miércoles, 21 de noviembre de 2012

Boda a la vista

Las bodas causan muchos tipos de reacciones...sobre todo cuando son inesperadas.

Después de muchas consideraciones y en mutuo acuerdo,  hace un par de días Marco y yo decidimos cambiar nuestro status en FB:  pasar de "tener una relación" a "casados".   No imaginábamos lo que esto significaría!

Cambiar de status- de soltero a casado, de casado a divorciado, de divorciado a casado,  de casado a viudo- es ya de por sí un montón de emociones,  dejar ir,  dolor,  alegría,  pasión,  miedo y todas las emociones humanas mezcladas en un momento mágico y eterno.  La vida se comprime en estos instantes vitales donde nuestras decisiones nos colocan en situaciones a veces difíciles y dolorosas,  a veces llenas de éxtasis.

Pero cambiar de status en FB son otros cien pesos!  no en vano,  Marco y yo nos hemos casado ya cuatro veces...no podía faltar la quinta.

La primera vez lo hicimos en una ceremonia con nuestros amigos más íntimos,  el 2 de mayo del 2007 después de un mes de amor loco y desenfrenado.  Nos habíamos conocido hacía 5 años en un curso de meditación,  cada uno estaba emparejado y no hicimos más que hacer conexión.  Cinco años después de ese cruce de caminos,  recibía yo un correo estando en India:  "quiero practicar." He de confesar que me tomó un poco de tiempo contestarle- tal vez mi alma anticipaba la montaña rusa en que me embarcaría!  Pero hoy,  casi 6 años después de ese happening,  puedo sentirme feliz y orgullosa de haberme montado en el ride.

La segunda boda fue la boda oficial.  El 22 de diciembre del año 2007 invitamos a todos nuestros amigos y familiares,  incluídos nuestros padres a quienes excluímos de la primera....!!! Yo estaba con siete meses de Gael,  así que de hecho muchos todavía creen que fue una torta...   En ese momento,  sólo recuerdo que no nos importaba nada más que estar juntos y la alegría de ese momento perneaba TODO.

La tercera boda,  la boda legal,  fue después de una clase de yoga el 24 de marzo del 2008.  Gael tenía poco más de un mes de nacido.  Sobre nuestros mats de yoga,  después de una clase normal y corriente y con nuestros amigos como testigos,  vino el abogado y dimos la firma.  Más que convencidos que queríamos estar juntos a todos los niveles.

La cuarta boda fue en Antigua, Guatemala.  Estaba embarazada de nuestro segundo retoño, Theo.  Guate siempre ha tenido una presencia en mi vida y después de dar un taller de yoga,  fuimos a la tierra del Volcán de Agua.  Nuestra querida amiga Mayra hizo de maestra de ceremonias y en medio de las calles empedradas y de hecho en su carro,  nos tomó de las manos y selló nuestra unión por cuarta vez.

El fin de semana pasado estuvimos en Puerto Viejo.  El tiempo estaba frío y lluvioso.  Marco decidió ir a surfear y lo dejé en la playa, no sin cierta preocupación por el cielo oscuro y el viento.  Una hora después regresé y mientras nos alistábamos lo noté callado y meditabundo.  Ya de camino a San José empezó a llorar.  El mar se había llevado- por segunda vez- su anillo de matrimonio.  La primera vez fue jugando en la playa con Ariel y Gabriel: alzó a uno de ellos en el aire y al tirarlo se fue.  La tabla, las olas y el agua se llevaron el que replicamos en India a principios de este año.

Una relación demanda mucha fuerza interna y desapego.  Pide que soltemos más allá de lo que creemos posible y confiemos en el otro.  Nos pide paciencia diaria,  compasión y tolerancia- más cuando uno convive  y hay bebitos de por medio.  Este año que ya casi termina fue especialmente duro con la nuestra:   nos enseñó que el amor pide todo de uno- más incluso de lo que uno creyera posible.  Nos dio todos los elementos para echar todo por la borda...y sin embargo,  aquí estamos.  Cada uno dando todo lo que tiene,  rezando a cada instante por ver más allá de los rasgos y patrones del ego y confiando en que en el mundo,  en este mundo, hay alguien único que está dispuesto a vernos desde lo más profundo y a perdonarnos cuando metemos la pata.  A eso llamo yo AMOR.

El anillo se lo llevó el mar por segunda vez.   Los dos sentimos un alivio, como si se hubiera llevado también mucho del dolor que los dos sentimos este año por varios meses.  Decidimos resellar nuestra unión y cambiar nuestro status en FB:  ojo,  no lo hagan!  Misteriosamente,  aparecieron sendos anuncios y felicitaciones!  hemos recibido saludos de amigos de años,  compañeros de colegio,  familiares que creen que es nuestra primera ronda.  Nos hemos reído y al mismo tiempo,  el cambio de status "público" nos ha traido de vuelta un poco de esa sensación linda de estar empezando de nuevo.

No importa cuán difícil haya sido el pasado, siempre se puede recomenzar.  Desempolvamos nuestros anillos guatemaltecos de plata,  los que sellaron la cuarta unión,  y con la frente alta y el corazón abierto,  nos dispusimos a reinventar una vez más esta aventura.

Y esto aplica para cualquier relación: siempre se puede empezar de nuevo.



"Deep down in the human spirit,
there is a reservoir of courage.  It is always available,
always waiting to be discovered."

3 comentarios:

  1. Mariela, qué hermosa historia. Estoy en un momento que añoro muchísimo un compañero a mi lado para vivir, ahora con otra conciencia, ese amor tan hermoso, tan desprendido e incondicional que estás compartiendo con Marco. Son realmente inspiración para cualquiera. No desistan nunca. La última vez que estuve en tu casa, cuando estuvo Juan, un hijito tuyo me dijo: "Usted conoce a mi papá?" Le contesté que sí, que claro y me dijo: "Ah, pero él no vive aquí..." Dijo tanto con esa frase y ahora me alegro que está ahí. Te mando un abrazo grande y seguí escribiendo para inspirarnos.

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  2. Ana querida, sí, la pasamos mal este año...todos, no sólo nosotros dos. Pero Dios es muy grande y después del Intensivo hubo una reconexión muy profunda....vos sabés. Sólo gratitud por sostener ese espacio sagrado y agradecimiento a todos ustedes por never giving up. Tu amor está en camino....un abrazote

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  3. Qué bella historia, un ejemplo para mí, decís que una relación requiere de mucha fuerza interna y desapego, es muy cierto, pero cuesta montones, yo tengo siete años de relación, cuatro de casada y ha sido duro ir desapegándonos de cosas, gentes, entre otros, tanto para él como para mí.
    Todas y todos tenemos momentos que nos van formando y despertando esas ganas de cambiar y variar, este ha sido mi año, ha sido muy complicado y me ha puesto a prueba como esposa, no sé si en realidad existe un "rol" para la esposa y otro para el esposo, yo creo que no es así, los papeles se comparten, se intercambian, se negocian, pero he ido tanteando, han caído sobre mis hombros responsabilidades que jamás imaginé, pero bueno acá estamos, espero que por muchos años más, gracias por compartir la experiencia y felicidades por las bodas, qué belleza.

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