Todos nos hemos escondido alguna vez.
Hemos cometido errores, acciones de las cuales luego nos arrepentimos infinitamente. El camino espiritual consiste en regresar a esos momentos de desconexión con nuestra esencia y aprender del bache. No consiste en juzgarnos ni juzgar a nadie más. Cómo podríamos. Todos tenemos miles de años dando vueltas en este mundo y si encarnamos es porque nos dieron una oportunidad preciosa de reivindicarnos. Qué pérdida de tiempo ver a otros cuando podríamos usar este tiempo limitado en observarnos con honestidad.
El ego nos justifica, nos resguarda y aplaude. Aplaude cada vez que fuimos crueles, cobardes, mentirosos y manipuladores. Pero llega el día en que uno ya está cansado de jugar las mismas jugarretas y darse cuenta que es como la rueda del hámster: nos siguen llevando al mismo lugar de desamparo, amargura y soledad. Tan predecible. Tan tonto.
En eso consiste el camino espiritual. En vernos con total crudeza y no decirnos más mentiras. Reconocer los patrones que nos siguen causando sufrimiento. Usar nuestra energía y dirigirla sabiamente a resarcir los daños causados. No es que tengamos que ir donde el enemigo y tomarnos un café. No. Es dentro de nosotros: cómo podemos ser más compasivos? Adónde podemos tender una mano? A quién vamos a ayudar hoy? Acciones positivas y llenas de intención que logren un balance con aquellas no tan diestras.
Día a día, la vida nos da la oportunidad de hacer que este día cuente. Puedo pasar inmersa en mis pensamientos sin control, darle rienda suelta al odio o al rencor. O puedo pensar: quién me necesita? Cómo puedo lograr una sonrisa en un semejante? Será haciendo un favor sin que se dé cuenta, llamando a alguien que sabemos está solo y triste y tal vez creando belleza. Hay muchas formas de crear belleza: cocinando, pintando, conversando, cosiendo, planchando, limpiando. Yo hoy me desperté temprano, tuve la inmensa dicha de recibir un puño de yogis maravillosos que hace de su práctica una prioridad diaria. Dejan familias, atrasan trabajos, se comen presas pero vienen. Todos con una sinceridad conmovedora, con un deseo de transformación gigante. Estar en su presencia me llena el alma y sé que también llena la de mis amados maestros que hicieron y hacen lo mismo todos los días.
Así que si me estás leyendo, hace que este día cuente. Soltáte de los viejos patrones mentales del ego. Dale un chance a tu corazón. Sé más amoroso y compasivo durante hoy. Más conectado con tu Ser Superior. Estamos en esta vida por tan poco tiempo y cada día cuenta. No lo eches a la basura. Make it count.
Yo por mi parte sigo construyendo una vida que llamo la mía, llena de errores y desaciertos probablemente, como la de todos. Tal vez la diferencia radica en que tengo una gratitud inconmensurable por todas las experiencias que he tenido, cada una de ellas. Cada ser que he topado me ha enseñado, ahora lo veo aunque en su momento sólo quería matarlos. He llegado a un punto en que no deseo infligir dolor a nadie. Ya me cansé del ojo por ojo y diente por diente. Hay una forma más armoniosa de vivir y estoy aprendiendo a hacerlo.
Casi como si tuviera ocho años y pudiera ver cada mañana con inocencia y maravillarme ante cada evento del día, totalmente segura de que mis pensamientos y acciones se mueven desde un lugar nuevo en mí. Un lugar que estoy estrenando y que me trae cada día regalos maravillosos. Las Torres en que en algún momento me refugié se cayeron.
Y me siento cada día un poco más libre. No por ningún mérito propio sino por la Gracia de mis Maestros.
Los Kois simbolizan el camino de la transformación en Japón. Este tatuaje me lo hicieron en Tokyo hace ocho años. Dolió tanto que no podría repetirlo. Pero lo llevo en el brazo con alegría porque sé que nadar contra corriente no es fácil. Me inspira a darlo todo a pesar de los obstáculos. En algún momento quise borrármelo, pero comprendí que estoy marcada de por vida con el deseo por la Verdad.
A Han en Light of Zen en Tokyo: gracias de nuevo por tu arte y tu presencia amorosa y pura a través de una semana completa de sesiones de ocho horas.
Las Torres se derriban con tu deseo por el Amor y la Luz.
Hemos cometido errores, acciones de las cuales luego nos arrepentimos infinitamente. El camino espiritual consiste en regresar a esos momentos de desconexión con nuestra esencia y aprender del bache. No consiste en juzgarnos ni juzgar a nadie más. Cómo podríamos. Todos tenemos miles de años dando vueltas en este mundo y si encarnamos es porque nos dieron una oportunidad preciosa de reivindicarnos. Qué pérdida de tiempo ver a otros cuando podríamos usar este tiempo limitado en observarnos con honestidad.
