lunes, 29 de diciembre de 2014

Si tengo alas para volar

Termino mi última práctica antes de partir de nuevo a India.  Tercera Serie es un reto a todo nivel pero me deja con una alegría que se asemeja mucho a este sol de verano en mi tierra.

Me deja llena de energía.

Es un día muy lleno:  organizar la ida al otro lado del mundo logísticamente es un reto de detalles.  Pienso y repienso,  reviso mi listado de pendientes.

Adónde anoto el corazón roto?  Y los abrazos que no voy a dar?  Qué hago con el hueco en la panza?  Y los ojitos que llaman a su mamá?  Las manitas?  

No se pone más fácil en este camino.  Ya sé.

Hoy mientras practicaba con las palabras de mis maestros por dentro,  sus instrucciones en mis oídos,  sus consejos,  comprendí que hay una parte mía que quisiera que en algún momento me "aflojaran"  la intensidad.  Y en ese mismo instante,  en el preciso momento en que mi parte comodidosa y halgazana quería sentirse escuchada,  llega una postura que siempre taché de imposible para mí.

En la práctica que hago,  hay formas de "simular"  que uno hace.  Muy parecido a cuando he simulado en mi vida y he dicho sí en vez de no.   La postura parece que está ahí pero la entrada o la salida no.  Algo parece pero en realidad no es.  Y esta práctica desenmascara todo.

La actitud. Las transiciones.  La respiración.  El estado mental.  Los sentimientos.  La fe.

La postura me la explicó correctamente una de mis queridas maestras e inmediatamente me escuché  decirme "nunca vas a lograrlo".  Eso sucedió hace tres meses.  Sin embargo,  algo en mi inconsciente escuchó que existía una nueva forma de entrar,  de sentir esa postura que no es sino un estado de mi mente.  La pensé y soñé por tres meses:  varias veces me desperté estando en ella...Y hoy simplemente decidí probarlo.

Probar sin esperar nada a cambio.

Entré sin esfuerzo,  como si la postura misma me hubiera estado esperando.  Me recibió con una sonrisa casi burlona,  como diciéndome:

 "De nuevo dudaste,  Mariela...cuándo vas a aprender?

Cuando vas a aprender que  todo está bien como es?  Que tu destino es sólo tuyo?  Que hay algo más importante que tu mente y sus divagaciones?  Que la vida no tiene que ser perfecta para ser hermosa?

Hoy quiero creer,  a pesar de todo lo que me invita a no hacerlo- pensamientos que vienen y van y que no tienen nada que ver con mi realidad.  Quiero creer que todo es posible si uno lo intenta.  Que no importa cuánto nos disuadan de nuestro camino e intenten cortarnos las alas, ya sea con palabras o acciones: la fuerza de nuestro espíritu es indomable.

Aquellos que me aman están conmigo en las buenas y en las malas.  Para ustedes mis oídos y corazón.  Lo demás no existe, aunque en su momento quise agradar a mucha gente.  El camino espiritual es a menudo de una soledad lacerante y sólo uno sabe qué está encontrando y qué está arando y sembrando para el momento de la muerte.  Me voy en paz porque sé que soy un ser que no vive de convencionalismos ni nunca lo podrá hacer.

Tantas etiquetas que todos soportamos en esta vida por el qué dirán.  Tanto que nos distrae de nuestra verdadera conexión.  Sigo el impulso de mi corazón de ir a estar cerca de mi Maestro,  alguien que con su ejemplo y presencia me enseña a no claudicar.  Me voy en paz porque sé que mi alma tiene una misión más grande que los roles pequeñitos otorgados por otros.

Amo de una manera poco convencional:  otorgo alas.  Y pido lo mismo,  es muy simple.  Esos amores que nos condicionan la vida son agua pasada para mí.  Mis compañías son aquellas que puedan vibrar al unísono en un deseo ardiente de libertad para todos los seres vivientes.  Sé que todos los humanos padecemos el veneno de los apegos y sé que los míos propios me han causado muchos dolores de cabeza en el pasado.

He aprendido y mi querida práctica me enseña cada día el valor de seguir adelante.  Y a veces,  muy de vez en cuando, suceden eventos que me dan impulso e inspiración.

Como hoy.




miércoles, 24 de diciembre de 2014

Silencio

En esta época de celebración,  caos y compras reflexiono sobre las palabras del Papa de encontrar el silencio para sentir y recordar el verdadero sentido de estas fiestas.

Vienen a mí las enseñanzas serenas y ecuánimes de mis maestros.






Cierro este año en comunión con los que amo,  cerca de aquellos que me han demostrado con sus acciones amor incondicional,  lealtad y amistad y simplemente me alejo de todo el resto.  Indiferente a la injusticia.  Imperturbable ante el absurdo.  Dicen las enseñanzas que si aquello que tengo que decir no es amable y necesario- aunque sea verdadero-, es mejor guardar silencio y proseguir mi camino.

El Yoga me enseña que la indiferencia ante los necios es la mejor medicina.  Al igual que la amistad por los amigos y la compasión por los más necesitados.

Reflexiono sobre lo que quisiera decir de acuerdo a las enseñanzas:

Is it kind?
Is it true? 
Is it necessary?

La vida y sus devenires dan vuelta en mi mente mientras me preparo a cerrar el año  en familia y en mi corazón.  Mil pensamientos dan vueltas,  pero hacia afuera,  decido guardar silencio.

El Amor es contundente y cualquier cosa que no se le parezca cae por su propio peso.


viernes, 5 de diciembre de 2014

Violencia y Verdad: denuncia o silencio?

Ha sido sumamente interesante para mí observar  que mi última entrada en el blog tuvo más de quinientas cincuenta visitas,  el mayor número de lectores que cualquier otra entrada ha tenido desde hace dos años que escribo por acá.

