miércoles, 22 de mayo de 2013

Perdón? La palabra de moda en el mundo de la pseudo-espiritualidad

Cada día me convenzo más de que todos estamos conectados a un nivel profundo.  Numerosas confirmaciones diarias me recuerdan que todos los seres humanos pasamos temas similares y aprendemos juntos.  Hoy recibí una confirmación de todo esto.

Una muy buena maestra mía escribió en su blog sobre el tema del perdón en yoga.

"Alguna vez te han traicionado o te has preguntado cómo manejar tu ira cuando hay tantos maestros espirituales pidiéndote con urgencia que perdones?"

Leí esta frase y de inmediato agradecí a Dios por una voz de comprensión en este camino.  Alguien inteligente,  respetada y con vasta experiencia en el mundo del yoga.

Continúa diciendo que tal vez su posición le traiga rechazo de colegas y estudiantes,  pero que ha aprendido que si no está uno dispuesto a defender lo que valora y arriesgarse a ser diferente, no tiene sentido ser líder y menos todavía,  pretender mostrarle el camino a otros.

"Han notado como la palabra "perdón" se ha utilizado últimamente por doquier en cualquier cantidad de posts en Facebook y Twitter....hasta en Oprah?"

Se ha designado este supuesto perdón como la forma número uno de ser "espiritual" y algunos incluso la usan como estandarte de lo que significa el Yoga en su esencia.

La palabra perdón se ha convertido en un comodín que asegura un montón de "likes",  pero creo- junto con mi maestra- que el perdón merece manejarse con mucho más cuidado y consideración.  Considero el perdón una versión plena del amor incondicional,  la compasión y la empatía.  Se han hecho incluso estudios donde se determina que las personas que "perdonan" son más felices y saludables que los que no.

Hay líderes que predican y postean el Perdón diariamente y algunos incluso sucumbimos al peer pressure. Siga leyendo para darle una sacudida a este perdón superficial y simplón- y me incluyo.  He tenido que perdonar big time en mi vida porque me han quemado innumerables veces.

Cuando nos traicionan,  es humano sentir un fuego de ira y enojo inicial-  esa sensación caliente y quemante.  Luego,  el sentimiento deriva en algo más sabio, consciente y hasta amable.  Lo lógico es eventualmente soltar el sentimiento hirviente y reemplazarlo por el más amable.  Y este es el que nos ayuda a discernir y protegernos- uno mismo y a los demás-  de volver a ser herido por esa persona.

De nuevo.

Coincido con mi maestra que mantener esta consciencia de alerta es inteligente y hasta saludable.  Es como tener un grano de arena entre los dedos:  un recordatorio de que ese ser nos ayudó a ser más fuertes y a estar más despiertos.

El sentido de todo esto es sentirse empoderado y no arrasado y devastado por las conductas inconscientes de los demás.   No ser más víctimas.

Vivimos en un mundo permeado por el amor incondicional y la unión y nos conectamos con este sentimiento a través de nuestras prácticas espirituales y oraciones.  Sin embargo,  es una realidad que estamos en cuerpos y es imperativo considerar a las demás personas mientras vivimos.  Nuestras acciones tienen efectos sobre los demás. 

Si perdonamos de manera simplista o prematura-  mi maestra la llama "compasión idiota"-,  qué va a impedir que esta persona cause daño de nuevo?  Si no ha habido una sincera disculpa de su parte y señales de remordimiento y la intención de cambiar su conducta,  nos toca encogernos de hombros y hacernos los "locos"- como decimos en Costa Rica-  en nombre de nuestra espiritualidad tan "avanzada"?  Nos tiene que importar sólo nuestra vida en vez de realizar que este ser podría seguir dañando más gente?

Qué tal si esa persona sigue causando daño SOLAMENTE porque nadie antes en su pasado le puso límites y les dijo "HASTA AQUI?".

Aquí es donde el granito de arena es útil para recordarnos que tal vez no sea todavía tiempo de confiar de nuevo en esa persona.

Muchos yogis-  los más ingenuos debido a su gran "compasión"- carente por supuesto de discernimiento- son las presas más fáciles de este tipo de perdón ciego.

Yo también he estado ahí,  al igual que mi maestra.  Insisto en guardar esperanza más allá de los límites sanos y he salido bien quemada por supuesto.   Tantísimas veces.

Así que me uno a la voz de mi maestra para decir:  EL PERDON HAY QUE GANARSELO.

Los líderes naive y pseudo espirituales que se cobijan en el comodín dirán:

" Pero si sólo son humanos."
" Yo soy puro amor incondicional".
"El amor es la respuesta".
"La gente se equivoca".
"El yoga es perdón".

Un ser que ha dañado en el pasado tienen muchas posibilidades de hacerlo de nuevo en el futuro.

Señores maestros- y aquí me dirijo específicamente a colegas cercanos que optan por la solución de la avestruz- o también de sentirse que están por encima de este discurso tan humano y desgastante:

                                                             WE CAN DO BETTER!

                                El Yoga no es abstraerse de la realidad y carecer de criterio.

Ser un líder en Yoga conlleva una gran responsabilidad que no se puede evadir con posts ajenos o imitando a otros líderes.

En mi total humanidad llena de errores y equivocaciones,  puedo decir con sinceridad que he aprendido de mis errores.  Creo en hacer una observación honesta de quién soy y el esfuerzo por mejorar.  Así que espero lo mismo en mis relaciones cercanas-  no respuestas evasivas pusilánimes para evitar conflicto y levitar por encima de este mundo y sus problemas.

Reconstruyamos la confianza antes de perdonar.   Pongamos límites sanos.  Y saquemos de nuestra vida a todos aquellos seres que no dan muestras fidedignas de arrepentimiento por sus errores.  Ver hacia el otro lado tal vez sea una solución temporal,  pero irremediablemente quienes así lo hacen tendrán que que enfrentar situaciones que ameriten,  por primera vez  en su vida, poner límites y respetarse un poquito más.



Enseñemos con el ejemplo.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.