sábado, 4 de febrero de 2012

El regreso

Empiezo a empacar.  India tiene el poder de despojarnos de todo aquello que no es esencial.  Contemplo toda la ropa que traje-siempre más de la que necesitaba- y feliz le regalo a la mitad a Sunanda,  nuestra querida masajista.  Ella y su esposo, Anna, tienen 3 niños y son tan trabajadores y serviciales.  Sigo revisando mis cosas:  lo más importante lo llevo por dentro.  El regreso siempre es duro.  Una parte mía anhela seguir aquí...para siempre.  La calma que alcanzo en este pequeño espacio que es mi cuarto,  en el shala,  en la calle...se vuelve tan natural y espontánea.  Brota sin esfuerzo.  Regreso dejando de nuevo un pedazo de mi corazón,  extrañando desde ya el "One More!" de Sharath,  los ajustes imposibles de entender para mi mente,  la energía del shala que a todos nos pone a sudar como nunca antes.  Igual les sucede a Fabricio y a Mela en el shala de Saraswati.  Y eso que esta vez ha sido un poco diferente.  Tantos japoneses,  coreanos,  chinos y taiwaneses en Mysore!  hablaba con una muchacha el otro día y me dice que es impresionante la cantidad de Ashtanga que hay en China...y va a seguir creciendo. Se nota en las clases,  están abarrotadas.  Demasiado para mi gusto...pero el yoga es ir más allá de cualquier preferencia, no?

Cuando uno tiene experiencias en la vida que son inefables,  creo lo mejor es dejárselas adentro y sentir a la gente alrededor,  en vez de echárselas encima.   El regreso es difícil porque cómo puede uno compartir el mar con alguien que no lo conoce?  o el sabor del azúcar si no lo han probado?  pero qué lindo poder regresar a un lugar que está lleno de gente sensible y abierta como es Namasté.  Un pedazo de India vive en Costa Rica.  Y no es tanto la decoración,  las esculturas o los arcos.  Es la gente.  Todos con un corazón hermoso, amigos queridos.  Eso me da impulso para tomar los tres vuelos con una duración de casi dos días para cruzar el mundo. Eso y la esperanza de volver a abrazar a mi familia.

Mañana tengo la última práctica guiada de Segunda Serie de este viaje.  La ansío con todo mi ser...y recuerdo  el miedo tan grande que tenía el primer domingo.  El Ashtanga es mental.  Veo y siento en mí sus efectos.  El cuerpo está en silencio,  no me duele nada. Pasé de tener un dolor terrible de espalda a sentir todo mi cuerpo físico en armonía.  La mente sí está un poco inquieta.  Integrar la experiencia del regreso y sentirse arrancado de un lugar que amamos tanto nos cuesta un poco a todos.  Se siente como si uno saliera de un barco en una botella y se tomara unos días para navegar  el mar verdadero en un velero en libertad.  Y es una pausa que nos reconstituye a muchos niveles,  el más importante creo yo,  nos ayuda a tomar perspectiva. A veces,  en la comodidad del hogar se pierde de vista el horizonte.  Pero aspiro a llevar todo lo que he recibido a la intimidad de mi vida personal y a las clases en el Estudio e invitar a muchos más a que se den una asomadita por estas latitudes.

Somos almas teniendo una experiencia espiritual.  Los que practicamos Yoga- no el show off,  no la acrobacia o la gimnasia olímpica que lastimosamente se está viendo mucho aquí en este momento,  practicantes de asana solamente-sabemos que cada respiración y cada paso nos acerca un poquito más a quién verdaderamente somos.  Despojándonos de expectativas,  agradeciendo todo lo que es...siendo un poco menos rígidos con nosotros mismos y dejándonos fluir más con nuestros sentimientos y nuestras emociones.  Pero siempre regresando al ancla de nuestra práctica.

Si mi vida terminara mientras cruzo el océano, tengan la seguridad que me fui con una sonrisa en los labios.  Puedo decir que conocí el Amor,  encontré mi sueño,  compartí con seres hermosísimos en la cercanía de mi hogar y el Estudio,  recibí Shakti en cantidades inconmensurables de mis maestros,  jugué,  me equivoqué,  reí,  viví!  Puedo decir que en los últimos diez años de mi vida realmente viví.  Antes de eso,  sobrevivía.  Pero gracias al Yoga,  desperté de mi amnesia y recordé por qué y para qué vine a esta vida.  No para terminar la Cuarta Serie!  No Hurrying,  dice Sharath continuamente..pero para sentirlo todo hasta la médula de los huesos.

Gracias, gracias, gracias al Quienquiera que creó esta alma que puede  sentir tanto,  a Quien sabía que mi venida a esta vida no iba a ser en vano.  Gracias a esa parte mía que se atrevió a desafiarlo todo y a jugar de loca un poco...

Gracias a aquel Procurador que me dijo que si había perdido la chaveta,  que qué desperdicio de talento legal dedicarme al Yoga!  Gracias porque me mostró que estaba en el buen camino.  Porque sino tal vez hubiera terminado en una oficina triste revisando papeles aburridos.

Creo que el éxito o fracaso en esta existencia se mide por el número de veces que hemos sonreído y amado desde el último resquicio de nuestra alma.  Y también, cuando hemos llorado extrañando a alguien o porque se nos partió el corazón.  Todas muestras de que palpitamos y somos,  más allá de este cuerpo,  seres cuya esencia es el Amor.  A todos los que me han mostrado el color de su alma,  gracias!  son un recordatorio que mi alma tiene esos mismos colores y que cada día crean una danza más sublime.  A todos los que con sus comentarios me han calentado un poquito por dentro para no sentirme tan sola ni tan lejos..gracias desde Mysore.

Gracias a mi compañero de vida que sostiene el barco mientras regresa esta marinera.  Gracias por comprender que esto es importante.  


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