Dado este hecho,  me gusta pensar que tal vez mis palabras encuentren empatía en otras personas que están sufriendo situaciones parecidas o que haya también,  como me consta por tantos mensajes de apoyo y solidaridad que he recibido-  tantas almas buenas que han creado una cadena de oración para apoyar a las personas y situaciones que describo.  También y por supuesto,  he recibido reclamos escandalosos de cómo me atrevo a denunciar semejantes hechos por este medio.  Todavía parte del tabú que el tema de violencia de género genera en nuestras sociedades machistas.

Mi lema desde que empecé a escribir es que escribo para mí misma,  no para nadie más.  Escribir me ayuda a decantar,  llorar, acomodar y comprender hechos en mi vida que de lo contrario se sienten demasiado intensos para digerirlos.  Si mis palabras han encontrado eco no es porque esa haya sido mi intención.  Además,  prefiero pensar que lo que escribo de alguna forma inspira a otros en vez de fomentar una curiosidad morbosa por una vida ordinaria y simple como la mía,  la de cualquier mortal.  Ya eso lo sabrá cada uno de mis lectores.

Hoy mi entrada es una entrada con pruebas y hechos.  No deseo agregar nada porque se explica sola.

Mi anhelo:  que más mujeres despertemos ante la realidad implacable y avivemos nuestras voces.

Mi deseo más sincero:  que mis palabras pongan las escobillas sobre la realidad de ciertas relaciones humanas que en vez de sacarle a uno lo mejor más bien nos restan y menoscaban.  Si en esta vida he aprendido algo a través de mis propias relaciones es que en la vida NADIE ES INDISPENSABLE,  menos aquellos que se empeñan en hacernos el camino más doloroso.

Así pues,  los invito a leer detenidamente una realidad cruda pero cierta para muchos seres en este mundo.  Que nuestra solidaridad y plegarias rompan el tabú de hablar de temas familiares ya que sin este tipo de denuncia más víctimas inocentes perecerán en muchos sentidos bajo su peso inmoral.

El subrayado es mío.


¿Qué es la violencia de género?

Se trata de una violencia que afecta a las mujeres por el mero hecho de serlo. Constituye un atentado contra la integridad, la dignidad y la libertad de las mujeres, independentemente del ámbito en el que se produzca.
Se entiende por violencia de género cualquier acto violento o agresión, basados en una situación de desigualdad en el marco de un sistema de relaciones de dominación de los hombres sobre las mujeres que tenga o pueda tener como consecuencia un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas de tales actos y la coacción o privación arbitraria de la libertad, tanto si ocurren en el ámbito público como en la vida familiar o personal.
El concepto "violencia de género" da nombre a un problema, que incluso hace poco, formaba parte de la vida personal de las personas; era considerado un asunto de familia que no debía trascender de puertas para fuera y, por lo tanto, en el que no se debía intervenir. Entender la violencia como un asunto personal refuerza a las mujeres a una situación de subordinación respeto del hombre e implica asumir las relaciones de poder historicamente desiguales entre ambos y a través de las cuales se legitima al hombre a mantener su status-quo de la dominación incluso a través de la violencia. Esta percepción contribuye a que las mujeres no denuncien su situación por miedo, vergüenza o culpabilidad.
La discriminación de las mujeres y la violencia de género (como la manifestación más brutal de las desigualdades entre hombres y mujeres) es un problema que traspasa fronteras y que está presente en la mayor parte de los países del mundo con la particularidad de que las vivencias del maltrato son enormemente parecidas en todos los lugares y culturas.
Debe recordarse que la violencia es una estrategia de relación aprendida, no es innata. Si esto fuera así, todas las personas serían violentas o todas las personas ejercerían la violencia de la misma manera y en el mismo grado; sin embargo, no siempre la empleamos en nuestras relaciones: hablamos, negociamos, pactamos, tratamos de comprender el punto de vista de la otra persona y finalmente llegamos a un acuerdo, aunque no obtengamos el que en principio queríamos.
Los maltratadores son selectivos en el ejercicio de la violencia, lo que demuestra que son capaces de controlarse en cualquier otra situación.

Si te sientes identificada con alguna de las siguientes manifestaciones, estás siendo víctima de maltrato

Sean cuáles sean las formas en que se manifiesta el maltrato, siempre busca un mismo objetivo: erosionar la autoestima de la mujer con fin de que el agresor aumente su grado de poder y control sobre ella.
Hay muchas formas de violencia contra las mujeres, aquí acercamos algunas indicaciones para poder identificarlas.

Violencia física

Incluye cualquier acto de fuerza contra el cuerpo de la mujer, con resultado o riesgo de producir lesión física o daño: golpes, quemaduras, pellizcos, tirones de pelo, picadas, empujones, lanzamiento de objetos, uso de armas, intentos de estrangulamiento, intentos de asesinato, intentos de provocar abortos...
El maltrato físico es el más evidente y el más fácil de demostrar; aun así, no es preciso que se requiera atención médica o que tenga efectos visibles en el cuerpo. Es muy probable que empiece con un simple golpe o bofetada.

Violencia psicológica

Incluye toda conducta, verbal o no verbal, que produzca en la mujer desvalorización o sufrimiento: insultos (expresiones como: estás loca, eres una histérica, ignorante, atrasada, fea); menosprecios (expresiones como: no sirves para nada, no eres capaz de hacer nada bien, mala madre, si no fuera por mí donde irías?..); intimidaciones / amenazas (expresiones como: te voy a matar, vete/vete de la casa, te voy a quitar los/las niños/niñas, te voy a hundir..); abuso de autoridad ( como por ejemplo: registra tus cosas, revisa tu correo, preguntas cosas como “con quién estuviste hoy?”, llegaste 10 minutos tarde…); falta de respeto (no respeta tus necesidades, sentimientos, opiniones, deseos y manipula lo que dices, destruye objetos de especial valor para ti, ignora tu presencia, te desautoriza delante de los niños/niñas..); exige obediencia (no quiere que la mujer trabaje fuera de la casa, no quiere que estudie, quiere que se vista cómo él quiere, le controla el tiempo, le pregunta "a que hora llegas?", le dice “quita esa ropa y te viste cómo Dios manda”…); utilización de las hijas e hijos (amenaza con quitarle las/los menores, los amenaza y los maltrata, le obliga a que se desnude, culpabiliza constantemente a la madre); castigar con el silencio e incomunicación (el silencio reiterado puede llegar a herir tanto como las palabras); culpabilizar a la mujer de todo lo que ocurre en la casa de modo que al final ella piensa que es la culpable de todas las situaciones de tensión; mostrar celos (acusar constantemente de ser infiel y coquetear con otros hombres, impedir relaciones con amigos/as y familiares, aislar la mujer de todo su entorno...).
El maltrato psíquico es el más difícil de detectar, dado que sus manifestaciones pueden adquirir gran sutileza; no obstante, su persistencia en el tiempo deteriora gravemente la estabilidad emocional, destruyendo la autoestima y la personalidad de la mujer.

