lunes, 4 de marzo de 2013

Dulce como el azúcar

Termino mi día con un video espectacular narrado por Alan Watts.

Qué corta es la vida.  Hay que hacer lo que amamos.
No importa el dinero.

Cuántos de nosotros fuimos criados con ese miedo a no producir lo suficiente?
A cuántos se nos negó el derecho de seguir nuestros sueños en nombre de la responsabilidad y el "éxito"?

Me considero una de esas.  Toqué el piano desde los 8 años hasta los 25.  Lo toqué todos los días,  llené con creces mis 10 000 horas de maestría.  Deseaba ser pianista,  concertista para ser más exacta.  Mi maestra fue una de las mejores de este país.  Salí del colegio dispuesta a llevar mi carrera de piano- mi sueño- paralela a la de Derecho- el deber ser.

No lo logré.  La falta de apoyo en mi hogar impidió que diera la talla.  La licenciatura en Piano en la Universidad de Costa Rica era una carrera de tiempo completo, imposible llevarla con todos los bloques de primer año y Derecho.

Y me dí por vencida.
Así de fácil.
Porque de todas formas "los músicos se mueren de hambre."

I did the "right thing?"
Me gradué a los 20 años de abogada y no sabía ni dónde estaba parada.
Pero fui la abogada 4883.

Intenté ejercer.
No me gustó.
Saqué tres maestrías,  tratando de hallar algo que me moviera por dentro.

Nada.
Oficina...nope.
Litigio...guácala.
Estado...peor.
Ambiente...pasable pero le faltaba juice.

Así que colgué mi título y me fui a India.
Y ahí encontré lo que amaba.

Uno de mis maestros en la Facultad de Derecho,  Doctor que me envió con una beca a Italia,  me leía el I- Ching en las sesiones de tesis.  Yo todavía estaba muy pollita para comprender.

Pero efectivamente,  traté de hacer algo siguiendo la opinión de otros.  Por mi propia inmadurez, traté de llenar una imagen ajena de cómo tenía que ser mi vida.  Me engañé buscando éxito en una profesión en que no creía...ni creo.  Al menos,  con los paradigmas existentes.

Haz lo que amas.
Como si el dinero no importara.

Haz lo que amas porque la vida es muy corta.
Y si uno ama lo que hace,  irremediablemente va a practicarlo...todos los días.

Y llegaremos a ser tan buenos en nuestro sueño,  que después todo se irá acomodando solo.
Buenos por amor.

Hasta que probé el azúcar pude comprender su sabor.

Y sólo puedo decirles,  igual que este video maravilloso:  la vida es muy corta para desperdiciarla y el azúcar está disponible si se atreven a dar el paso.

Gracias a la Vida por este regalo de hoy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.