenarme.  He aprendido a no reclamar porque ya no me reclamo tanto mis errores.  Estoy descubriendo que la vida no es una tarea sino una extraordinaria y efímera posibilidad de crear en cada momento amor o miedo.  Y estoy optando por el primero.  Mis músculos han soltado en estas dos semanas emociones y tristezas apelmazadas.  Mi práctica me ha renovado y pulido aún más las esquinas.  Puedo verme en los ojos de cada ser que topo y comprender que todos estamos pasando momentos difíciles,  unos más que otros.

El otro día fue al Farmer´s Market.  En uno de los puestitos,  un healer coreano me invitó a probar su tratamiento.  Después de varios soplidos,  golpes y presiones,  me dijo que tenía "too much emotional pain".  En el momento me pareció una de esas predicciones new age california-style...pero en la tarde ya estaba con diarrea,  vómito y mucho malestar.  Funcionó.

Desde ahí,  intento con todo mi ser dejar un rastro amable.  Poder aceptar que el otro puede estar pasando un mal día y por eso actúa de formas agresivas y desconectadas.  Puedo comprender su dolor.  Puedo verme reflejada en su rostro lleno de celos,  amargura y dolor.  Puedo porque ya habité ese lugar por largos meses y años.    Porque tuve la bendición de caer hasta el hueco más hondo y de regresar contando el cuento.  Será que estoy finalmente entendiendo el significado de la palabra empatía.

Mi historia apenas empieza.   La vida se muestra abundante y me preparo a sembrar flores nuevas en mi jardín.   Ya no hay duda ni zozobra.  Los ciclos continúan en un arco iris de colores y aromas.  Vislumbro un futuro lleno de texturas y armonías nuevas,  donde ya no tengan lugar incoherencias,  sinrazones y dramas.  Porque ya no los siento latentes dentro de mí y nuestra realidad es sólo manifestación de nuestro mundo interno.

Dejó la ciudad de ángeles en un estado angelical.  Será que me ha visto en muchas de mis facetas y en esta me dio la posibilidad de compartir con maestros de extraordinaria presencia,  conocer personas de corazones grandotes y olvidarme de seres con mentalidades pequeñas.  Será que los ángeles existen ya en esta tierra y caminan hombro a hombro con nosotros.  Si sólo podemos percibirlos ya no nos sentimos tan solos.  Si logramos comunicarnos con ellos entonces la vida se vuelve el cielo en esta tierra.

Un ángel me aguarda en Costa Rica.  Su presencia me revela un lugar dentro mío que no quería reconocer por miedo al que dirán.  Ese ángel no tiene rostro,  sólo un corazón gigante.  Su influencia ha sido casi imperceptible para mi mente aguda e hiperactiva,  pero ha dejado una huella profunda en mi corazón con su amor incondicional.  Esta ha sido mi pregunta por muchos años:  Adónde está el Amor?  Adónde puedo encontrarlo en este lugar que a veces parece tan frío y árido?

 Este ángel no lo busqué.  Será que los ángeles simplemente aparecen disfrazados de la forma más simple y no tienen pretensiones de nada. Acostumbrada a dejarme sorprender por apariencias,  su presencia simple y generosa ha calado en otro lugar de mi ser.  Un lugar que estoy empezando a despertar.

Me preparo al reencuentro sin más vestido que mi corazón.
Porque he nacido de nuevo y desnuda voy volando hacia el vacío.

para A. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.