Violencia sexual y abusos sexuales

Incluyen cualquier acto de naturaleza sexual forzada por el agresor o no consentida por la mujer, y que abarcan la imposición, mediante la fuerza o con intimidación, de relaciones sexuales no consentidas, y el abuso sexual, con independencia de que el agresor guarde o no relación conjugal, de pareja, afectiva o de parentesco con la víctima.

Violencia económica

Incluye la privación intencionada, y no justificada legalmente, de recursos para el bienestar físico o psicológico de la mujer y de sus hijas e hijos o la discriminación en la disposición de los recursos compartidos en el ámbito de la convivencia de pareja.
El maltratador considera que la mujer es incompetente y que no administra bien o gasta el dinero en cosas innecesarias, por lo que no puede tomar decisiones sobre el destino del gasto.

Diferentes conceptos

Cualquier tipo de violencia se fundamenta en una relación de poder dónde alguien trata de dominar a la otra persona por la fuerza, contra su voluntad; trata de obligarla a que haga lo que no desea, a que se ruegue y reconozca su inferioridad y dependencia con respecto a quien ejerce la violencia. En todos los casos de violencia las víctimas pasan por un gran sufrimiento y todas ellas requieren cuidado y atención, y todas las personas agresoras son dignas de su correspondiente sanción penal; no obstante, cada tipo de violencia tiene sus peculiaridades. Pretender que toda violencia es igual impide que la violencia de género sea comprendida adecuadamente y pueda ser combatida eficazmente.
Como repercute el maltrato en la salud de la mujer que la sufre
Cuando frente a los repetitivos episodios de violencia, y considerando que la situación no va a cambiar, la mujer adopta una actitud pasiva por miedo y para evitar que se produzca una nueva agresión, incluso mayor, hacia ella o hacia sus seres queridos, estamos ante el "síndrome de la mujer maltratada".
La experiencia de maltrato provoca un alto nivel de ansiedad, alteraciones psicosomáticas; sentimientos depresivos, disfunciones sexuales, conductas aditivas, dificultades en sus relaciones personales.
Enrique Echeburúa y Paz del Corral equiparan los efectos que una mujer maltratada puede sufrir al "trastorno de estrés postraumático", cuyos síntomas y características, sin duda, aparecen en algunas de estas mujeres:

Síntomas de reexperimentación de la situación vivida

Evitación persistente de síntomas asociados con el trauma y limitación afectiva.

Síntomas persistentes del aumento de la activación fisiológica: dificultades para conciliar el sueño, irritabilidad,dificultades para concentrarse, etc.
Angustia por percepción de amenaza real para la propia vida, pánico ante la anticipación de la presencia del maltratador, imágenes y recuerdos indesexadas así como pesadillas, hiperactivación fisiológica sensación de estar controlada y vigilada constantemente, miedo a dejar de ser objeto de amor, miedo a equivocarse, a sufrir y hacer sufrir, etc…
Depresión por percepción de culpabilidad, por evocar esa situación de maltrato, ante el daño que pueda generar su estado anímico al bienestar de los hijos/hijas. Autocastigo, tristeza, dolor, pena, rabia, desesperanza, fatiga, baja autoestima, baja autoimagen, desmotivación, inseguridad, vergüenza, sentimiento de inferioridad y miedo al castigo que puede proporcionar la sociedad.

Como prevenir la violencia de género

Educar a los niños y niñas, desde las edades más tempranas, en una cultura centrada en la resolución pacífica de conflictos, fomentar la empatía y desarrollar una autoestima equilibrada, son principios que favorecen la desaparición de los perjuicios de género que se dan ya desde la escuela.
Eliminar al máximo los estereotipos transmitidos por la cultura patriarcal; por lo tanto, enseñar a ‘ser persona’ en lugar de enseñar a "ser hombre" o a "ser mujer" y así desterrar mitos como que la agresividad es un rasgo masculino, o por el contrario, la sumisión, el silencio, la obediencia… son rasgos femeninos, son objetivos de la coeducación.

Por que a tantas mujeres le resulta difícil salir de una situación de violencia de género

El maltrato es un proceso cíclico que se inicia poco a poco, como un goteo de pequeños episodios que parecen insignificantes pero que no lo son.
El ciclo comienza con una primera fase de Acumulación de la tensión (agresiones verbales y psíquicas) en la que la víctima va percibiendo como el agresor va volviéndose más susceptible, respondiendo con más agresividad y encontrando motivos de conflicto en cada situación.
Una segunda fase supone el Estallido de la tensión, en la que la violencia se vuelve más virulenta, dando cabida a la agresión física.
En la tercera fase, denominada Luna de Miel o Arrepentimento, el agresor pide disculpas a la víctima, y trata de mostrar su arrepentimento. Esta fase se va reduciendo con el tiempo, siendo cada vez más breve hasta desaparecer.
Este ciclo, en el que al castigo (agresión) le sigue el episodio de arrepentimento ("no volverá a ocurrir", "todo cambiará"...) alimenta la ilusión del cambio. Esto puede ayudar a explicar la continuidad de la relación por parte de la mujer en los primeros momentos de la misma. Al mismo tiempo que el agresor muestra su arrepentimento, puede ocurrir que simultaneamente excuse su conducta culpabilizando a la víctima (si tu no hubieras hecho ... yo no lo haría ) de modo que la mujer acaba dudando de cualquier cosa que hace o piensa; en definitiva, acaba dudando de ella misma.

