jueves, 2 de febrero de 2012

Y por cierto, el arbol del miedo se secó...

Efectivamente.  El árbol que me acompañó desde mi ventana,  en esa época lleno de hojas que se movían con el viento,  se secó y hoy no tiene ni una sola.  Lo recuerdo aquí escribiendo después de la Primera Serie guiada hoy muy temprano. Recuerdo ver por la ventana de mi cuarto mientras empacaba para esta aventura y sorprenderme,  aunque no entendí bien qué significaba.  Qué linda señal de que tal vez mis miedos ya no quieren alimentarse más...la tierra quedó fértil para sembrar nuevas semillitas:  hoy quiero sembrar alegría,  tolerancia,  paciencia,  amabilidad,  responsabilidad sin estrés,  ternura,  solidaridad,  intimidad...que cada una de estas semillitas florezca para poder ofrecer estos regalos a aquellos que encuentre en mi camino,  a todos aquellos que amo.

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