miércoles, 15 de mayo de 2013

Esto es un asalto.

Ha sido una semana difícil.

Entre la cirugía de Theo y los acontecimientos de anoche,  siento que no doy más.

Regresaba de una reunión fuera de mi casa y en el camino de regreso me tocó presenciar un atropello.  Vi un cuerpo ensangrentado en el asfalto y mi corazón dio un vuelco.  Surrealista.  Fuera de mi realidad cotidiana.

Para rematar,  anoche sufrimos un asalto. Sí,  uno de esos con pistola y todo.  Caminábamos a la perrita en medio de un barrio cercano que no tiene seguridad.  Nuestro error.  La verdad era mi primera vez y me asusté muchísimo.  Sólo pérdidas materiales gracias a Dios,  pero una sensación nueva que nunca había sentido de ser invadida hasta lo más profundo de mi ser por una energía oscura y maligna.

Hoy estuve todo el día sintiéndome "fuera de tiempo presente",  como una amiga me ayudó a nombrar ese estado en que uno pasa rememoriando los acontecimientos shockeantes o dolorosos y se pierde del momento.    Estaba como en una modorra mental.  Perdí las llaves del carro,  me costaba escuchar a la gente,  me movía lento y despacio.  Recordaba cada detalle del asunto y me empecé a sentir genuinamente mal, incluso a nivel físico.

Me descompuse del estómago,  me puse irritable y de mal humor.  No ayudó que mi bebé recién operado tuviera una crisis de temperatura y dolor y al final,  prácticamente terminé llorando con él,  de tristeza e impotencia.

Me percaté de manera muy real de que la violencia es una realidad en este mundo.  Pero una cosa es considerarla de largo y otra verla materializarse en dos tipos en moto gritando obscenidades y apuntando a mi marido con un revolver.

En mi mundo- y me doy cuenta de que vivo en una especie de burbuja protegida por no sé qué ángeles y maestros,  sólo así lo puedo explicar- la violencia es bastante rara.  Por supuesto,  nunca falta la explosión de sentimientos de alguien cercano,  dramas que se repiten- propios y ajenos- pero ahora me parecen un juego de niños.  Pienso en todos aquellos seres que hoy sufrirán violencia física-  ataques,  asesinatos, violaciones,  robos: dolor y más dolor.

Pienso en quiénes morirán esta noche de una puñalada,  disparo,  accidente o golpiza.  En quiénes llorarán la ausencia de sus seres queridos.  Y sé  perfectamente que esa que llora podría ser yo.  En cualquier momento.  Cualquiera de estos días.

Cómo protegerse? Cómo resguardar a quiénes amamos?

Estar despierto implica no solamente maravillarse ante la belleza de la Creación,  sino también realizar que la Vida puede ser un acontecimiento sumamente violento y misterioso.  En mis reflexiones,  consideré incluso que los ladrones de anoche podían ser a su vez  padres de familia,  incluso amantes de sus hijos.  Qué paradoja!  Y yo misma,  en mi burbuja,  puedo también convertirme en un monstruo lleno de rabia y lista para atacar sin piedad.

Si no estoy consciente,  es perfectamente posible.



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En medio del dolor de estómago, el bebé lloroso,  el marido asustado todavía por la agresión,  el recuerdo del atropellado sangrante,  la imagen de los motociclistas y sus gritos....en medio de todo esto,  aún así,  ansío con todo el corazón que mañana sea un día nuevo.  Que así como la Vida me dio duro esta semana,  también pueda sorprenderme como lo ha hecho tantas veces.

Y de ahí me agarro para continuar con esperanza.

Sólo con esperanza es que podemos,  pasito a pasito,  continuar.


1 comentario:

  1. Siento mucho que hayan pasado por esa tan desagradable experiencia, pero como decís vos, gracias a Dios solo daños materiales.

    Besitos para Teo, anoche ofrecimos la clase para él.

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