Recuerda que...

Estás siendo víctima de maltrato, tú no eres responsable.
El uso de la violencia nunca está justificado.
Estas agresiones se repetirán y se agravarán con el tiempo.
No estás sola. Puedes contar con la ayuda de especialistas.

No es verdad que...

  • A las mujeres le gusta el abuso sino se marcharían.
  • El maltrato a las mujeres es algo raro y aislado.
  • Sucede en familias de bajos ingresos y etnias.
  • No hay manera de romper con las relaciones abusivas.
  • La violencia dentro de la casa es un asunto de la familia que no debe de salir del entorno.
  • Cuando una mujer dice ‘no’ quiere decir ‘sí’.
  • Los hombres son de naturaleza violenta.
Es habitual que hasta que la mujer tome la decisión definitiva de salir de una relación violenta, pase por un período de reflexión e incluso manifieste varios intentos. Durante este proceso quizás ya solicite ayuda terapéutica, o no.
A partir de su decisión de romper con la situación de violencia, el apoyo psicológico se centrará en varios aspectos, partiendo siempre de una valoración previa de las necesidades y demandas particulares de cada mujer. Determinadas cuáles son las secuelas concretas producto de la situación vivida, se evaluará su dimensión y se graduará para establecer una orden para el tratamiento.

Algunas de las intervenciones más habituales y básicas para su recuperación son:

  • Información sobre la violencia de género, causas, origen, mitos, etc.
  • Reducción de la activación y de la ansiedad en las formas en que se manifieste (insomnio, agorafobia, crisis de pánico, etc).
  • Fomento de la autonomía, tanto a nivel psicológico, a través de un cambio de ideas distorsionadas sobre ella misma y el mundo, como a nivel social, económico, etc, orientándola en la búsqueda de empleo, recuperando apoyos sociales y familiares...

Consejos ante una situación de maltrato

Recuerda que ninguna mujer debe permanecer en una relación en la que no se sienta respetada como persona ni se le reconozca como igual.
Puedes buscar ayuda en los Centros de Información a las Mujeres y asociaciones especializadas que te informarán y apoyarán en las actuaciones que debes llevar a cabo.
Si aún no tomaste la decisión de salir de la situación de violencia o si ya lo decidiste pero aún convives con el agresor, conviene que sigas algunos consejos para reducir el peligro de posibles agresiones y para actuar en caso de que se produzca un nuevo episodio violento.

Plan de seguridad

Cuando se produzca o creas que se pode producir una nueva agresión:
  • Evita estar en lugares en los que el agresor pueda acceder a objetos peligrosos, como la cocina.
  • Permanece en una habitación fuera del alcance del agresor y próxima a la puerta de la calle con el fin de facilitarte la salida del domicilio.
  • Refúgiate con tus hijas e hijos en la casa de un vecino/a.
  • Cierra todas las entradas si el agresor salió del lugar.
  • Inventa un lenguaje de signos o señales que te permita comunicarles a tus hijos/las el momento en el que deben salir del domicilio familiar y acudir a la casa de un vecino o vecina donde puedan refugiarse y pedir ayuda.
  • Pon en conocimiento de algún vecino/a de tu confianza tu situación y pídele que llame a la policía en el momento en que oiga cualquier suceso violento en el domicilio familiar.
  • Piensa en el domicilio de alguna persona amiga o familiar donde refugiarte hasta que no exista riesgo y puedas regresar a tu domicilio. Si no cuentas con ninguna persona que pueda ayudarte, localiza con anterioridade la dirección y el teléfono de los servicios de atención a mujeres víctimas de violencia de género donde podrás pedir ayuda y un alojamiento de urgencia. Teléfono de información a las mujeres: 900-400-273.

lunes, 1 de diciembre de 2014

Decapitate Fear.

It´s a very weird sensation to be in the hospital and not having a baby.

The familiar doctors,  nurses,  clothes and smell bring me back to the joyous times when i have come here to greet my newborns.

Not this time.

This time i am here to face my fears eye to eye.  My right kidney has been screaming since last thursday,  so bad i thought the pain worse than my labors.  Been away from my home country was also a very interesting lesson since i found many angels along the way to take care of me and my beloved ones.

I went to Mexico following my heart.  I went there because i could hear a soft whisper of beautiful people drowning in a sea of darkness and violence.  I went there because my beloved daughter decided to make this country her hometown.  I went there looking for answers.

And the answers came in mysterious ways.

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El viento frío soplaba y ya no sabía cómo abrigarme más.  Mis ropas costarricenses se mostraban débiles y enclenques ante la violenta temperatura de menos dos grados.  César, el chofer,  nos esperaba en su carruaje blanco.  Nos tomó alrededor de tres horas recorrer montañas y valles para encontrarla.

Sus hermosos ojos verdes denotaban miedo.  Un miedo visceral a dejarse ver, como una fiera asustada que ha estado encerrada en la oscuridad demasiado tiempo.  Sus bellas facciones reflejaban el dolor acumulado de muchos meses de carencia,  la impotencia de saberse en el lugar equivocado pero todavía creyendo que hay esperanza.

Sé por experiencia personal lo que se siente.  Un día  te aman,  te veneran, te arrullan y prometen el cielo y la tierra.  Al día siguiente,  no se sabe:  puede ser una explosión de rabia porque quebraste una taza o manchaste un mantel.  O tal vez, porque hiciste más preguntas de las debidas.  Vivir con miedo es matar el alma.  No hay espacio para ser quién uno es.  La ansiedad de agradar a estos machos sin fondo es dolorosa.  Puede uno hacer lo mejor que puede y aún así siempre encuentran falta.  

Deseaba verla con todo mi ser.  Sus correos cortos y secos contenían claves que sólo yo podría descifrar.  Habiendo crecido juntas en medio de caos familiares y filiales,  la conexión psíquica me aseguró que tenía que ir a buscarla.  No tenía más opción.  Tuve miedo, mucho miedo.  Sobretodo a encontrarme algo que no me gustara.  Miedo a aceptar una realidad que estuviera fuera de la mía- y de la suya por cierto.

