jueves, 21 de marzo de 2019

Toda la gloria del universo está presente en un grano de maíz




Revisando mi computadora,  encontré mi viejo blog.  

Escribí aquí por muchos años,  en medio de cambios y tormentas. Amo este espacio y me doy cuenta que lo prefiero a cualquier otro. Esta pantalla me acompañó en varios viajes a India,  los adioses,  las bienvenidas,  muchas buenas y sobre todo,  en las malas.

Me dio impulso para seguir adelante gracias a la interiorización que implica escribir y a ustedes todos que me leen.

El año pasado recibí un mensaje en video de varias chicas en España.  Me agradecían por escribir y me dio mucho gusto conocerlas y saber que mis letras de alguna forma les habían ayudado tanto como a mí.  Empecé a escribir cuando estaba en cuarto año del colegio.  Tuve una maestra que me impulsó e inspiró,  doña Tere.  Siempre la llevo conmigo y más cuando hay algo que me dice que no escriba,  sé que es el momento de hacerlo.

Así que aquí voy de nuevo por este canal que hoy resucita gracias a la magia de la tecnología.  Tuvo un compás de espera de dos años ya que me pidieron cerrarlo cuando trabajé como Embajadora de Costa Rica en India del 2017 al 2018.  Fue una experiencia muy enriquecedora y dura que no cambiaría por nada.

Me destrozó la vida en todos los sentidos.

A nivel profesional,  decidí regresar a mi carrera profesional como abogada y entonces,  como diplomática.  Fue un reto muy grande y aprendí muchísimo.  No sólo sobre actividades con el gobierno indio por mi país sino sobre todo sobre la gente,  el mundo de la diplomacia y la política y los bemoles de ser enviada en un cargo político.  Mi vida se expandió en muchos sentidos y también se contrajo en otros masivamente.

A nivel del yoga,  se me advirtió que no podía enseñar profesionalmente así que decidí abrir un shala en mi apartamento en Delhi y conocí hermosos yogis indios que llevo profundos en mi corazón.   Practicábamos juntos cada mañana antes de irnos a los trabajos y cultivamos amistades que continúan hasta hoy.  

A nivel familiar,  después de estar dos años sirviendo a mi país regresé a Costa Rica sedienta de mis niños y me encontré con una demanda de custodia para quitármelos.  Después de cuatro meses de luchas legales sin éxito y sin poder verlos ni hablar con ellos,  he atravesado el fuego más intenso de toda mi vida y también realizado que sin mi práctica de yoga me hubiera vuelto loca.  Cada lágrima me ha limpiado,  cada noche en vela enseñado.  He comprendido que tenía muchos amigos que no eran tales,  el fuego de la verdad quema pero también sana.  Y ante todo,  he encontrado amor y apoyo en gente generosa y bien intencionada.

A nivel personal,  Dios me dio la compañía incondicional de un guerrero que me ha abrazado con todo su amor y sabiduría.  Tengo que decir que nunca en mi vida me he sentido tan amada y acuerpada.  Aunque no es un yogi de asana,  es un ser sabio lleno de enseñanzas diarias y muestras de cuidado a través de sus acciones íntegras y simples.

Un ángel.

Así que la vida se ha equilibrado en un intermedio que contiene mi corazón roto por la ausencia de mis niños y el amor colmado por el amor de pareja.  Hay días en que siento que me deshago de dolor y otros en que comprendo que yo pedí esto:  pedí entender qué es la libertad y la verdad en esta vida. También pedí intensamente por saber qué es el Amor.  No sólo el amor humano, sino el Amor Amor.  Ese que es nuestra esencia.  Ese que no muta con las experiencias externas. 

Para eso,  nada mejor que explorar lo contrario y comprender que en esta dicotomía es que los seres humanos fluctuamos constantemente.  He tenido que demoler expectativas a la fuerza y atravesar mitos en mi mente como el sentir  que conocía bien a las personas que me rodeaban y podía confiar en ellas y que sabía exactamente cómo iba a vivir el resto de mi vida.

Ja...Ja.. Ja.

Las acciones ajenas son imposibles de controlar.  No sabemos lo que los demás piensan.  Pienso en estos meses de prueba y sé que podría haber caído en una depresión si hubiera escuchado todo lo que mi mente reactiva decía después de los acontecimientos tan dolorosos.  Pero por la Gracia de Dios y la presencia de mis maestros y guías,  he podido atravesar cada día con un poquito de esperanza.  Mi mente se ha vuelto suave y flexible,  ya no apegada a ningún resultado.

He aprendido a agradecer lo pequeño y lo simple.  Como me enseñó alguien que amo mucho,  toda la gloria del universo está presente en un grano de maíz. 

Así me siento,  despojada y libre,  como una semilla que empieza a moverse para dar frutos nuevos.  Sin nada porque perdí mis pertenencias personales,  mi familia y mi ¨reputación¨ de una manera muy injusta.   Perdí también supuestos amigos que no eran tales,  estudiantes muy queridos,   el status y el nombre,  además de mi shala y mi hogar.

Pero gané todo lo que he pedido y eso es entender para qué vivo y por qué estoy aquí en esta vida.

Mi alma necesitaba romper con un estilo de vida donde era alguien X,  hacia algo y mis roles me definían. Hubiera continuado alimentando mi vida en Costa Rica como la conocí,  había algo de piloto automático e inconsciencia.  Pero este evento familiar que podría calificar como una tragedia en todo sentido, me sacó por completo de la zona de confort ya que nunca lo anticipé.  Me tomó totalmente por sorpresa como un ladrón que nos roba lo más querido en medio de la noche.

Mis niños están siempre en mi corazón a pesar de la distancia.  No puedo hablar con ellos ni verlos pero eso no impide que mi amor por ellos crezca.  Igual para el resto de mi familia. He dedicado mi energía a la meditación y la práctica,  la lectura y ahora,  la preparación de mi próximo tour en Europa atendiendo invitaciones amorosas de estudiantes pasados y amigos nuevos.  Escribir me ha ayudado inmensamente y la soledad curtido.  Soy alguien que nunca fui,  no me reconozco en esta nueva vida tan sobria de gratitud diaria incondicional por lo que viva y continúo soltando capas, imágenes y expectativas que corrían profundas en mi vida anterior como la conocí.  

Retomo mi blog con la gratitud y la bendición de saberme totalmente ignorante y maravillada de esta vida y sus curvas.   Cada día es una exploración sin agenda,  una apertura completa al milagro de simplemente respirar y una mente que ha transmutado su miedo y desesperación en calma y serenidad.   Mis hábitos mentales se fueron todos a la basura e incluían creer que sabía,  considerarme absurdamente omnisciente y omnipresente y todos los resabios de materialismo espiritual recogidos a través de los años.

Quedé en un desierto donde con costos podía respirar. Y hoy, cuatro meses después de la bomba,  el milagro es que sigo respirando. Y más que respirar,  pienso diferente. 

Siento diferente,  veo diferente.

Más simple,  más suave,  más relajada.  Todo pasa.  La vida nos atraviesa sin piedad y rendirnos es la mejor opción.  La opción de resistir sólo trae más dolor a lo que ya es nuestro destino.

Me rindo,  me entrego. Agradezco,  respiro.  No anticipo nada.  Lo que es para mí llegará a su tiempo.  Mientras tanto

Me rindo, me entrego.  

Agradezco,  respiro.

Mi mantra diario más el amor aquí presente en cantidades infinitas que me dice:  tranquila, todo está por comenzar.







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