sábado, 23 de agosto de 2014

Héroes

Tomar distancia y meditar me ayuda a acomodar los sucesos de las últimas semanas antes de venirme a Argentina.

Estando acá siento que esta ciudad intensa y encendida me ayuda a decantar sentimientos y emociones.  A veces voy tan rápido que no tengo tiempo de asimilar todo lo que me pasa y estos momentos de soledad me ayudan a comprenderme mejor.

Leo un post interesante sobre las relaciones.  Me llega mucho la parte donde dice que en estos tiempos de cambio a las mujeres nos cuesta mucho encontrar héroes personales-  sobre todo en nuestras relaciones de pareja.  Es más fácil idealizar a un padre,  un hijo o un colega que darle el crédito que merecen a nuestros hombres.  

De dónde viene esta resistencia?  Del feminismo?  Del control?  

No.  Viene de nuestra vulnerabilidad. Más bien,  de nuestro miedo a ser vulnerables.  Ser vulnerable requiere de nosotras la dosis más grande de valentía.   A todas nos ha pasado- a mí muchas veces,  que reconocer esa cualidad de héroes en nuestras parejas nos pone en un lugar frágil que podría ser eventualmente usado en nuestra contra.  Me ha sucedido: y me ha hecho constatar que tales personas no eran héroes verdaderos y que  en buena hora no estoy con ellos.

En mis últimas tres relaciones importantes he sido yo la que se ha ido.  En dos de estas relaciones abrir mi corazón me aterrorizó.  Cree paredes de sólido granito para evitar más heridas y cicatrices.  Me evadí,  inventé excusas,  escapé.  Todo sazonado con la crítica y el control,  producto de la inseguridad y el miedo a sentirme expuesta y vulnerable.

Cómo me quejé,  condené,  fui condescendiente...
Cómo ignoré,  interrumpí,  me aburrí.. y castré.

Así que con mucha razón,  los hombres nos tienen miedo.  Tienen miedo a ser, primero que nada,  los héroes que nuestra cultura les exige ser para nosotras.  Ya los son y no tienen siquiera tendrían que demostrarlo, pero desde pequeños nos piden trajes de superhéroes y nosotras los complacemos.  La verdad es que todos somos héroes- hombres y mujeres.  Es nuestra mejor cualidad innata.  Somos iguales.  Reconocerles su belleza,  su poder y sabiduría no nos quita nada.

Reconocer un héroe generosamente,  genuinamente,  sinceramente,  amorosamente, vulnerablemente y observarlos crecer en su fuerza y seguridad es un verdadero placer.  El puede hacerlo y lo hará- si se lo permitimos.

Así que qué es un héroe para mí?

Aquel que pasa por vos a tu casa aún en una mañana de lluvia.
Aquel que se levanta temprano- incluso todavía oscuro, porque quiere verte.
Aquel que te lleva al aeropuerto- aunque le cueste despedirse.
Aquel que trabaja duro para proveer a su familia.
Aquel que de día trabaja en un bar y de noche lee poesía y sueña con viajar el mundo.

Un hombre es un héroe cuando es fiel incluso cuando no estás con él.

Cuando nos abre la puerta del carro inesperadamente o nos mueve la silla para sentarnos.
Cuando empieza a contar una historia que hemos oído mil veces y sabemos que lo hace para impresionarnos- una vez más.

Un hombre es un héroe para mí cuando ayuda a la anciana en la calle primero que a mí.
Cuando me trae comida porque anticipa  que tendré hambre.

Un hombre es mi héroe cuando es humilde,  sobre todo esta última.

Me preparo a entrar en mi próxima relación de vida y de amor con la consigna de ver el héroe en mi hombre todos los días.  Darle permiso para que sea todo lo bello que es, lo fuerte,  seguro, inteligente y perspicaz.  Para que manifieste sus talentos y sienta su fuerza.  Para así poder ser yo su esclava de amor,  su diosa incondicional sin segundos pensamientos.

Y esto, estoy segura, los empodera tanto a ellos como a nosotras.




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