Y así es exactamente como sucedió.

Mientras recorríamos el largo trayecto,  meditaba sobre este ser de luz,  muestra perenne de fuerza y resiliencia a través de su vida.  Fuerza que en este momento estaba amordazada en nombre del amor.  Será que yo misma tuve que vivirlo a su tierna edad para reconocerlo?  No sé si estos acuerdos de alma nos obligan a remover el pasado,  pero sí sé que lo que me llevó a ella es una fuerza que nunca había sentido antes.

Entre callejuelas repletas de pequeños negocios,  calles bordeadas de casas marginales y un clima de angustia y dolor de saber a un pedazo de mi alma habitando en estas condiciones tan insalubres,  me percaté que sentía un  dolor extraño en la espalda.  Un dolor sordo,  un dolor profundo en las entrañas de mi ser.  Recordé aquel tercer parto donde mis riñones colapsaron ante la perspectiva de criar a mis hijos yo sola,  mis primeros tres príncipes y princesa. Mis tesoros.  Fue tal el dolor de esta infección post-parto que dolía más que las contracciones del nacimiento mismo.  Mi cuerpo recordó ese dolor.

Sin embargo,  había que actuar rápido.   Nos vimos para hablar y pude leer más allá de las palabras que tenía que sacarla de ese lugar a como fuera.  Que sino lo hacía  no podría vivir en paz el resto de mi vida. En su mirada felina pude ver las huellas de la violencia psicológica y la inanición espiritual,   Además del frío que ya estaba calando en su alma y sus huesos.   Desamor disfrazado le llamaría yo.   Situaciones al revés todas.  Imposibilidad humana y femenina de revertir los acontecimientos sola.

Le tendí mi mano sabiendo que del otro lado no la rendirían tan fácilmente.  La lucha fue a muerte.  El poder sobre mi amada hija se hizo sentir horas después de la partida.  Mensajes que no paraban al tiempo que mi propio dolor de espalda comenzaba a escalar en intensidad.    De un dolor sordo se volvió un calambre eléctrico que bajaba por mi pierna.  No dormí nada esa noche.  Le decía a mis amigos:  sé que se va a escapar.  

Sin embargo,  al dia siguiente seguía todavía ahí y eso me llenó de alegría.   Sus pocas pertenencias yacían acomodadas en filas perfectas a lo largo de la pared:  una foto de su hermanito,  su pasaporte,  las tarjetas de crédito,  velas,  foto de niña, libros,  blusas,  ropa interior,  joyas.  Cada elemento en su lugar,  cada objeto un altar.  Un altar de recuerdos y emociones que gritaban:  Sálvenme.  Alguien por favor,  esto no puede continuar.

Al verla esa mañana tuve la esperanza que la fuerza al otro lado me la hubiera cedido.  Partimos de paseo esa tarde hacia un lugar hermoso en las montañas.  Estaba callada y meditabunda.  No quería fotos.  La mirada perdida entre su celular y el cielo del atardecer.  La lejanía se volvía precipicio y se hacía cada vez más hondo.   No hallé  forma de alcanzarla.  Esa noche fuimos a la estación de bus a comprar los tiquetes de regreso y luego comprendí que ahí había comprado el suyo propio de regreso a su Barbazul.

A la mañana siguiente la invité a desayunar conmigo.

"Me acosté muy tarde,  no tengo hambre- me dijo."

"Regreso por vos a mediodía para almorzar."  Regresé en punto,  anticipando su partida.  Encontré una habitación vacía y una carta de despedida.   Lo había logrado:  la fuerza al otro lado había conseguido aplastar mi intento.  En nombre de un amor extraño que se expresa de formas ambivalentes en mi mundo,  tenía de vuelta su presa.

Y fue entonces que mi riñón explotó.

Esa noche grité por seis horas llorando de angustia y de miedo.

Miedo de que lo más bello que he conocido en mi vida pueda terminar ahogada en un mar de basura en nombre del arte proletario...

una voz ahogada,  llena de talento,  mártir de un amor que abusa de su mente y de su cuerpo.

un llanto solitario a varios grados bajo cero con poco abrigo y nada de calefacción.

hambres aplacadas por cigarros que se encienden en fila para tapar la carencia.

mi mundo un chiste burgués de lo que significa la vida...según condena Barbazul. 

Me regresé llorando todo el camino,  apoyada por la presencia amorosa e incondicional de mis amigos,  sintiendo que había perdido a mi unicornio,  mi tesoro,  mi vida propia.  Cómo proseguir el camino sabiendo que lo que uno más ama se encuentra perdido,  sin brújula,  a la deriva en un barrio marginal en un país pleno de violencia donde hasta su integridad física está en riesgo?

Desde esa noche dejé de dormir y hasta el momento no he podido conciliar el sueño: cómo dormir si mi propia sangre habita una casa de cemento en construcción a medias y come de sus sueños-pesadillas sin fondo?

el dolor empezó a empeorar con las horas.
el regreso a mi país todavía a tres días.

Una legión de ángeles mexicanos nos cuidaron y protegieron a través de todo este relato.

Y ya en Costa Rica,  directo del aeropuerto al hospital,  comprendo que mi riñón me está diciendo tantas cosas que hasta ahora estoy comprendiendo.

me dice que fluya,  recicle y muera para renacer a una vida sin ella que no concibo en este momento.

me dice que encuentre seguridad y fe en mi espíritu,  ese que está por encima del amor humano y materno y continúe.

me dice que cristalice este fracaso, dolor, miedo y decepción y los transfigure de alguna forma que todavía no he descifrado...

y vuelvo a sentir ese frío mexicano,  ese que en este preciso momento enfría a ese pedazo de mi corazón en esa tierra lejana.   Un ciclo se cierra y el miedo me desequilibra por completo.  El miedo más profundo y espantoso que he sentido en este vida y que no es el miedo a mi propia aniquilación sino a la degradación y muerte de lo que más amo.

