martes, 6 de diciembre de 2016

Buenos Aires de mi corazón

Despierto a una ciudad soleada,  llena de pajaritos y bulliciosa desde muy temprano.  Entre sueños recuerdo estar corriendo alrededor de un lago muy amado en India,  en una ciudad pequeña donde está el único templo a Brahma, el creador:  Pushkar.

En una de mis ciudades preferidas,  reflexiono mientras me alisto para ir al shala sobre el poder de la creación.  Mi maestro decía:  haz tu práctica y todo llega....Ahora estoy comenzando a entender que todo llega porque uno mismo es capaz de crear ese todo.  Uno solo,  empoderado por el poder el Shakti después de muchos años de pedir,  de llorar,  de romper corazas internas y cultivar diariamente la confianza y la fe.

Siento que crear depende de uno y de la conexión con el poder creador.  La Vida,  el Amor, Dios...como sea que le llamemos.  Depende de limpiar nuestras consciencias lo suficiente para que podamos transmitir sin interferencias,  canales abiertos al Prana,  instrumentos serenos y lo suficientemente fuertes para poder sostener la conexión.  Las mentes tienen que aplacarse necesariamente sino es un caos entre lo que sabemos que tenemos que hacer y los planes individualistas.

Sino es la guerra declarada entre lo falso y lo verdadero.

Aquí en Buenos Aires me siento tan a gusto,  tan yo,  tan conectada.  Es casi una ironía que la misma conexión que pueda haber sentido en India muchas veces pueda recordarla aquí con mucha claridad, en medio de estos edificios,  en medio del tráfico y los parques y monumentos.  Pero aquí han sucedido muchos momentos cumbre en mi vida espiritual y mis amigos y sus presencias serenas me recuerdan cada momento lo que he vivido.

Hoy es día de ver de nuevo a muchos seres de luz que llevo tiempo de no ver.  Me alegra volver a un shala cálido y silencioso guiado por maestros enfocados.  También recorrer las calles de Palermo, desayunar con las chicas y almorzar con amigos del alma.  Buenos Aires me refresca y los aires navideños se sienten,  preparándome para el regreso a casa a mi familia,  a mis estudiantes y a todo lo que amo en Costa Rica.

Ha sido un viaje inmenso,  un viaje imposible de describir con palabras.  Me ha llenado y preparado para el salto cuántico que viene en mi vida.  Me ha aclarado que soy creadora de todo lo que tengo en mi plato y que si está apareciendo,  es porque estoy lista para vivirlo.

Soy artífice de mis posibilidades en conexión íntima con la fuerza que me mueve.  Y esa fuerza sabe, mejor que yo,  qué es lo que viene y cómo sacarme de mi zona de cónfort.  Es en lo nuevo que crecemos y estoy dispuesta,  irremediablemente lista para continuar.


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