miércoles, 29 de mayo de 2013

Presencia auténtica

El camino del guerrero nos pide innumerables cualidades.

Cuando me refiero al guerrero, me refiero a todos aquellos - hombres y mujeres por igual- que aspiramos a encontrar un espacio para nuestra vida espiritual aún en medio del corre corre del día a día.  Me refiero a todos los que vivimos en el "mundo" y no podemos retirarnos de la sociedad a meditar a una montaña.

Aún en medio de responsabilidades y proyectos,  nuestro reto consiste en llegar a ser capaces de vivir una vida relajada por dentro,  encontrar dentro de nosotros mismos ese espacio de confianza incondicional,  libre de agresión.  Proyectar nuestro camino como el abrirse de una flor: un proceso natural de expansión.

Todo esto suena muy hermoso, pero toma mucho deseo y enfoque plasmarlo en nuestros pensamientos y acciones.  Para lograrlo,  es imperativo mantener nuestro enfoque.  Habrán mil cosas que confabularán por distraernos:  relaciones,  conflictos, dramas emocionales,  vampiros,  inconsciencia.  Nuestra y ajena.  Pero nuestro enfoque es, en vez de caer presa de todo ese caos diario a nuestro alrededor,  ser capaces de admirar  la belleza de la vida y no perder el camino.

Comos guerreros y guerreras espirituales de la vida moderna necesitamos vivir sin aferrarnos.  Todos adolecemos de una mente que se agarra como un mono a mil cosas.  El camino consiste en soltar y en rendir la comodidad temporal que encontramos en una mente cerrada y la falsa sensación de seguridad que nos dan nuestros juicios, expectativas y conceptos.  Esto lo alcanzamos a través de la disciplina de la práctica espiritual.  Nuestra práctica va profundizando en la claridad de nuestro verdadero Ser y cualidades que requerimos para continuar.

El paso de la vida desde el ego a una visión más vasta y omnicomprensiva de todo requiere de cuatro cualidades:

1.  Mansedumbre.

2. La capacidad de mantenernos curiosos e inventivos.

3.  La capacidad de no tener miedo.

4.  La capacidad de no escrutinizarnos  y juzgarnos continuamente.

Todos tenemos un poquito de estas cualidades en potencia.  Todos podemos ser gentiles y humildes. A todos nos maravillan los detalles da la vida- si logramos estar los suficientemente presentes para admirarla.  Todos podemos atrevernos y entrar en situaciones nuevas sin miedo y finalmente,  todos podemos encontrar la experiencia de la plenitud en la aceptación de quién somos.

Aunque todos tenemos estas cualidades en potencia,  sin la disciplina se pierden irremediablemente entre nuestro patrones habituales.  El guerrero y la guerrera modernos necesitamos  una fe inquebrantable en la Bondad Innata. Esto significa realizar que siempre estamos conectados a nuestra Fuente Inagotable de Vida y de Amor.  Aunque a veces cerremos las persianas.

Es un proceso que se retroalimenta: por un lado, la experiencia de presencia auténtica es la que permite que estas cuatro cualidades  que menciono se desarrollen, pero a la vez las cuatro cualidades desarrollan esta presencia auténtica.  Lo importante es no perderlas de vista,  al igual que es vital no desconectarnos de nuestra Inspiración.

Podemos dejar ir nuestro ser pequeñito y aspirar todos a una visión más amplia y profunda de la vida.  Es este hilo de vastedad innata lo que conecta el camino de nuestras vidas.  Y si están leyendo estas letras, es porque en su camino han llegado a un punto de  posibilidad de aceptación serena de lo que es en este momento en sus vidas.  No es el momento de luchar por tomar el siguiente paso.  

Es el momento de relajarnos en la consciencia que hemos adquirido hasta hoy- no basada en nuestro ego falso-  sino en una confianza incondicional de que estamos donde tenemos que estar.   Como ya lo dije antes,  sin agresiones,  sin ansiedad.  Como una flor que se va abriendo a su ritmo,  indiferente a las mil y una distracciones de nuestra "ex- mente".

Mi flor preferida son los lirios.  Amo la metáfora de como pasan de un botón cerrado a una estrella que perfuma todo a su alrededor.  Ayer tuve con Gael,  mi precioso hijo de 5 años,  una disertación sobre los lirios.  Su candor, inocencia y capacidad de maravillarse ante el botón cerrado me conmovieron.  Sobre todo me conmovieron sus preguntas tan profundas:  

"Esas flores están vivas- aunque estén en un jarrón?   
Por qué siguen abriéndose y oliendo?  
Por cuanto tiempo?

QUIEN LAS CORTO!!??"

ja ja...

Sus preguntas inteligentes me recordaron que somos flores en este camino de la vida y el secreto consiste en no separarnos de la Mata Madre y su savia.  La Mata Madre nos alimenta en cada instante pero algunas veces aspiramos a que nos corten para  adornar temporalmente una sala o una cocina.  No anticipamos en nuestra ignorancia que estar separados del nuestra Fuente es la muerte.  Y aunque por unos días parezcamos florecer,  en realidad estamos en proceso de extinción.

Somos flores que necesitamos ser apreciadas,  no cortadas. Y lo mismo aplica para nuestra relaciones,  experiencias y posesiones en esta vida.  Así como decía Guruji,  vivimos en una casa de alquiler y todo es temporal.

Apreciemos los muchos regalos de este día recordando nuestras cualidades.  Y continuemos abriéndonos como un hermoso lirio en el campo.

Que nuestra vida consista en perfumar a todos los seres que topamos en nuestro camino-  no importa cuán brevemente lo hagamos.  Sin prisas.  Sin agresión.

Y por el amor de Dios,  que nadie nos corte.

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