Hace mucho me hice un tatuaje del elemento agua en mi hueso sacro.  Hasta ahora entiendo su significado.  Mis riñones están intentando filtrar esta marejada de emociones con mucho costo y quiero pensar que todas las vibraciones negativas que puedan rodear a mi adorada las estoy filtrando por ella también y eliminándolas.   Todas las penas,  tristezas,  desazones y decepciones.  Entiendo este proceso de filtrado como la capacidad de discernir,  de filtrar en mi sangre los comportamientos del pasado que no concuerden con el presente.  Los míos y también los suyos porque somos hermanas de sangre y de espíritu.

Así que aquí estoy, en mi cama de hospital,  filtrando, cerrando ciclos y soltando.  Porque donde no existe el amor, existe sólo el miedo decía mi querido Osho.  Y en este caso,  el amor por este ser es el más grande que he conocido en mi vida.

Me libero en nombre propio y de aquellos que amo de las memorias difíciles del pasado.

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Quiero agradecer de corazón a todos aquellos ángeles que hicieron de nuestro viaje a México una experiencia tan profunda y significativa:

Gracias Morelia,  Katia,  Moncho,  Zin,  César,  Papi.  Querida mami de Zin, gracias!
Gracias a las niñas que con su presencia me recordaron la inocencia y candidez de la adolescencia y su pureza inmaculada. 
Gracias Alejandro por sacarme la fuerza.

y sobre todo,  gracias querida Adriana.
musa
complice
amiga
alma gemela

martes, 11 de noviembre de 2014

Lo extraordinario

Llego al blog después de un día extraordinario.

Leí una vez  que los extraordinario sucede continuamente:  sólo que a veces estoy tan metida en mi cabeza que se me pasa.   Hoy por Gracia Divina pude contemplarla y no pude evitar maravillarme.  Desde que me desperté y encontré un pequeño bodoquito de tres años respirando fuerte junto a mí empezó el éxtasis:  eran las cinco de la mañana y apenas amanecía.  Los pajaritos despertaban y podía escuchar respirar a mi bebé.  Admiré sus cachetitos gorditos,  sus manitas perfectas.  Sus largas pestañas que resguardaban su sueño profundo.  Sentí que el corazón me iba a explotar de amor.

Luego el primer round:  despertar tres enanos,  bañarlos,  vestirlos,  alimentarlos.  Y hoy estuvieron relativamente tranquilos.  Ningún pleito mayor,  ningún incidente fuera de tono.  Montados en el carro empezaron a preguntarme sobre sus nacimientos.  Gael insistía que todo estaba muy tranquilo entre él y Theo hasta que nació Matías.  Matías,  capturado por la "MOOON"  que acababa de divisar en el cielo azul no le ponía mucha atención.  Estaba embelesado de ver la luna a plena luz del día.

Yo también.

Diciembre en Costa Rica es mi época preferida.  Los días son espectaculares:  soleados y con viento a la vez.  La brisa fresca limpia el cielo y las montañas azules que rodean mi querido Valle Central brillan con sus arboledas turquesa.  Admirar este paisaje me llena el alma.

Y de ahí sólo un milagro tras otro.

La vida está hecha de pequeños momentos y siento que al final,  eso es lo que queda en nuestra memoria.  Hoy fue un día de piscina y tengo grabada en mi mente la risa de mis niños corriendo y saltando en el agua.  La simpleza de compartir unas risas,  un poco de comida y buena compañía.

Qué más necesitamos?

La tarde cerró con una amiga del alma y acordamos que ambas estamos viviendo una de las épocas más sublimes de nuestra vida.  A pesar incluso de la incertidumbre y la transición.  Estar en paz no tiene parangón.  Vivir desde el corazón es difícil pero cómo alivia tomar acción desde nuestra intuición más profunda.  Cómo sufrimos cuando forzamos algo,  cuando esperamos demasiado o nos quejamos por lo  es,  lo que viene o lo que se va.

Diciembre casi llega y también la ilusión de los pequeñitos por la Navidad,  la llegada de mis amados hijos mayores y la conexión entre todos los seres que amo.  Se me ocurrió la idea bomba de hacer un almuerzo familiar con todos mis hijos y sus respectivos papás.  Todos juntos celebrando la vida,  los hermanos,  los papás,  los abuelos.  La familia,  la conexión.  El amor en el caos.  La perfección del ahora.

Y para rematar el infarto amoroso,  cerré el día con unos dedos gorditos sobre un teclado pidiéndome más:  "DO,  RE, MI..."  Gael me pide la clase de piano con unos ojitos llenos de magia.  Cantamos y solfeamos y observo su atención mientras aprende otro arte que amo.  La música llena la casa de nuevo.  Las notas repican en mis oídos después de muchos años.

Y me digo:  hoy,  aquí y ahora,  presente y abierta a este día,  soy total y absolutamente feliz.


sábado, 8 de noviembre de 2014

Las mujeres occidentales liberaremos al mundo

Regreso de un encuentro con una querida maestra y sus palabras resuenan en mi corazón y mis oídos.

El tema a tratar no fue fácil de digerir:  sexualidad y espiritualidad en estos tiempos providenciales de cambio.

Nos explica que estamos viviendo tiempos realmente privilegiados a nivel de despertar de las almas,  pero no tan fáciles en relación a nuestros cuerpos y psiquis.  Existe en todos nosotros una dualidad que tergiversa el orden natural de las energías femeninas y masculinas y que está causando estragos en las relaciones humanas. El fundamentalismo feminista ha enfatizado la definición masculina de poder económico, intelectual y político.  Los que hemos crecido en estos tiempos de cambio nos hemos necesariamente identificado con patrones ancestrales de abuso, poder y sumisión.  La víctima ha dejado de ser atractiva como rol para nosotras las mujeres y nos hemos vuelto expertas en avanzar e independizarnos sin tomar en cuenta el efecto que esto ha tenido y tiene en la población masculina y el planeta.