El ego nos justifica, nos resguarda y aplaude. Aplaude cada vez que fuimos crueles, cobardes, mentirosos y manipuladores. Pero llega el día en que uno ya está cansado de jugar las mismas jugarretas y darse cuenta que es como la rueda del hámster: nos siguen llevando al mismo lugar de desamparo, amargura y soledad. Tan predecible. Tan tonto.
En eso consiste el camino espiritual. En vernos con total crudeza y no decirnos más mentiras. Reconocer los patrones que nos siguen causando sufrimiento. Usar nuestra energía y dirigirla sabiamente a resarcir los daños causados. No es que tengamos que ir donde el enemigo y tomarnos un café. No. Es dentro de nosotros: cómo podemos ser más compasivos? Adónde podemos tender una mano? A quién vamos a ayudar hoy? Acciones positivas y llenas de intención que logren un balance con aquellas no tan diestras.
Día a día, la vida nos da la oportunidad de hacer que este día cuente. Puedo pasar inmersa en mis pensamientos sin control, darle rienda suelta al odio o al rencor. O puedo pensar: quién me necesita? Cómo puedo lograr una sonrisa en un semejante? Será haciendo un favor sin que se dé cuenta, llamando a alguien que sabemos está solo y triste y tal vez creando belleza. Hay muchas formas de crear belleza: cocinando, pintando, conversando, cosiendo, planchando, limpiando. Yo hoy me desperté temprano, tuve la inmensa dicha de recibir un puño de yogis maravillosos que hace de su práctica una prioridad diaria. Dejan familias, atrasan trabajos, se comen presas pero vienen. Todos con una sinceridad conmovedora, con un deseo de transformación gigante. Estar en su presencia me llena el alma y sé que también llena la de mis amados maestros que hicieron y hacen lo mismo todos los días.
Así que si me estás leyendo, hace que este día cuente. Soltáte de los viejos patrones mentales del ego. Dale un chance a tu corazón. Sé más amoroso y compasivo durante hoy. Más conectado con tu Ser Superior. Estamos en esta vida por tan poco tiempo y cada día cuenta. No lo eches a la basura. Make it count.
Yo por mi parte sigo construyendo una vida que llamo la mía, llena de errores y desaciertos probablemente, como la de todos. Tal vez la diferencia radica en que tengo una gratitud inconmensurable por todas las experiencias que he tenido, cada una de ellas. Cada ser que he topado me ha enseñado, ahora lo veo aunque en su momento sólo quería matarlos. He llegado a un punto en que no deseo infligir dolor a nadie. Ya me cansé del ojo por ojo y diente por diente. Hay una forma más armoniosa de vivir y estoy aprendiendo a hacerlo.
Casi como si tuviera ocho años y pudiera ver cada mañana con inocencia y maravillarme ante cada evento del día, totalmente segura de que mis pensamientos y acciones se mueven desde un lugar nuevo en mí. Un lugar que estoy estrenando y que me trae cada día regalos maravillosos. Las Torres en que en algún momento me refugié se cayeron.
Y me siento cada día un poco más libre. No por ningún mérito propio sino por la Gracia de mis Maestros.
Los Kois simbolizan el camino de la transformación en Japón. Este tatuaje me lo hicieron en Tokyo hace ocho años. Dolió tanto que no podría repetirlo. Pero lo llevo en el brazo con alegría porque sé que nadar contra corriente no es fácil. Me inspira a darlo todo a pesar de los obstáculos. En algún momento quise borrármelo, pero comprendí que estoy marcada de por vida con el deseo por la Verdad.
A Han en Light of Zen en Tokyo: gracias de nuevo por tu arte y tu presencia amorosa y pura a través de una semana completa de sesiones de ocho horas.
Las Torres se derriban con tu deseo por el Amor y la Luz.
71 comentarios:
Título original: Fifty Shades of Grey
Estados Unidos, 2015
Género: Erótico
Dirección: Sam Taylor-Johnson
Elenco: Dakota Johnson, Jamie Dornan
Duración: 125 minutos
Cines: CCM Cinemas, Cinépolis, Citi Cinemas, Cinemark, Nova Cinemas
Calificación: UNA ESTRELLA ( * ) de cinco posibles
pues, amiga, lamento que usted tenga que ir a verla. También yo debí verla por razones profesionales. Saludos.
BSDM es un término creado para abarcar un grupo de prácticas y fantasías eróticas. Se trata de una sigla.
Es cierto, en los cines piden la cédula, pero ahorita está en devedés piratas y ahí no hay censura que pueda.
Dice el personaje (Grey): "Yo no hago el amor, yo cojo"
y se estira más que una verdolaga, ¡machismo puro!
50 Shades of Grey: mucho ruido y pocas nueces
No esperaba nada de 50 Shades of Grey. Luego de verla me di cuenta —y hay que tener claro— que la expectativa, conversación y controversia que rodea a esta película es más grande que la película misma. Existen opiniones tan divididas desde el lanzamiento del libro en que basa su historia que esperaba llegar a ver algo al menos explosivo, fuera bueno o malo. En su lugar, 50 Shades of Grey, la película, es producto tan mediocre que se olvida al instante luego de poner el pie fuera de la sala.
