sábado, 2 de febrero de 2013

Despedida



Se acerca el momento del regreso y como siempre,  tengo sentimientos encontrados.

India ejerce una fascinación en mí que no puedo explicar muy bien. Hoy estuve todo el día en el mercado y por las calles de Mysore haciendo un video.  El mercado en sábado puede decirse que es el lugar más caótico de una ciudad india! Pero al mismo tiempo,  es un espacio muy colorido,  lleno de rostros fascinantes,  gente hermosísima de todas las edades,  flores,  frutas y sonrisas por doquier.

Me decía el director que cómo hacía para entrar en las posturas con tan poco calentamiento y poco espacio- literalmente,  me majaron,  empujaron y hasta terminé con la mano en un poco de saliva y boñiga de vaca... ja ja- pero en este país,  mi cuerpo se siente en casa.  Definitivamente creo que hice esto antes.

Titulamos el video "Los Frutos de la Práctica".

Todavía no lo he visto,  pero muchas de las tomas buscaban recordar que el Yoga nos ayuda a realizar lo verdaderamente importante en la vida.

La lealtad.
La honestidad.
La paciencia.
El buen humor.

Entre muchos otros.

Lealtad porque sabemos que esto que está sucediendo en el mundo,  que la gente está volviendo los ojos hacia adentro,  es muy especial y somos muchos aquí que nos declaramos apasionados de este camino interno de por vida.

Honestidad porque quiénes hemos escogido permitir que un maestro nos guíe con la intención adecuada,  sabemos que el reconocimiento no es lo importante.  Como dice un querida amiga,  yogini inglesa:

 " No handholding,  no cheerleading...just the infinitely more satisfying process of working it out for yourself,  and a few hard-earned words of praise that mean the world."


Paciencia porque sin paciencia el camino espiritual nunca  hace el "click".  Cuando llegamos al mat,  traemos tantos patrones enfermos, entre ellos la prisa, el desgano,  la falta de pasión.  Este Yoga nos pide despertarnos a un nuevo ritmo,  sacudir la modorra y entregarnos con todo a algo.  Luego,  ese algo comienza a cambiarnos la vida.  Y no hay vuelta atrás.

Buen humor porque es la mejor respuesta que uno puede tener antes las curvas de la vida,  ante todo ese abanico de "inesperados" que a veces nos ponen el pelo de punta.


Termino el día en la azotea de un techo cantando el nombre de Dios en el último kirtan de la temporada.  El sol en India, cálido e intenso,  se va escondiendo sin prisas entre la niebla del atardecer. Nuestras voces llamando al de Arriba se escuchan desde la calle y mientras cuido a uno de los babies que ya se hizo amigo mío,  añoro el regreso al hogar.

Me voy con mis frutos bien presentes,  dispuesta a aplicarlos con amor. Con la firme intención de ofrecerlos a mis maestros y al esfuerzo descomunal que hacen para mantener esto vivo. Con la inspiración de tanta gente linda de todo el mundo que se ha atrevido a perseguir un sueño.

Segura de que voy a regresar.


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