Cuán difícil puede ser para un hombre relacionarse con una mujer independiente,  empoderada e inteligente que apenas lo necesita?  No puedo ni imaginarlo.  El hombre en sus rol de protector y cuidador de pronto se ve rechazado por la autosuficiencia  e indiferencia de una hembra que hace todo mejor que él.  Y de verdad nos creemos mejores.  Esto impide que exista la polaridad necesaria en una relación para que la atracción subsista.  Los roles se han invertido y nosotras tampoco estamos contentas.  Ellos menos.  De hecho,  nadie.

La definición clásica de la energía masculina es aquella que provee, protege,  apoya y sostiene.  Trae el dinero,  la comida,  cuida a su familia.  Por su parte,  la madre es,  alimenta,  da a luz,  crea.    La dualidad la cargamos celularmente en nuestros cuerpos y liberarnos de estos patrones ancestrales requiere una consciencia perspicaz.   Ya las relaciones tradicionales están cayendo en picada:  ahora sabemos que la mayoría de las mujeres tenemos varios compañeros durante nuestras vidas y aquellas que permanecen casadas con el mismo por toda la vida son excepción.  Hay compañeros para procrear y hay compañeros para ser más quién somos.  Los roles están cambiando y encontramos mujeres cabeza de familia,  profesionales capaces y muchos hombres más femeninos,  delicados y dependientes.    Es un reto para ambos géneros sobreponerse a esta evolución desbalanceada y encontrar el equilibrio de la energía que implica ir más allá de la dualidad hacia la Unión.  Más fácil de leer que de hacer.

La pura verdad es que muchos andamos perdidos buscando a una media naranja que ya no corresponde con nuestra idea de pareja ideal.  Las mujeres queremos hombres independientes,  capaces y creativos y terminamos con parejas débiles,  inseguros y temerosos.  Los hombres anhelan mujeres sumisas,  dóciles y dulces y terminan con mujeres fuertes,  empoderadas e independientes que describen como la típica "bitch".    No nos estamos dando nada.  Al contrario, estamos promoviendo una lucha de poder insensata que nos impide abrir el corazón y encontrar intimidad.

En las sociedades machistas las mujeres crecemos con el predicamento de que no podemos solas,  que el hombre lo hace a uno valer.  Valorizamos lo masculino y negamos nuestro lado vulnerable,  abierto y sensible.  No sin razón en sociedades donde el 75% de las mujeres sufriremos algún tipo de abuso sexual,  emocional o físico y donde ser vulnerable es peligroso.   Ante esta realidad contundente  las mujeres hemos decidido no dejarnos más.  Hemos descolocado a los hombres.  Y la danza está en un impasse que nos pide a todos conectarnos e ir profundo hacia el encuentro.

Será por eso que el Dalai Lama dijo que la mujer occidental cambiará el mundo.  Ojalá también los hombres tengan encuentros como el que tuve hoy con estas hermosas mujeres donde hablamos abiertamente de toda esta temática.  Es confuso para las nuevas generaciones relacionarse y no me sorprende.  Nadie quiere replicar roles paternos y maternos de fracaso.  Pero el peligro está en irse al otro extremo y entrar en un nihilismo del amor-  no en vano los índices de infertilidad hay subido impresionantemente. El cuerpo sigue la mente y la mente dice NO AMES: es una pérdida de tiempo.

En las sociedades machistas como la nuestra  los niños pequeños aprenden de mamá a negar ese macho alfa que causa daño con sus incoherencias e infidelidades.  Los niños se convierten en hombres que han jurado no convertirse en papá,  en ese Neandertal o Cromagnon de quien no admiran nada.  Crecen en su lado femenino y su afán por complacer a Mami.  Hombres desempoderados que gravitan alrededor de una madre castradora que no les permite crecer.  Nunca.

La dependencia de la mujer los coloca en relaciones donde viven esa misma dependencia.  Y lo que sucede es que cultivan un odio y resentimiento irracionales hacia esa madre-esposa-novia que les da pero que también los controla y manipula.  La contradicción es obvia:  veamos a ver quién manda aquí.

Quisiera pensar,  después de un día de divagaciones e hipótesis acerca de lo Femenino y lo Masculino,  quiera pensar que hay una salida a este laberinto de sinsentidos de los egos.  Ha sido tal el bombardeo energético de tales patrones en nuestros cuerpos que nuestra sexualidad nos está matando:  los hombres que antes morían de infartos por un corazón cerrado hoy mueren de cáncer de próstata.  Las mujeres de cáncer de seno y útero.  Nuestros cuerpos lloran implorando un balance y reacomodo hacia la Unidad que es nuestra única realidad.

Y somos nosotras las llamadas a cambiar.  De hecho,  el que primero de los géneros que entienda esta problemática.

La forma es volvernos precisamente eso que tememos más que nada:  vulnerables,  sensibles y abiertas.  Como mujeres del siglo 21, hemos creado toda una rutina para no sentir,  no descansar y estar siempre funcionando.  Somos expertas en multitasking y nadie tiene que ayudarnos en nada.  Nos ufanamos de ser madres,  CEO´s.  business women,  heroínas,  llenas de super poderes y sin necesidad de nada ni nadie.  Abusamos del cuerpo hasta que nos pasa la factura.  Nos olvidamos de nuestro centro y nos sometemos a relaciones que no nos llenan.  Nos traicionamos una y otra vez pensando que esa es la forma correcta de no repetir a nuestras madres y abuelas.  Y olvidamos que lo Femenino es única y exclusivamente ser y estar.

Quisiera que alguien me enseñara como hacer eso.  Ya mis maestras me modelan un ser energéticamente balanceado y sereno.   Siento por una parte que el mero deseo de querer aprender ya es un paso hacia un despertar.  El despertar de un alma a un cuerpo en que se sienta cómoda,  anclada y abierta a la Vida.   Sin necesidad de luchar para compensar nada.   Moviéndome sólo cuando realmente sienta que es correcto.  Sin verguenza y sin miedo.  Vulnerable y lista para intimar.