Es evidente que el material no daba para mucho (prácticamente nada) y la directora, Sam Taylor-Johnson, y la guionista, Kelly Marcel, hacen todo lo posible por hacer la historia interesante. Desde su coloración, que tiene fotografía pulida pero monótona, hasta la elección de música que acompaña cada escena específica (resulta la parte más decente que seguramente funcionará mejor como disco independiente que como complemento del filme). Pero luego de un comienzo medio decente, la ya absurda historia pasa a ser una interminable negociación de un contrato donde se detallan las cláusulas de los actos sexuales que quiere tener el famoso señor Grey.
No hay más que eso.
Peor: el filme es pasar dos horas con un par de actores que parece que se conocieron el primer día de filmación y nunca se cayeron bien, pero deben fingir pasión y tensión sexual. Más bien son hasta disparejos de la poca química que tienen. Solo Dakota Johnson hace lo que puede con su papel de la protagonista Anastasia; es carismática y, por suerte, le da un aire interesante a su personaje, pero ni ella misma se lo cree. Con el famoso Christian Grey de Jamie Dornan, ni sus largas miradas, que pretenden ser seductoras, logran tener profundidad; entre tanto personaje poco interesante, él es el más aburrido de todos, y ni siquiera le sale bien el acento norteamericano (él es del norte de Irlanda). Una lástima porque sí es bueno en la serie donde es protagonista “The Fall”, de la BBC.
Los personajes secundarios (si es que los hay) no hacen más que rellenar espacio muerto. Penoso ver a Marcia Gay Harden ahí, haciendo nada.
No llega a evolucionar ni a caracterizar bien y mucho menos tener sentido de cierre con la poca trama que maneja. Después de la mitad, la “peli” se estanca en sí misma y termina aburriéndose solita entre tanto recoveco innecesario y secuencias eróticas que no saben si ser incómodas, tediosas o desesperantes (con buen montaje), mientras la mitad de la audiencia en la sala suspira y se emociona.
Pero entonces, en términos de romance, ¿es a esto lo que se aspira cuando se quiere estar con alguien más? O, en términos de controversia, ¿dónde cabe criticar la película por la situación de la sumisión y machismo y defender la fortaleza e independencia de las mujeres si ellas serán la mayor audiencia que vea esta película? Una que otra frase hace esto un poco evidente para alivianar el asunto, pero es rápidamente olvidado para dar paso a diálogos más sosos y reiterativos.
Para esos temas y discusiones, cuando son representados en películas, yo sugeriría utilizar ejemplos más interesantes que este.
Usted está volando...
De acuerdo, soap opera.
pero eso merece un espacio completo de análisis. Libros comerciales, influencia en el cine etc. Sería interesante crear un grupo o al menos un par de encuentros para discutir la temática
Igual que Crepúsculo, me huelo que estas "sagas" literarias tienen una perfecta coordinación con su futuro inevitable: la saga cinematográfica, y que ambas no son otra cosa que un mercadeo seudoartístico.
Y en la gran pantalla, se han visto cosas peores, de lo que se ve en esa cinta, por ej: El abogado del Diablo, Emanuelle, La vida de Adelle, Ninfomanía.
DW , esa referencia suya como la "La Baticueva del sexo" esta genial.
Saludos !!
Hola. ¿Todavía tiene su blog?
Su comentario me ha hecho reír.
¡Yo que pensaba invitarla!
100 millones de ejemplares han sido vendidos y que hay un sector, principalmente de mujeres, las que estamos validando esta porquería. ¿ES QUE SEGUIMOS TAN " INVECILMENTE ADORMILADAS" QUE NO NOS DAMOS CUENTA DE LA PERVERSA MANIPULACIÓN, PERPETUANDO ESE SENTIDO DE PROPIEDAD LIBIDINOSO DEL QUE HEMOS SIDO OBJETO POR SIGLOS?
gracias por sus valiosos comentarios.
respeto su opinión, más no la comparto! Para los que gustamos del buen cine, esta película es otro "taquillerazo", pobre en narrativa y con malos actores! Para otros un peliculón merecedor de un Oscar! En pocas palabras, si gustos no hubiera... El mundo no existiera!
Lo felicito DW por su comentario pero ya sé que usted señor lo hace bien.
Más bien quiero felicitar a don Sergio quien comenta muy bien como lo hace en su blog con la televisión.
DW no pierda el tiempo con este libro.
Leí el libro y vi la película (de gratis, por dicha). Y puedo afirmar con fundamento no sólo que estoy súper de acuerdo con Don William, sino que:
1. Hay más química sexual entre Sam y Frodo que entre Dakota y Jamie/ Anastasia y Mr. Grey
2. Hay azotes más emocionantes en Piratas del Caribe
3. Los Pitufos goza de actuaciones más histriónicas