Sueño con algo que todavía no he vivido pero que mi alma anhela profundamente.  Y el sólo hecho de contemplarlo me hace creer que tal vez,  sea por providencia divina, por el amor de mis maestros y maestras o simplemente por una cuestión de karma,  sea posible para mí en esta vida disfrutar de un vínculo,  de un encuentro,  de una intimidad profunda y sostenida con otra alma encarnada en un cuerpo de hombre que no tema abrirse al poder de lo Femenino.

Lo Femenino que ya está,  de hecho,  liberando este mundo.


miércoles, 5 de noviembre de 2014

Yoga es habilidad en acción

Mientras saboreo una vez más las páginas sagradas de mi Gita,  entiendo el destierro de los buenos a manos de los malos por doce años.

Doce años es el número mágico en Yoga.  Doce años nos toma empezar a comprender esta ciencia y arte y sus efectos en nuestra vida.  Doce años me ha tomado a mí poder empezar a usar la espada del discernimiento.  Descubrir que tengo la habilidad de elevar mi vida a dimensiones de amor y unidad y también, de morder el polvo.

Hoy escribo para alguien que amo profundamente y que no está tomando las mejores decisiones en su vida.  Ser sensible, tierno y profundo,  lleno de talento,  insiste en colocarse en situaciones que le causan sufrimiento y temor.  Pero lo hermoso de este camino de la vida es que siempre que nos equivocamos podemos retractarnos,  enderezar el rumbo y seguir adelante.  De las experiencias malas también aprendemos:  creo que de hecho,  es de ellas que aprendemos.  Cuando todo está fácil, cómodo y fluye sin contratiempos tendemos a dormirnos en los laureles.  Cuando el corazón sangra por un amor perdido, por una enfermedad apremiante,  por la ausencia de los seres amados,  ahí es que no tenemos más opción que voltear nuestra mirada a nuestros guías.

Agarrarnos de Dios.

Este ser de quién hablo tiene un deseo espiritual profundo.  De hecho,  podría casi definirla por él.  Su corta vida no ha sido obstáculo para que realice verdades profundas a tan corta edad.  Pero por una cuestión de karma se encuentra atrapada en una situación insostenible que ella misma ha creado.  No es fácil salirse de un laberinto que uno mismo ha construido:  yo misma viví esa situación en mi vida personal por los últimos años y tuve que realmente morder el polvo para poder salirme.  Pero Dios siempre nos muestra una ventana-  a pesar de que parece que nos dan un portazo en la nariz.

Mi deseo por este ser de luz y amor es todavía más fuerte que por mí misma.  He ahí el poder el Amor.  No hay oscuridad que aguante la Luz y en este momento mi enfoque está en nutrirme hasta las orejas para poder brindarle un consejo sabio.  Nadie puede vivir la vida por otros, pero sí podemos sentir cuando alguien está triste o desesperadamente infeliz.  El problema es que todos fallamos en decir la verdad a quién amamos por miedo a herirlos y que el reconocimiento de la verdad también nos golpee a nosotros con su cola.

Cuánto hubiera deseado que mis amigos cercanos me hubieran ayudado a abrir los ojos a mi propia realidad mucho antes de que todo colapsara como un castillo de naipes!  Y los tuve:  me advirtieron, trataron de hacerme ver.  Pero estaba demasiado ciega ante mis propios apegos.  Y los apegos ensordecen y nos impiden escuchar incluso las palabras de quienes nos aman bien y desean vernos brillar.

La vida tiene una forma inteligente de abrirnos los ojos.  A veces es a través de puñaladas profundas y otras pocas porque entendemos solitos que aferrarnos sólo nos hace leña.  Si podemos ver ese es el regalo más grande de la vida:  el discernimiento y la habilidad de crear nuestras vidas a partir de decisiones coherentes con nuestra alma y nuestro corazón.

Coherencia. 

Así que de eso trata mi libro sagrado:  de cómo el yoga nos puede ayudar a tomar decisiones más inteligentes.  A veces la decisión más inteligente es la más difícil, la que más duele.  Pero si anteponemos nuestro deseo por Verdad y Luz a cualquier otra cosa,  no podemos más que recibir bendiciones.   Ha sido mi caso en este año providencial.

El año casi cierra y podría decir que este 2014 se llevó muchas de mis ilusiones.  Ilusiones en el sentido de apegos de mi ego,  ideas de cómo tenía que vivir mi vida,  conceptos sobre gente y relaciones.  Me siento más libre porque ya todo ese ruido se fue de mi vida.  Me encuentro en un campo de batalla descampado donde en algún momento hubo dos ejércitos en guerra:  mi propia mente tratando de sostener algo insostenible,  negociando estrategias absurdas y violentando mi propia verdad.  La guerra pasó,  la paz reina ahora en mi mente. Ya Krishna ha empezado a regalarme amistades nuevas,  oportunidades y sueños.  Me siento una persona nueva.  Y sólo puedo agradecer ese instante en que sentí que todo terminaba:  mi vida como me la había imaginado,  con las necesidades creadas sólo por mi ego asustado en un afán pequeño de seguridad y alegría falsas.

El campo de batalla irradia paz y serenidad.  Los caballos y elefantes se fueron,  los guerreros sobrevivientes regresaron a sus hogares,  en el césped sólo quedan resabios de una batalla encarnizada entre la luz y la oscuridad.  Pedazos de flechas y escudos rotos.   Mi propia luz y sombra se agarraron hasta  los dientes.  Y el resultado fue más allá de ninguna expectativa de mi ser falso:  estoy recibiendo lo que siempre anhelé sin siquiera saber que lo necesitaba como el aire.

La habilidad de vivir nuestra vida con destreza,  como un arte, como una historia bellísima que podremos ver en retrospectiva con satisfacción es el poder que tenemos los seres humanos cada día de nuestra existencia.   En eso estoy y cada día es un milagro que puedo construir a través de mis decisiones.  Estoy empezando a entender,  después de muchos años de batalla campal,  que ese lugar de paz que buscaba está al otro lado de lo predecible.

Y en medio de ese campo de batalla que en su momento ardió con furia y terror,  respiro.  La brisa me acaricia y me dice:

"Todo está bien.
Todo está perfectamente bien."